Francisco Ortiz Pinchetti
Y es que quizá no haya para mí un personaje capitalino más entrañable que el también llamado cilindrero, ese músico callejero que va con su pesado instrumento a cuestas y se instala en alguna esquina de la ciudad para interpretar melodías inolvidables.
Si el señor predica cotidianamente a sus discípulos que siempre hay “otros datos” para oponer aquellos que ponen en duda sus afirmaciones o simplemente le resultan incómodos, uno de los apóstoles, Hugo López-Gatell, el más avezado de todos, ha encontrado que todas las cifras que demuestran la ineficacia del actual Gobierno resulta que son intrascendentes.
ste padecimiento, que tiene repercusiones obvias en todos los aspectos de la vida humana, incluido el desarrollo intelectual, debiera recibir la mayor atención por parte de las autoridades e instituciones de salud.
La situación que vivimos por la pandemia de la COVID-19 es como una guerra que de pronto interrumpe la vida de una comunidad e impide a los niños regresar a la normalidad.
Permítanme sin embargo abstraerme de esa tragedia para recordar a mis muertos personales, entre los cuales por cierto afortunadamente no hay todavía ninguno víctima del coronavirus. Sin olvidar por supuesto a mis familiares, empezando por mis inolvidables padres Emily y José, quiero referirme esta vez a mis amigos muertos.
Es un hecho que la virulencia de pandemia ha arreciado.
"El Gobierno federal, incluido en primer lugar el Presidente de la República, busca sacar un provecho político y electorero al asunto".
Andrés Manuel López Obrador presumió hace una semana que en México “ya se vislumbra” que hay recuperación económica ante la pandemia de COVID-19
El Gobierno de Ciudad de México utiliza a mujeres policías inertes, con órdenes de no contestar agresiones, para presumir que no reprime las manifestaciones de las feministas.
Así, el propio Presidente hace una decidida –y a menudo contundente– promoción de ese medio de comunicación, al que no desmiente pero cotidianamente denuesta.
Todo esto viene a cuento por mi convicción de que la pandemia de la COVID-19 que nos azota ha provocado el surgimiento de una especie de “cocina de pandemia”, a partir precisamente de la necesidad de permanecer en casa el mayor tiempo posible, lo que incluye la tácita prohibición de salir a comer fuera, en restaurantes, fondas o loncherías, y en cambio alienta la preparación y consumo de alimentos en casa.
La pandemia de la COVID-19 ha prácticamente interrumpido nuestra relación personal. En estos horribles seis meses de aislamiento nos hemos visto dos, tres veces, aunque seguimos en frecuente contacto. La extraño mucho. Espero que esto pase pronto, sobretodo porque pienso que ella tiene derecho a vivir y disfrutar su juventud
De entrada, es una aberración la idea de preguntar al pueblo, al estilo de Poncio Pilato, si se somete a juicio o no a los expresidentes a través de una consulta ciudadana.
De lo que podemos estar seguros es de que este Segundo Informe será a distancia… de la realidad
El problema mayor que significa esta práctica, cada vez más frecuente, es el riesgo de que forme parte de otra “nueva normalidad” y que acabemos por acostumbrarnos a ella en ausencia de un cabal estado de Derecho
Pienso que la mentada ley, en uno de los estados más pobres del país y con altos índices de informalidad, resulta demagógica y engañosa