Ernesto Hernández Norzagaray
Es muy probable que sí le dolió perder la calle que por décadas fue suya y sus seguidores. Pero las dos marchas son distintas.
Cuando se esperaba que el Presidente López Obrador daría un paso atrás para leer diez veces el mensaje al derecho y al revés y dar una visión de Estado, lo único que se le ocurrió al equipo o mejor al propio Presidente, fue movilizar a sus bases en una movilización de contraste.
El próximo domingo está llamado a ser un termómetro, uno más, de lo que piensa un sector muy activo de la sociedad con o sin partido, consciente o inconscientemente, de los alcances de la Reforma Electoral en ciernes.
"Es la vieja historia de sometimiento de las comunidades indígenas antes por los españoles hoy por políticos yoris. Esas que todos, por encima de colores partidarios, alegan defender la causa indígena".
Rubén, hasta hace unos días estaba excedido, se creía un Gobernador todopoderoso y estaba con la espada desenvainada dispuesto a metamorfosearse en la Ley para impartir una justicia a su imagen y semejanza, y de esa forma, impulsar su proyecto de control absoluto. Pero, muy temprano, fue sacado de su limbo y aspiración omnipotente.
"Y es que ha sido tenaz la información sobre el presente que nos olvidamos del futuro o peor, del pasado de nuestra andadura democrática. No como el desenlace de una tragedia anunciada sino como ausencia de perspectiva".
Y es que en ocasiones en el periodismo -pero, también, los académicos que opinamos sobre lo público- se olvida de ese básico por la vorágine del día a día.
"Estamos, pues en un callejón sin salida, donde lo que estamos viendo en el mejor de los casos es racionalizar la servidumbre parlamentaria ante el poder presidencial lo que no habrá de traer buen desenlace".
En el caso del político la popularidad si la vemos como legitimidad, ya lo decía el sociólogo Max Weber, podría provenir de tres fuentes: la tradición, el carisma y la racionalidad.
La salida del PRI de Alejandro “Alito” Moreno de la coalición Va por México no sólo debe verse en clave de traición, que sin duda lo es y mucho cualquiera que sea la razón incluida la presunta amenaza de poner a la madre tras las rejas.
Félix Gallardo es quizá la representación más nítida de esa relación de equilibrio entre el poder criminal y el político, tuvo de padrino a Leopoldo Sánchez Celis, exgobernador de Sinaloa, quien lo sacó de la Policía Federal para tenerlo como parte de su guardia personal.
Los dirigentes de la LC23 de septiembre haciéndole honor habían decidido hacer un ejercicio insurreccional en la capital sinaloense con su expresión local el llamado grupo de los “enfermos”, esto es, jóvenes ultraizquierdistas que respondían a sus detractores con un: ¡Sí, estamos enfermos del virus rojo del comunismo, y no hay medicina que nos cure!
Ambos rápidamente destacan como artistas, uno como músico y el otro como pintor, pero también recuerda Rosaura Revueltas no sin dolor que fue en Chicago donde los hermanos Revueltas se aficionan a la copa y eso, diría: “contribuyó en mucho a su prematura y trágica muerte” y en los dos su obra de madurez no pudo realizarse.
La sucesión concertada de hechos violentos que se vivió la semana pasada en varias ciudades mexicanas dejó muertos, vehículos quemados, negocios en llamas y una atmósfera inquietante de miedo.
Julia continuó hablando maravillas de su amigo que había dejado atrás el mar bermejo para instalarse en el DF y estudiar actuación en Bellas Artes y muy pronto estaba en la pantalla grande gracias a su personalidad y dotes de primer actor.
La pregunta que nos asalta es ¿Por qué se remite a los congresos locales cuando es evidente que cuando se cometen infracciones o delitos electorales es la FEPADE la encargada de revisar la evidencia y sancionar o absolver a los presuntos infractores de disposiciones constitucionales?