Óscar de la Borbolla
La historia de la pregunta de Midas nos permite entender la historia humana, pues con el Cristianismo, la respuesta cambia una vez más. Dado que con el nuevo dios esta vida es un valle de lágrimas y la verdadera está tras la muerte, lo que ocurra aquí no tiene demasiada importancia (…)
La mejor calidad de vida, curiosamente, ocurre cuando uno no se ocupa de la vida; cuando la vida se presenta cada mañana sin saludarnos y nosotros también, sin saludarla, nos dejamos ir en ella.
"En las paradojas, los hechos exhiben que, contra lo que la razón indica, los eventos ocurren precisamente negándola".
"Arrogantes, presuntuosos, pagados de nosotros mismos, pero sobre todo ignorantes vamos los seres humanos".
En ambos casos la fidelidad es imposible: si me mantengo fiel al que fui, los demás creerán que soy digno de confianza, que soy fiel, pues seguiré siendo el que esperan que sea, y yo, en cambio, sentiré que estoy traicionándome a mí mismo.
" [...] habría que bautizarlo como la barbarie de la cancelación y evidenciar que nada hay en él de novedoso".
"¿Qué pasa con la verdad ahora? Pues sencillamente que ya no se admite que pueda darse un decir adecuado a la naturaleza de las cosas".
"El azar, la oportunidad y el disparo preciso han conseguido mostrar lo que no se ve y que ahora, gracias al conjunto, se revela: hay un detrás, una faceta oculta que aparece por un momento".
"Uno, por patrañas, cree que la felicidad se conquista, que es el saldo de una vida virtuosa o bienaventurada, cuando la verdad, es asunto más simple, pues está en el mero hecho de estar vivo y de sentirse vivo".
Y quizás no haya nada peor, dado el corazón humano, que hacer que el otro se sienta humillado, pues no siempre se poseen los medios como para estar a la altura del dadivoso que se excede.
Nuestro mundo depende de que uno honre su palabra y uno vale en la medida en que tiene palabra. Qué grave es la crisis de una sociedad integrada por personas que no tienen palabra o de personas que no tienen confianza en la palabra del otro.
Las cosas, afortunadamente, nos arrebatan de la muerte, nos hacen voltear hacia ellas, mirar hacia otro lado, pasar de largo.
"Esta polarización debería ser imposible en un mundo que hace tiempo derribó el absoluto; que hizo de la razón occidental uno más de los puntos de vista, y que ha propagado sin descanso la idea de que todo es relativo, histórico, transitorio".
"La frontera entre unos trabajos y otros, se establece muy claramente cuando nos preguntamos ¿qué ocurriría si un determinado tipo de trabajo dejara de hacerse: en un caso la consecuencia sería catastrófica, y en el otro no pasaría nada".
"Qué absurdo o qué equivocado es que espontáneamente las personas seamos así, pues la vida que podría resultar más confortable se torna oscura, precisamente, por este dispositivo de quedarnos fijados en lo malo y darle de inmediato la vuelta a la página de lo bueno".