Francisco Ortiz Pinchetti
A menudo damos por hecho que la imagen de nuestro país en el mundo es semejante a la de Afganistán en los peores momentos de su historia. Suponemos que la violencia que nos agobia y que el mal gobierno ha sido incapaz de reducir nos proyecta internacionalmente como una tierra de inseguridad, ejecuciones masivas, secuestros, violaciones. Asumimos la vergüenza de ser una nación fallida y deplorable, corrupta hasta la médula. Y resulta sin embargo que ahora somos ya el octavo país más visitado del planeta, con más de 35 millones de turistas al año.
Korrodi Cruz, a quien ahora no pocos medios atribuyen ser el creador de Amigos de Fox, describía así su trabajo: “A nosotros nos toca la friega de darle seguimiento a los ofrecimientos que él consigue, de andar tras los centavos como cobradores.
Además, los integrantes de nuestras legislaturas estatales tienen abiertas las posibilidades para “negocios” de todo tipo, al amparo de complicidades que les aseguran la impunidad, como el cobro de “moches” a alcaldes, el tráfico de subsidios y programas especiales, y la “limpia” de cuentas públicas, como quedó en evidencia recientemente con el video escándalo de San Luis Potosí.
Además de necesario, es absolutamente posible formar un gobierno de coalición en México. No digo que sea fácil. Un gobierno plural e incluyente, como ocurre en muchos países del mundo, entre ellos varios latinoamericanos, como Chile y Uruguay. Es buen ejemplo el reciente caso de Francia, donde el nuevo presidente Emmanuel Macron integró su primer gabinete ministerial de 22 miembros, que respeta la paridad entre hombres y mujeres y refleja su voluntad de “recomposición política” que prometió a lo largo de la campaña.
Confieso ser adicto a estos ortópteros, cuyo nombre náhuatl –chapolin-- significa “insecto que rebota como pelota de hule”. Un registro remoto me indica que los probé por primera vez siendo adolescente, cuando mi padre, glotón irremediable, los llevó a la casa.
En junio de 1968, hace casi medio siglo, viví en Baja California mi primera experiencia electoral como reportero. Me tocó cubrir las elecciones municipales de Tijuana y Mexicali. Y ahí me topé con alguien que me acompañaría un buen trecho de mi carrera profesional: el fraude electoral. Creo que lo conozco.
Nadie en su sano juicio, como diría mi abuelita si viviera, apostaría siquiera un billete de dos pesos a la hipotética candidatura de Miguel Ángel Mancera Espinosa a la Presidencia de la República en 2018. El jefe de Gobierno de la capital, que llegó al cargo como candidato del PRD con un formidable apoyo ciudadano ha visto severamente erosionada su popularidad, al grado de no alcanzar arriba de un dígito en las preferencias electorales según todas las encuestas recientes.
Con la premura que uno como pasajero suele llegar al aeropuerto --aunque finalmente las prisas resulten inútiles por la demora de nuestro vuelo--, ingresé al local que la panadería Tere tiene en el terminal aérea de Mérida y compré la infaltable caja de hojaldres, una delicia yucateca tradicional. Ya en el avión de Aeroméxico coloqué […]
Es mala señal que Andrés Manuel López Obrador haya optado en los últimos días por descalificar el proceso y, otra vez, adelantar la preparación de un fraude electoral.
No me sorprende que en la mayoría de los comentarios acerca del asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas se soslayen las reiteradas denuncias del reportero sinaloense sobre la explotación, la represión y la censura que los informadores sufren en sus propios medios. Por ignorancia o por interés, acaso sólo por corrección, se evade profundizar en el meollo de un problema que afecta de manera cotidiana al quehacer periodístico en nuestro país.
El Estado de México, la entidad más poblada del país, ha sido bastión histórico del PRI. El partido ha mantenido la hegemonía durante 78 años y los priistas mexiquenses dominan hoy, además, el gobierno federal, encabezado por Enrique Peña Nieto
A pesar de su título cinematográfico, mi colaboración de esta semana no está dedicada a exaltar las cifras delincuenciales que agobian a los habitantes de la capital mexicana. No hay alguna intensión de dramatizar con el alarmante ascenso de la incidencia de los llamados delitos de alto impacto, el robo de autos con violencia, el […]
Suponer que el aparato de poder priista en Edomex puede ser superado con encuestas es cuando menos ingenuo. Es un hecho que Morena prácticamente no existe como partido en el estado, carece de estructura y de posibilidades de movilización.
Encontré también un portal en Internet de una fábrica y cadena internacional de tiendas de ropa con un divertido sentido nacionalista que se llama Ay güey y que pondera el valor de lo mexicano por encima de las manufacturas de otros países.
Allá a finales de los cincuentas y principios de los sesentas Tuxpan era uno de los únicos tres destinos que existían en la agenda vacacional de mi padre. Y el único de los tres al que no viajábamos en tren, sino en auto, tal vez un Plymouth verde o azul que aparece fugazmente en mis recuerdos.
En su mandato Bartlett Díaz se distinguió por ser un golpeador implacable de la izquierda