Sandra Lorenzano
Para todos estos niños el calzado es fundamental en la travesía hacia la frontera, como lo era para quienes estaban en Auschwitz.
“Hay realidades que nos ahogan la palabra,
que la hunden en un paisaje helado”.
Haber escuchado a estas mujeres el 1 de enero fue lo más parecido a un acto de purificación.
“Hay bosques que son memoria. Bosques sembrados de recuerdos. Bosques que tararean viejas canciones, que tienen lágrimas al atardecer, que cuentan historias y dolores”.
¿Qué es lo que está pasando? ¿Qué es este fenómeno repentino de resistencia femenina pacífica a nivel mundial?
“¿Seremos capaces de madurar “como una obra maestra de poesía”?
¿Seremos capaces de crear juntas y juntos una epopeya de paz?”
“Los indígenas son más del 62 por ciento de la población de un país que comenzó a llamarse, con el gobierno del Movimiento al Socialismo, Estado Plurinacional de Bolivia”.
“Si cerraran los ojos intentando hacer memoria, ¿lograrían recordar el arrullo con que los acunaban de pequeños?”
“Nos acostumbramos a construir una memoria de la desolación, hecha de vestigios, de marcas en la piel”.
Alguna vez lo trajo el propio José en una maceta sobre sus piernas; era pequeño y frondoso, ¿sería capaz de crecer en tierra volcánica? Logró hacerlo.
“Permítanme que por un día no hable de violencias y horrores, permítanme que me deje mecer por ese optimismo melancólico de Lazzaro y de Sor Emanuela, permítanme que por un día crea en la posibilidad de la bondad y la pureza”.
El cuerpo de las mujeres y el cuerpo del planeta (la Madre Tierra) se han convertido en espacios de dominación del tardocapitalismo desigual y excluyente; en espacios marcados por la “dueñidad”.
“En la vida de todos nosotros se cruzó El Paso. Se cruzó Patrick Crusius y su antimexicanismo asesino”.
Hablando de poetas y de veranos que son como bautizos, me llevé a los estudiantes a escuchar las piedras y las voces que aún guardan.
“Poco a poco, más lentamente de lo que quisiéramos pero con paso firme, las mujeres seguimos avanzando”.