Alejandro Calvillo
La composición de la microbiota está siendo profundamente afectada, principalmente, por el tipo de alimentación que se ha impuesto.
Diversos gobernantes han iniciado guerras con el fin de mantenerse en el poder. Es decir, si es improbable que Trump active un ataque nuclear, en el balance de su gestión puede pensar que su error fue no iniciar un enfrentamiento militar con una nación extranjera que hubiera unido a los estadounidenses en su causa, recordemos la guerra contra Irak.
¿Cuál derecho debe prevalecer sobre cuál? ¿Es el derecho de una patente superior al derecho a la salud en una situación de emergencia global?
No es que se desconociera el calentamiento global del planeta, han sido los poderes establecidos los que han bloqueado las posibilidades de cambiar el rumbo, de desarrollar otras fuentes energética.
Una serie de documentos confidenciales de esta megacorporación han salido a la luz revelando cómo esta empresa ha logrado generar esta percepción de que la principal causa del sobrepeso y la obesidad está en la falta de actividad física y en las decisiones personales.
Ahora que la mayor causa de enfermedad y muerte entre la población mundial está causada por las enfermedades no transmisibles (cardiovasculares, diabetes, cáncer, hipertensión, etcétera) se puede distinguir que su impacto es mucho menor en las sociedades que han mantenido sus culturas culinarias.
Hay que recordar que los cambios ocurren cuando se tiene la voluntad de empujar hacia nuevos paradigmas. Está en manos del Congreso de la Ciudad de México y de la Jefa de Gobierno.
El caso llamó la atención mundial por el uso de este instrumento altamente sofisticado vendido a gobiernos para ser aplicado exclusivamente en casos de combate al crimen organizado o en casos de seguridad nacional y que el Gobierno mexicano lo estaba utilizando para espiar a defensores de derechos humanos, periodistas e, incluso, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes invitados a investigar el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
A la vez, estas corporaciones en alianza con sus gobiernos, están bloqueando la posibilidad de que una vez desarrollada la vacuna o vacunas, las naciones de medianos y bajos ingresos pudieran desarrollarlas de forma genérica, como lo establece la propia Organización Mundial de Comercio (OMC).
En el “nutriwashing” las corporaciones de la chatarra que dominan gran parte del mercado mundial de alimentos con productos con excesos de azúcares, grasas, sal y una gran cantidad de otros “ingredientes cosméticos” (colorantes, saborizantes, endulzantes, texturizadores, etc) se presentan como si estuvieran preocupadas y actuando a favor de la salud.
No solamente vivimos una pandemia por la COVID-19, esta viene a sumarse a una epidemia de obesidad y diabetes y a un escenario en que el cambio climático avanza con graves consecuencias en todos los ámbitos.
Llegó al poder en el momento que el sistema económico global había llevado al planeta a su sexta extinción de especies, en que el calentamiento global mostraba el inicio de sus devastadoras consecuencias, cuando la riqueza alcanzaba su mayor concentración en un número reducido de personas y corporaciones globales, cuando los organismos de Naciones Unidas llamaban a enfrentar estas catástrofes en todos los ámbitos: ambientales, sociales y económicos.
No somos cómplices de la destrucción, somos víctimas de una realidad sistémica y de quienes la han construido. Sin embargo, de no hacer nada para esta regeneración del planeta y la sociedad, nos convertimos en sus cómplices.
. Esta es una condición para enfrentar el hambre, la desigualdad, para la protección de la salud, para contribuir a la mitigación del cambio climático y para la regeneración de la tierra.
El reto que tenemos enfrente requiere de cambios de paradigma, de lo contrario solamente se estará reproduciendo un sistema que lleva irremediablemente y aceleradamente a la destrucción de la salud y el planeta.
Sí, el dopaje de la comida chatarra ha llevado a la epidemia global de obesidad y diabetes en el mundo, el dopaje del tabaco ha provocado la muerte masiva de 7 millones de personas cada año, el del alcohol se lleva a 3.3 millones de personas anualmente y el de las redes sociales y los videojuegos está provocando epidemias de depresión y déficit de atención en niños y adolescentes, y cada vez más en adultos.