Fabrizio Mejía Madrid
“El Calderón de Wikileaks es el retrato de la debacle del Estado y sus compromisos jurídicos tanto como de su supuesto espíritu democrático”.
La Guardia Nacional no se necesita validar porque tiene 70 por ciento de aprobación ciudadana.
Además del encañonamiento del Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tenemos, ahora, una compañía privada que maneja a su antojo a García Luna y Cárdenas Palomino.
El encubrimiento fue ordenado por el Procurador Murillo Karam que manufacturó una escena de un crimen y una historia de narcotraficantes en un municipio del sur pobre de este país.
El pánico social que quisieron generar la mayoría de los medios diciendo que México estaba en llamas, no surtió el efecto deseado.
Pero no son las magias ocultas las que tienen a Acción Nacional hoy en las redes de lugares que tienen que ver con el Benemérito de las Américas.
Hoy está claro que Calderón lanzó una guerra que no tenía como objetivo la seguridad sino dirigir a los grupos criminales desde la silla presidencial y, quizás, atacar regiones puntuales del país que contuvieran gérmenes de defensa del territorio, opositores a las concesiones mineras, del agua, del viento.
La decisión de un juez puede ser conforme a la letra de las normas pero, aún así, estar en contra del interés general.
Para el caso Debanhi, los medios usaron el término “tragedia”, es decir, el relato de un personaje a quien sus propias pasiones conducen a un final terrible.
No se necesita ser un genio de las relaciones bilaterales para saber la diferencia entre las visitas de López Obrador y las de sus antecesores.
Al igual que con la de Raniere, en los últimos años, más de diez mujeres que han abandonado la colonia LeBarón han escrito sus testimonios de los abusos que han vivido dentro de esas tierras que abarcan nueve por seis kilómetros de extensión.
La propuesta del PRI señala con claridad que buscan que las familias mexicanas tengan, no mejores salarios, hospitales o escuelas, sino mayores calibres.
Según el estudio de la UNAM, la idea es vincular al Presidente López Obrador y su partido con el narcotráfico se hizo a partir de repetir que existe un pacto del Estado con el crimen.
Este retrato íntimo del PRI no podría completarse sin “Alito” Moreno que sintetiza lo que aquí hemos delineado.
El problema de esto es que la Alianza sigue viendo la política como era en el antiguo régimen: la colocación de una marca en los anaqueles del supermercado de partidos.
El desenlace del dirigente del PRI es uno más en la larga degradación de ese partido y de la coalición a la que pertenece junto con Acción Nacional y el PRD.