InSight Crime
Las personas han llevado su gusto por la “narcocultura” a los disfraces de Halloween como el de Pablo Escobar y Joaquín “El Chapo” Guzmán. Por Chris Dalby Colombia, 1 de noviembre (Insight Crime).- La fascinación por la “narcocultura” se ha tomado las industrias de los medios y el entretenimiento: documentales, programas de televisión, películas, podcasts […]
De hecho, en septiembre de 2020, un agente de la DEA en Colombia, que trabajó con estas unidades verificadas, se declaró culpable de “participar durante siete años en un esquema mediante el cual se desviaron más de nueve millones en ganancias del narcotráfico, provenientes de investigaciones de lavado de dinero encubiertas”.
Recién hace una semana, el 13 de octubre, agentes de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (Customs and Border Protection, CBP) en Arizona descubrieron en un compartimiento oculto de una camioneta decenas de miles de pastillas de fentanilo presuntamente ilegal, que pesaban más de 20 kilos.
Los ataques contra las cámaras de vigilancia se han convertido en algo frecuente en Culiacán, Sonora.
El 11 de octubre, las autoridades del estado de Oaxaca, sur del país, anunciaron el rescate de tres menores de entre 11 y 14 años. Al parecer, una red de trata de personas los convenció de huir de sus casas, luego de ser contactados a través del videojuego Free Fire.
La investigación de OCCRP reveló una red de subsidiarias de tabaco chinas o compañías fantasma que han aprovechado las laxas regulaciones en la Zona Libre de Colón, Panamá, para importar cigarrillos chinos libres de impuestos, o incluso para fabricar productos de esas marcas dentro de Panamá. Luego trabajan con una red de contrabandistas regionales para trasladar el producto a otros países de América Latina, ocultando su origen mediante un complejo papeleo.
El control del puerto de Manzanillo es esencial en la campaña del CJNG por el dominio del lucrativo negocio de las drogas sintéticas hacia Estados Unidos y para la expansión del grupo en todo México.
Pese a que los efectos del descalabro económico se sienten a lo largo de toda la Riviera Maya, los carteles han mantenido sus esquemas de extorsión en el popular destino turístico, e incluso han expandido sus operaciones para afectar desde proveedores locales hasta grandes empresas.
Los grupos criminales han empezado a utilizar criptomonedas para disfrazar transacciones ilegales como el lavado de dinero y estafas.
Juan García Abrego fue el primer narcotraficante mexicano en ser incluido en la lista de los diez más buscados del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) en 1985.
Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, podría ser el principal responsable de una amplia red de lavado de dinero que involucró a socios comerciales y organizaciones criminales.
Conforme el negocio del cannabis deja de serlo, los grupos criminales amplían su catálogo de ingresos y se enfocan sobre todo en la venta de alcohol, cooptando a los competidores en zonas distantes, y en la venta de madera, a través de una tala feroz.
Los Zetas demostraron que mediante terribles mensajes y tácticas brutales se podía controlar el territorio, y de esa manera obtener numerosas rentas criminales locales, incluso mientras competían por la acción en el mercado internacional.
La mariguana “de alto poder” como “wax”, hachís y aceite de THC tiene una mayor concentración del psicoactivo.
A inicios de mes la Guardia Costera de Estados Unidos anunció que descargó drogas por valor de más de 1.400 millones de dólares en el puerto Everglades de Fort Lauderdale.
El proceso de fragmentación criminal en México ha dejado un escenario complejo. Varias organizaciones narcotraficantes no han podido mantenerse unidas, ya sea por conflictos internos, disputas con rivales o arrestos de sus principales líderes.