Sin Fronteras
Durante la campaña, al llegar una caravana a la frontera sur, se expresaron las promesas de hospitalidad, apenas un mes y medio antes de tomar posesión como Presidente López Obrador ofreció a las personas migrantes visas de trabajo y la posibilidad de quedarse en México a quién así lo deseara.
“Las acciones de la asistencia humanitaria, no sólo en cuestión migratoria, es qué tanto responden a una visión de derechos humanos y no a un asistencialismo a corto plazo”.
Parece una broma, pero es increíble que muchos olvidan ese simple hecho, las personas migrantes pese a haber nacido más allá de las fronteras de México, siguen siendo humanos
De acuerdo a lo anterior la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), señala claramente que el Estado está obligado a “generar las condiciones de vida mínima compatibles con la dignidad de la persona humana y a no producir condiciones que la dificulten o impidan.
El problema continúa cuando las personas logran escapar y llegan a México, aunque las probabilidades de ser presas nuevamente son altas.
Me gustaría compartirles lo que observamos acerca de las familias que hemos atendido durante el año 2018 en Sin Fronteras, fueron aproximadamente 28 casos familiares atendidos durante ese periodo, por lo que me parece importante resaltar algunas características de estas familias, así como retomar algunas reflexiones que ellas mismas hacían respecto a la manera en la que se componen y la problemáticas más recurrentes que se identifican.
Se advierte que este virus es sumamente contagioso y que muchos mexicanos han sido contagiados a través de discursos xenofóbicos de los Estados Unidos, por lo que nos indica que el virus viaja en las palabras, notas y opiniones.
También, a pesar de los niveles de impunidad y deficiencias en los sistemas de impartición y procuración de justicia, México se comprometió a desmantelar las organizaciones de tráfico y trata de personas, así como sus redes de financiamiento y transporte ilegales. Situación que se debía atender ya hace décadas y que ha sido, probablemente, una de las causas de que la gente haya optado por viajar en “caravanas”.
El momento es fundamental, el gobierno mexicano se encuentra ante la coyuntura de, por un lado, hacer girar su política migratoria en torno a la protección y garantía irrestricta de los derechos de los más necesitados con acciones estratégicas basadas en el respeto de su soberanía nacional, o de, por otro lado, decantarse hacia la continuidad con una política de persecución, contención y deportación, fungiendo como filtro de las migraciones al norte.
Los actos de reconocimiento de responsabilidad y disculpas públicas que se han realizado en fechas recientes por los gobiernos federal y del Estado de Veracruz, importan de forma trascendente para las víctimas de estas violaciones.
Es importante destacar que como ciudadanos que esta situación nos pertenece a todos, nos obliga a informarnos y cuestionarnos qué sucede dentro de las estaciones migratorias, lejanas e imperceptibles para unos cuantos, pero impregnadas de un mal sabor de boca para otros.
Cuando el Presidente López Obrador habla de la sociedad civil desacreditándola y mete a todos en un mismo saco sin distinguir luchas, compromisos y trayectorias, es verdad que no es justo ni correcto.
Pero ¿por qué suceden estas violaciones a derechos humanos?, ¿acaso no la propia Ley de Migración y su Reglamento (acordes con el texto constitucional) reconocen estos derechos a toda persona extranjera en México?
Los últimos acontecimientos políticos en Venezuela han provocado una polarización que requiere encontrar alternativas.
Duele ver que tu país trata mal a los extranjeros, que viola sus derechos humanos, y pone a sus fronteras por encima de todo lo demás.
Cuando hablamos de México y de sus riquezas, seguro mencionamos su gastronomía, arquitectura, naturaleza.