Carlos A. Pérez Ricart
“Hay que reconocerlo: en cuatro años, el gobierno federal fracasó en su intento por desarticular a las principales redes criminales del país y reducir el número de mercados ilegales”.
“Ebrard presentó, en el mejor de los casos, un proyecto de equipamiento tecnológico; en el peor, una expresión de autoritarismo”.
“Cuevas no tiene propuestas políticas identificables”.
Una buena y otra mala. Primero, la buena. En homicidios, la administración del Presidente López Obrador logró detener la tendencia al alza en el número de homicidios que comenzó a inicios de 2016 y que pudo revertirse solamente hacia mitad de 2020. Es un éxito importante: la 4T heredó un país colapsado.
“Habrá quienes en las próximas semanas busquen los ‘negritos en el arroz’ en el gobierno de Claudia Sheinbaum”.
“En el partido de la izquierda se apostó por el capitalismo salvaje, la ley de la selva. Vaya paradoja”.
“Las Madres Buscadoras de Sonora han hablado. Y más vale comenzar a escucharlas”.
“En el caso Ayotzinapa cristaliza bien el enfrentamiento entre Encinas y los altos mandos del Ejército. Sin embargo, no es el único tablero de batalla”.
” La solución es sencilla: que comience por generar información sobre el consumo de drogas en el país”.
“Conforme avancen los meses, más y más escucharemos hablar sobre ‘gobiernos de coalición’ y sus bondades. Pero no hay que confundirnos: el diagnóstico que hacen partidos y precandidatos del sistema político no ha cambiado”.
“Cuando alrededor del tema de drogas se habla de políticas de ‘reducción de daños’ se hace referencia al uso de un conjunto de estrategias que buscan minimizar las consecuencias adversas ocasionadas por el consumo de sustancias psicoactivas”.
En cuatro años, la CdMx logró posicionarse como la urbe con mayor reducción absoluta de homicidios en el país y posiblemente en toda América Latina. No conozco un caso de éxito similar. Quizás no lo haya.
“La Guardia Nacional continuará viviendo y sobreviviendo entre la incertidumbre operativa, laboral, jurídica y política. Y de esto, la Corte no es la culpable”.
“Hasta ahora no teníamos noticia de que el fentanilo hubiera aterrizado en las cadenas de suministro de las farmacias. ¿Lo sospechábamos? Sí”.
“De tin marín de do pingüe también se puede cantar en chino y en inglés. Si uno lee las últimas declaraciones de los líderes de Ciudad de México, Beijing y Washington pareciera que el fentanilo y sus derivados no están por ningún lado. Nadie lo sintetiza, nadie lo transporta, nadie lo consume”.
Para empezar, está el problema de la escala. No es lo mismo sostener un Estado de Excepción en un país de poco más de seis millones y pico de personas a otro de ciento treinta millones. El tamaño es distinto. Sus posibilidades de éxito también.