Martín Moreno-Durán
Los desplomados niveles de aprobación de López Obrador preocupan, y mucho, en Palacio Nacional.
De la mano de la benevolencia de AMLO para con el crimen organizado, millones se preguntan alarmados: ¿Por qué defiende el Presidente a los criminales que han enlutado a la Nación? ¿A los que asesinan a familias y niños? ¿A los que ejecutan a inocentes?
Primero: Sheinbaum fue mentirosa cuando culpó a “un abogado que litigó en contra del Presidente” y que ahora participó en el tercer dictamen (¿?).
Sí: la innegable y abierta persecución política contra Ricardo Anaya -quien tuvo que autoexiliarse en Estados Unidos ante el hostigamiento judicial, fabricación de pruebas y ataques desde Palacio Nacional contra su persona y familia-, no es únicamente un problema de Anaya.
¿Acaso no tiene dignidad y coraje el Presidente de México cuando lo describen y denigran de esa manera desde el extranjero? Por sus expresiones, la respuesta es no.
La ecuación democrática fue simple, pero efectiva: el Presidente propuso, y el Congreso dispuso. Así.
¿Por qué AMLO está en caída libre en cuanto a respaldo ciudadano y, por lo tanto, en votaciones?
No votar en esta ocasión también es una forma de participar. ¿Por qué? Porque con la decisión de no hacerlo, el votante influye directamente en que la Revocación de Mandato no sea vinculante.
Múltiples voces de alerta se alzan desde diversos sectores de nuestro principal socio comercial sobre la pérdida de control de López Obrador respecto a lo que ocurre en nuestro país, el entreguismo presidencial para con el narcotráfico, la retrógrada propuesta de Reforma Eléctrica de AMLO y la socialización impulsada por la 4T que incluye apoyar a Rusia.
¿Es casual la embestida contra el INE, Ricardo Anaya, Sandra Cuevas, Loret de Mola y hasta Chumel Torres (no es defender al personaje, sino el mensaje autoritario que se envía)? ¡Por supuesto que no! Ni es coincidencia ni es casualidad.
Un día negro el lunes 14 de marzo de 2022 para la impartición de justicia en México. Para la democracia, porque desde los tres poderes mencionados se permite, se avala y se consiente vulnerar los derechos humanos y la presunción de inocencia.
López Obrador habla a partir de la entraña, de las emociones, de los impulsos, y por ello, sus palabras de abandono anticipado, justo a la mitad del sexenio que suele ser el punto más alto de todo Presidente, deben ser tomadas muy en serio.
Entre 50 y 60 pistoleros a bordo de diez camionetas sorprendieron a los hombres del “Pelón” que vigilaban afuera de la casa, entraron, y sin darles tiempo para defenderse, capturaron al “Pelón” y a sus escoltas. Los sacaron.
79.3 por ciento de los mexicanos considera que en el Gobierno de López Obrador, hay “mucha o regular” corrupción.
Con AMLO está ocurriendo lo contrario: a la mitad del camino, ha empezado a derrumbarse. El principio del fin.
¿Por qué, a la mitad de su desastroso sexenio, AMLO ha perdido ya la batalla ante la opinión pública con sus falsas promesas de terminar con la corrupción, ser austero y predicar con el ejemplo?