Ricardo Ravelo
Lo más grave de todo este embrollo criminal y de corrupción es que la lumbre llegó a Tijuana y ahora los reflectores de la justicia apuntan hacia el Presidente municipal y candidato del PAN a la Presidencia municipal de Tijuana, Juan Manuel Gastélum Buenrostro.
La historia de Cruz Cabañas –sucia por donde se le mire –es larga.
A pesar de las capturas y asesinatos de muchos de sus miembros, el cártel de Los Zetas no está extinguido. Tiene vida y sus piezas están colocadas en la cúspide del poder, incluso en el Poder Judicial.
Hoy queda más que claro que el proyecto de reconfiguración de las seis refinerías de Pemex resultaron un verdadero fiasco.
Cuauhtémoc Blanco batallará y mucho para devolverle la tranquilidad a Morelos y este resulta ser un objetivo muy difícil de alcanzar: tras el cierre del sexenio anterior en Morelos operaban siete cárteles, según había reconocido Alberto Capella poco antes de que concluyera el sexenio de Graco Ramírez.
De igual forma el crimen mantiene sus operaciones en puertos y aeropuertos y sus alianzas con las policías y algunos miembros del Ejército Mexicano, con más poder que nunca en esta administración federal.
Durante ocho años estuvo preso Guzmán Loera en el penal del Altiplano hasta que, en 2001, fue cambiado de prisión. Lo resguardaron en el penal de Puente Grande, en Guadalajara, de donde se fugó en el año 2000, apenas un mes después de que Vicente Fox había asumido la presidencia de la República.
Ruelas, activista incansable, dice que los protocolos y mecanismos de seguridad en México para proteger a los periodistas “son letra muerta”. Y enseguida cuestiona al régimen actual: "La narrativa oficial del actual Gobierno de López Obrador, quien asumió el poder en diciembre pasado, mantiene una clara división entre quienes simpatizan con el proyecto político del Presidente y los que no” están de acuerdo con su política.
De acuerdo con diversas denuncias –las autoridades locales y federales ya analizan los pormenores – esta banda también utiliza el impacto de las redes sociales –Twitter y Facebook, principalmente -- para consumar sus aviesos fines.
No es todo: Ríos Farjat le dice además que se detectaron al menos otros tres boletines –P006, P008, Y P0010 – mediante los cuales dan a conocer disposiciones normativas que sobrepasan temas técnicos u operativos y que requieren aprobación previa, como ya se señaló.
La postulación de Leyzaola Pérez en Tijuana genera preocupación y no menos miedo. Y no es para menos: su historial como militar y policía está manchada por 19 recomendaciones por violación a los derechos humanos, 20 indagatorias siguen abiertas en el fuero federal y común, además de que también tiene expedientes que se revisan en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y en la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de lesa humanidad.
Y los proyectos terminaron en un verdadero fiasco, la corrupción por encima de los proyectos.
En la etapa civil, el primer grupo de élite que se abocó a estas tareas fue la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la siniestra policía política del régimen, creada por Miguel Alemán Velasco. En una parte su historia este ejército del mal fue dirigido por Fernando Gutiérrez Barrios, considerado “el policía político del régimen”.
En el Cártel de Juárez militaron Ismael Zambada, los hermanos Carrillo Fuentes, Juan José Esparragoza Moreno, "El Azul" –quizá uno de los más hábiles para negociar con grupos antagónicos --, quien supuestamente falleció hace unos cuatro años debido a un paro respiratorio causado tras un accidente automovilístico.
Y es que el discurso de Monreal –y de todos los coordinadores parlamentarios que festinaron el gran acuerdo para que por fin se apruebe el proyecto –suena muy parecido al que en 1997 fue pronunciado por Jesús Murillo Káram, entonces subsecretario de Seguridad Pública del gobierno federal, cuando se aprobó el Sistema Nacional de Seguridad Pública y se creó la Policía Federal Preventiva.
Cártel del Golfo y Zetas, ahora rivales, siguen firmes en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila; en Guerrero el poder criminal y las rutas del trasiego de drogas se las disputan “Los Rojos” y “Los Ardillos”, temibles grupos criminales que, además de gozar de impunidad, también gobiernan a través de sus aliados en varios municipios guerrerenses.