Fabrizio Mejía Madrid
En su más reciente acto de campaña, hace unos días, el Partido del Movimiento Ciudadano presentó lo que llama “una nueva visión del país”, llamado “Mexicolectivo”.
En dos días Xóchitl cambió todo: la “narrativa” de la 4T, la opinión sobre los indígenas, y las encuestas. Un fenómeno.
«Luego sigue ‘Alito’ al que veo ya todo un candidato presidencial. No es broma. Es casi tan enfático como falso, casi tan afectado como redundante, casi tan firme como incoherente».
«Quise dejar por escrito mi indignación por el neoliberalismo dentro de los posibles candidatos de Morena».
Al contrario, el método de la encuesta le ha funcionado varias veces a la izquierda. La más vistosa es en el 2011, cuando deciden acudir a esa instancia los dos candidatos presidenciales, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard.
Después de la celebración del PRIAN y PRD de su propia degradación, le siguieron comentarios de las senadoras de su preferencia.
Es la destrucción del mundo como la derecha lo conoció. Y, aunque no pueden enunciarlo, lo que se ha ido destruyendo poco a poco son las coordenadas del lugar que ocupan unos y otros mexicanos en la idea de patria, el tipo de pertenencia, el arraigo republicano.
Así, para ser perspicaces, se inventaron que, a pesar de que no se leía por ningún lado eso de que se iba a reservar la información, pues podía suceder en un futuro incierto donde nos cayera, por ejemplo, un meteorito.
Vayamos a Lilly Téllez. Contribuyó a la maraña juntando en su discurso dos cosas distintas: su muy peculiar evaluación del Gobierno que la llevó al Senado, es decir, el de Morena, mezclada con una agenda sacada casi textualmente de la derecha que irrumpió en el Capitolio animada por Donald Trump y Steve Banon.
La idea que la mayoría de los ministros reflejó en su votación, repito, mayoritaria, es la de unos abogados que creen que gobiernan para la Constitución y no para el pueblo.
Un día antes de que Xóchitl Gálvez se encadenara sola, los senadores de Acción Nacional habían dormido y celebrado un baile en el salón del plenos del Senado. Quedará para la historia el trío de Gustavo Madero, la misma Gálvez, y Álvarez Icaza jugando a empiernarse.
Ansiar la muerte del Presidente de forma pública revela una carencia que ha aquejado a la oposición durante estos tres años de Gobierno: creer que AMLO es la 4T y no una de sus creaciones.
Al final, después de horas de discursos, de egos, de que se les fue la transmisión, la pasarela para Claudio fue sólo lo que dijo Aureoles: una foto para que todo mundo sepa que se juntaron.
Como dice el doctor en Ciencias Sociales, Raúl Angiano, el foxismo fue “una caricatura grotesca del PRI: un presidencialismo sin autoridad, tamizado por la frivolidad de la pareja presidencial y la ignorancia agreste de su titular”.
«La oposición grosera, calumniadora, e ignorante de la sesión de los diputados hace casi un año, tuvo que reaccionar a la ‘nueva nacionalización’ eléctrica».
«Justo cuando Lorenzo hacía su gira del adiós en Washington, un magistrado de la Suprema Corte, Javier Lainez aprovechaba la noche del viernes 24 para madrugar con la suspensión del Plan B de la ley electoral que achicaba los salarios onerosos de 400 empleados del INE».