Susan Crowley
La historia de una construcción guarda la historia de una destrucción. La existencia de los hombres y mujeres que contribuyeron a la afirmación, pero también a la negación de esta idea convertida en templo, es efímera; el tiempo ha borrado sus nombres.
No hay duda, ella será la víctima cincuenta mil uno de la COVID-19. Su último pensamiento es para Ana: seguramente su eterna rival morirá de un vulgar cáncer de pecho, en cambio ella entrará al círculo de oro de la pandemia de moda.
La sublime música y el poder narrativo de las imágenes me contagiaron; me confieso una romántica absoluta y amante del arte. Todo eso se lo debo a mi madre.
Me explico. A pesar de que llamemos racistas a quienes tratan peyorativamente a los de piel más oscura, en realidad nuestro conflicto es de clases
Suelen concebir la existencia como una pieza de teatro musical, en la que el argumento es un capricho escrito y dirigido por ellos con música y baile.
Tal vez el éxito en este nuevo esfuerzo sea la capacidad de saber distinguir cuáles serán nuestras nuevas actitudes y a dónde se dirigen los paradigmas: COVID-19, musa inspiradora de una época o el temido jinete apocalíptico, sepulcro de la creatividad.
Egon Schiele intuía ese irremediable apareamiento desde muy joven. En su obra La muerte y la doncella, él mismo se concibió como la muerte y al mismo tiempo la doncella.
Las muertes de George Floyd y Giovanni López, ambos asesinados a manos de la policía, han causado distintas reacciones y en conjunto una indignación que nos concierne a todos. No es la primera ni será la última vez que enfrentemos hechos violentos en contra de un ser humano. Lamentablemente, la urgencia de atender estos temas […]
El poder del artista suele ser desvelar una realidad más profunda y verdadera, el de Christo fue paradójicamente mostrar, cubriendo.
Músicos, bailarines, cantantes han tenido que ejercitar el músculo del talento aislados, sin poder ofrecer a nadie su razón de ser, su impulso vital.
A lo largo de los años estas válvulas han invertido en jóvenes promesas y en el costo que implica presentarlos al mundo, apoyarlos para que continúen su formación, participar en ferias internacionales, hacer exposiciones, catálogos y muchas horas y días en convencer a coleccionistas indecisos.
Una salida a este entrampamiento podría ser una mayor disposición de Frausto a replantear el diálogo perdido con el gremio y hablar de lo que está ocurriendo, transparentar lo que ha terminado por ser una lamentable falta de información.
Para ir a los conciertos mi madre y su hermana contaban con dos faldas y dos blusas intercambiables. O sea, podían hacer dos combinaciones, punto. Las faldas se confeccionaban con los pantalones usados de mi abuelo.
Los artistas italianos emergentes desarrollaron una original versión local de estas ideas. Con palos, piedras, materiales de desecho; no pretendían golpear a nadie ni generar pánico en las calles.
Los funcionarios sexenales deberían compensar el esfuerzo del artista admirándolo y exaltando su creatividad como un valor de todos, sin frustración o revanchismo por épocas pasadas, sin restregar el poder en la cara de quien se considera beneficiado. En suma, sin pedirle que se serene en medio de la tormenta. El arte es la más sublime de todas las expresiones y es la forma de superar una crisis como la que estamos viviendo.
Mientras las calles se vacían y la naturaleza intenta recuperar los espacios perdidos, el artista mira a través de su ventana. La ciudad en calma se asemeja al espacio en el que habita.