Leopoldo Maldonado
De esta manera, como preocupante preámbulo, Artículo 19 expone de forma contundente que durante los tres primeros años de la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se han cometido 85 por ciento más de agresiones contra la prensa que el mismo periodo de Gobierno de Peña Nieto.
El internet y la información para todxs sigue siendo una promesa fallida.
A19 y Fundar reportan que, aun cuando durante 2021 se redujo el gasto en material de publicidad oficial en comparación con administraciones anteriores, ello no implicó una reversión en la asignación arbitraria con fines de control editorial.
Pese a la negación, los 33 asesinatos de periodistas durante la actual administración prueba que estamos en el periodo más violento contra la prensa.
El desenlace para Cuevas y Morán fue feliz, pero mucho tuvo que ver la presión mediática y la intervención de la Suprema Corte.
La CNDH está más preocupada por montarse en la “grilla” que en la defensa de las víctimas y los derechos humanos.
El siguiente paso es dar pasos concretos, la desesperación carcome a la prensa que está en la línea de fuego.
De los 6 periodistas asesinados en posible vínculo con su labor durante el 2022, cuatro ocurrieron en estados con nuevos gobiernos estatales.
El mundo igualitario, libre y prospero que prometió el liberalismo político y económico triunfante a partir de 1989 no llegó.
Las autoridades decidieron ponerse en el ojo público y deben entender que esa labor de interés público les somete a un intenso escrutinio.
El interés del Presidente en conocer los ingresos de periodistas con nombre y apellido es para atacarlos, no para plantear acciones que dignifiquen la labor de miles de colegas precarizados.
El Presidente se asume como una víctima de los poderes fáctico-mediáticos. Despojándose de su investidura de Jefe de Estado, AMLO articula su discurso contra los medios de comunicación y periodistas desde una pretendida posición de ciudadano común, o en su caso, líder opositor.
Los estándares internacionales señalan que la consideración de la actividad periodística no está supeditada a certificación oficial
ARTICLE 19 ha documentado que los periodistas son atacados principalmente por autoridades públicas.
En Cuba existe un sistema totalitario —aunque se dice democrático—, en que el partido único absorbe y decide todo sobre la vida de las personas.
La publicidad oficial usada como mecanismo de “premio y castigo” a las líneas editoriales de los medios de comunicación es un obstáculo para el pleno ejercicio de la libertad de expresión y la construcción misma de una democracia constitucional.