Rubén Martín
En esta grave crisis sanitaria debe exigirse, al menos, una pandemia sin patentes y que las vacunas sean consideradas bienes comunes universales no mercancías para lucrar y obtener ganancias.
Así que tenemos una deuda enorme con el personal médico. No se merecen los antros abarrotados, ni las reuniones familiares descuidadas.
En una decisión que calificaron de histórica, las dirigencias de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), anunciaron el pasado 22 de diciembre su intención de formar la alianza electoral Va por México, para competir juntos en los comicios federales de junio del próximo año para renovar la Cámara de Diputados. Su intención es “salvar a México”, según el comunicado firmado por los dirigentes Jesús Zambrano Grijalva, del PRD; Alejandro Moreno Cárdenas, del PRI, y Marko Cortés Mendoza, del PAN.
La ejecución de Aristóteles Sandoval no ocurrió en medio de una guerra civil en México, pero sí en medio de una guerra no convencional detonada a partir de la estúpida decisión del Presidente Felipe Calderón Hinojosa de declarar la guerra contra el crimen organizado para tratar de conseguir cierta legitimidad política tras haber llegado al poder con cuestionamientos de fraude electoral.
Ante esta pandemia de irresponsabilidad política y en el escenario de una segunda peligrosa ola de contagios, no cabe la desidia desde la sociedad.
Parece ser que las ambiciones de poder de gobernadores y dirigentes partidistas y empresariales están pesando más que su animadversión al Gobierno de la Cuarta Transformación.
El “Ya basta” zapatista, que costó la vida de varios integrantes del EZLN que se levantaron en armas, fue un llamado de atención de que en México seguía existiendo el despojo, la represión, la explotación y el desprecio en contra de los pueblos indígenas de México.
El General Cienfuegos no debe quedar impune. A menos que el Gobierno de la Cuarta Transformación quiera suicidarse.
Por ser responsables de gobiernos que han corrompido, despilfarrado los bienes de la nación y por promover un modelo económico que explota la mano de obra, que despoja territorios y bienes comunes y que está orientado a obtener beneficios para una minoría codiciosa, la alianza del PAN, PRI y PRD está destinada al fracaso. Es una alianza zombi que sólo despide el hedor de lo muerto, de lo podrido.
La derrota de Donald Trump en las elecciones presidenciales de este año es una buena noticia no solo para el pueblo estadounidense, también para el resto del mundo.
Por eso suena tan falso el llamado federalista de esta alianza de mandatarios que más bien parecen aspirar a ejercer un control caciquil sobre sus estados.
Los desarrollos turísticos, especialmente en las costas del país, no son simples y pacíficos negocios.
Al mismo tiempo, esta detención vuelve a revelar la falacia de que el Estado mexicano mantiene una lucha contra al narcotráfico, cuando los funcionarios de seguridad de mayor rango están involucrados con las organizaciones que se dedican a esta actividad del capitalismo ilegal.
Su amenaza de no dejar el poder desnuda sus pasiones tiránica y autoritarias.
La otra consecuencia de esta impunidad ante crímenes de Estado es que desde los mismos aparatos de Gobierno, especialmente militares y policiales, se gestó el crimen organizado que ahora se expande a través de cárteles de la droga.
Ayotzinapa no es sólo una geografía y un calendario en la larga lista de masacres y violencia estatal contra los de abajo en México; es también un punto de quiebre en la época de barbarie que los mexicanos vivimos desde 2006, cuando el Estado desató una guerra contra la población con el pretexto de combatir […]