Dulce Ramírez
El huevo, debería ser considerado un ícono de maltrato animal y rezago de México, y ahora sabrás porqué. Confinadas en jaulas de por vida, más de 200 millones de gallinas en México viven en espacios tan pequeños y tan apretadas que no pueden realizar sus comportamientos más básicos y naturales como caminar, anidar y ni siquiera estirar sus alas, se pisan y lastiman entre ellas.
La necesidad de proteger a los animales y frenar estos riesgos ha llevado a Igualdad Animal México, ha crear la plataforma “Leyes para los animales”, desde donde se están impulsando distintas iniciativas legislativas para lograr un marco de protección legal que incluya a los animales que la ganadería industrial no quiere que veamos y que a su vez se buscará prevenir futuras amenazas de salud provocadas por su comercialización.
Si bien en los últimos años los hábitos de consumo mucho más conscientes con la salud humana, el planeta y los animales han experimentado un crecimiento, con la reciente crisis sanitaria el interés de los consumidores por explorar nuevas alternativas de alimentos, productos y servicios sin ingredientes animales o explotación ha sido mucho más relevante, tanto que ha llevado a diferentes compañías y marcas de productos cárnicos a adaptar sus productos con estos nuevos hábitos adoptados por la sociedad.
Existen diversas formas en las que se pesca en nuestros océanos, todas son muy crueles con los animales y todas están afectando la biodiversidad marina. La pesca de arrastre está barriendo el fondo marítimo dejando solo cadáveres a su paso. En sus redes además de peces quedan atrapados corales, crustáceos y vegetación.
La salud mundial ha colapsado, ha sido más de medio año de restricciones de movilidad, de confinamiento, de enfermedad y muerte. El mundo entero ha tenido que adoptar de tajo nuevas medidas de convivencia que cada día nos separan más, nos hacen vivir con miedo y sin libertad, pero, ¿basta todo esto para salir victoriosos de esta pandemia y frenar nuevas?
La COVID-19, ha urgido un replanteamiento de nuestros hábitos de consumo a fin de evitar el surgimiento de futuras pandemias, debemos adoptar y optar por el menor daño posible hacia nuestra salud y el planeta, que no solo minimice los problemas de salud actuales, sino que prevengan futuras crisis.
Hacerle frente y evidenciar la raíz de estas pandemias será todo un desafío porque debemos romper los más grandes paradigmas. La ganadería industrial es el sistema más devastador que existe, la matanza de animales y su comercialización ha puesto en jaque al mundo, no solo por acabar con los recursos naturales o fomentar malos hábitos alimenticios o ser responsable del calentamiento global o dañar la salud humana y torturar animales, hoy hablo de la existencia de rastros clandestinos y matanzas de traspatio en México.
Hoy el mundo enfrenta un virus que vuelve a cuestionar la relación que tenemos con los animales. Las prácticas culinarias de la humanidad han puesto en jaque la salud pública de todos los continentes, ejemplo de ello son los mercados húmedos o mercados de animales vivos que son el origen de los recientes brotes de enfermedades mundiales y donde se cree que comenzó el COVID-19.
Actualmente, de igual manera, el movimiento por los derechos animales es liderado mayormente por mujeres. El Día de la Mujer, y esta semana que lo conmemora, es propicio para reconocer el increíble trabajo que las mujeres están haciendo alrededor del mundo para poner fin a las injusticias contra los animales.
Desde 2015, Igualdad Animal lanzó “Descubrir La Comida” con el objetivo informar al público sobre la realidad de los animales en las granjas y mataderos industriales y apoyarlos en la transición hacia una alimentación basada en plantas. En 4 años, la campaña se convirtió en un modelo de efectividad debido a las cifras reflejadas por las interacciones y suscripciones de sus seguidores.
Las cifras actuales indican que en Indonesia las inundaciones se han cobrado la vida de más de 67 personas, mientras que en Australia han muerto 26 personas y mil millones de animales y se han quemado 10 millones de hectáreas, una área equivalente a la superficie de Hungría. Ambas tragedias son solo una muestra de nuestras acciones están devastando al planeta y que este una vez más vuelve a recordarnos que son necesarios cambios profundos.
Durante estas fechas en las que el número de animales matados para consumo se incrementa tremendamente y, en consecuencia, también el desperdicio de alimentos, es necesario atender lo que las tendencias actuales del mercado están claramente indicando: las alternativas vegetales van ganando terreno gracias a la demanda de consumidores preocupados por los animales, su salud y atentos a su responsabilidad con el planeta.
El Festival Gadhimai, es conocido como “el mayor sacrificio animal del mundo”. Se celebra cada cinco años en Bariyarpur, al sur de Nepal, y durante dos sanguinarios días más de 200 mil cabras, búfalos, ratas, cerdos y palomas son matados despiadadamente.
La vida en los mares está desapareciendo a una velocidad descomunalmente superior a la de la tierra. La gran importancia de este asunto, considerando que su difusión desencadenaría una avalancha de reclamos sobre cambios profundos, es la razón por la cual este tema no se discute en público en la forma que corresponde.
Las últimas semanas hemos vivido la vorágine de controversia que ha rodeado la Cumbre Sobre la Acción Climática que se celebró en la ciudad de Nueva York el pasado 23 de septiembre. Los jóvenes han levantado la voz y se han unido para exigir acciones reales por parte de los gobiernos ante el calentamiento global.
Ya hace varios años que el filósofo Peter Singer lo advirtió: “estamos, literalmente, jugando con el futuro de nuestro planeta por el bien de las hamburguesas”. Desde entonces, un problema tan relevante y que requiere de soluciones inmediatas se ha diluido entre las prioridades de los mandatarios del planeta.