Jaime García Chávez
En Chihuahua el pragmatismo de María Eugenia Campos, que he denominado “maruquismo”, se ha excedido más allá de lo que es, una posible coalición de partidos; y puedo afirmar, con conocimiento de causa, que el exgobernador Duarte influye en las decisiones del estado
De todo esto desprendo una idea, seguramente calificable de ingenua, pero no por ello menos viable: que la actual dirección del PRD entregue el registro que usurpa, lo ponga a disposición de la sociedad para que exprese, de manera renovada, lo que marcó el sello inicial de ser el partido del 6 de julio, el partido de la insurgencia ciudadana.
En la obra de González Casanova el Ejército se analizó como un factor real de poder, y sin duda resultaba alentadora la apreciación formulada y que parecía una tendencia histórica.
Mientras más tiempo tengamos al Ejército a cargo de eso, sin la construcción de un aparato de seguridad pública profesional, sujeto al brazo civil del Gobierno y que incorpore a estados y municipios, la república estará a merced de los humores de un conglomerado militar que pueda mutar su función y auto asumirse como indispensable en el ámbito político.
Ebrard recurre a una semblanza autobiográfica: no se excede en vanidades, pero sí da a conocer desde su trayectoria inicial su afición por la política, particularmente la que se hace desde los instrumentos que brinda el poder.
Con las piedras se entabla un diálogo más generoso, porque ellas, puede llegar el momento que hasta griten, y al explotar rompan los moldes de una cultura inhumana, para vaciar el bronce de los ideales preteridos, en aras de los privilegios que se encierran con alambre de púas y muros que hablan de fronteras estatales que impiden disfrutar del planeta con entera libertad, sin aduanas, sin ataduras ni cadenas.
Los partidos son organizaciones de interés público por disposición constitucional, basan sus actividades, así sea parcialmente, en el financiamiento público que se nutre de las contribuciones fiscales, razón adicional para demandar un nuevo curso a sus importantes fines, en la búsqueda de la representación política y el ejercicio del poder.
"Con De Hoyos se refrenda la adhesión a lo peor del neoliberalismo".
"Vivimos hoy en la sociedad de la simulación en la que se recomienda y práctica ser hipócrita sin que se note".
Se trata de un hombre con trayectoria y respetabilidad, con obra sustancial publicada, conocedor de nuestro sistema constitucional, un prerrequisito que se deberá tener como esencial a partir de 2024 y que en su discurso planteó ideas nuevas en la coyuntura, aduciendo que la concentración ciudadana.
Lo que importa es el narcotráfico en el que el Gobierno de los Estados Unidos tiene las manos metidas hasta los codos. No olvidemos que a Genaro García Luna casi le daban reputación de héroe y lo distinguían. Este es otro déficit.
Su conducta ya hizo caer de su trabajo a la revisora de tesis en la UNAM, Martha Rodríguez Ortiz, y usted, inexplicablemente, se aferra a lo que no es ni puede ser: ocupar un cargo para el cual no se tiene satisfecho el requisito de un título profesional, en su caso, malhabido.
Sea cual sea la visión que se tenga al respecto, sostengo que hoy en México se debe rescatar una propuesta de izquierda que tenga como característica muy importante una especie de compromiso histórico con la democracia.
Si nos quedáramos exclusivamente en los aspectos electorales, qué partidos, coaliciones y candidatos habrá en la sucesión presidencial, en el Congreso de la Unión, en las gubernaturas y en los congresos locales, sin duda nos quedaríamos cortos, dada la vastedad de los problemas de México y las decisiones que hay que tomar para un nuevo curso nacional.
Tengo por convicción que a López Obrador no le interesa la política y las relaciones mundiales, que está más preocupado por su aldea y, por tanto, su desempeño, a la vez que niega el papel de la Cancillería, cumple a capricho lo que son sus convicciones, más que la responsabilidad de un Jefe de Estado que nos representa ante el orbe.
La voluntad política que impulsa la persecución penal de Francisco González emana de una decisión de María Eugenia Campos Galván, panista y rival de Corral Jurado y también señalada de haberse beneficiado política y económicamente de la tiranía de la cual fue inocultablemente cómplice.