Artes de México
La vida de Filogonio Naxín es la de muchos migrantes indígenas. Siendo adolescente, viajó a la capital de su estado en busca de mejores condiciones de vida, pero nunca dejó de dibujar. Y fue, durante su trabajo en una carnicería, cuando decidió estudiar artes. ¡Tetskúnji¡ ¡Aquí estamos vivos! señala que los pueblos indígenas están vivos y son contemporáneos. Filogonio Naxín lo expresa con gran belleza y contundencia.
En su libro más reciente, el gran maestro Miguel León-Portilla nos permite entrever el interior, no de la caja de Pandora, sino del arcón de Afrodita o, mejor dicho, de sus contrapartes Xochiquetzal y Tlazoltéotl pues, en el universo nahua, ese arcón tiene dos compartimentos, con dos sagradas patronas.
Marcelino Vicente Mulato fue vecino de Ocumicho, muchos lo conocieron, convivieron, trabajaron y aprendieron de él. Marcelino fue el primero en vender diablos a instituciones encargadas de la promoción y el desarrollo artesanal. Sus moldes se siguen utilizando en la comunidad y sus piezas reposan en museos de Michoacán. No se sabe su fecha de nacimiento, pero sí la de su defunción, el 22 de octubre de 1968.
En esta edición nos ocupamos de la vida ritual de algunas comunidades de Guerrero. Su belleza es arrolladora y lo que nos dejan ver es una gran lección de lo que es el México profundo y lo que sus comunidades hacen una y otra vez para, con una gran energía integradora, reconstruir sus sociedades.
Siete cartas más una reúne ocho textos del puño de Jean-Claude Carrière dedicados a Iris y Kiara, sus dos hijas. Sumado al registro epistolar, cada párrafo es un manifiesto del amor filial y humano.
El Día de Muertos -Mihkailwitl o la Fiesta de los Difuntos- es sólo una de las formas de relación con los muertos. Quizás las más visible para la sociedad no indígena pero ciertamente no la única.
Hablar del cuerpo mesoamericano en la publicación número 69 de la Revista Artes de México es adentrarnos a las perspectivas de la estética y simbolismo representativo de esas civilizaciones. En esencia, esta edición, ilustrada con piezas de muchas regiones de la geografía prehispánica de México, plantea reconocer los diferentes signos y las distintas lecturas del universo que los antiguos hacían a través del cuerpo. Piezas que “nos envuelven en su inmovilidad inquietante”.
¿Qué es la fotografía y qué la hace posible? ¿Se genera en la cámara, en la luz, en los propios objetos físicos que capta? ¿O surge, en realidad, de la creatividad del autor, de las intuiciones combinadas de su pulso y su mirada, de una sensibilidad que descubre lo que otras no ven? El ojo que anida entre los párpados de Rafael Doníz es un ojo pensante. Tal vez lo advertimos en Simbología de la forma más nítidamente que en cualquier otro de sus libros.
En este libro, el autor nos lleva de la mano para caminar con él por la geografía de la Sierra de Texcoco, pero también para encontrarnos con personas de sus distintas comunidades y conocer a mujeres y hombres que compartieron mitos, historias o vivencias. Todos los aspectos abordados por el autor nos conducen irremediablemente a pensar el mundo de la medicina desde una realidad diferente a la que se vive en la ciudad, y no es precisamente porque las comunidades que son el objeto de su estudio se encuentren alejadas de la urbe ,o en una situación que las mantenga al margen de lo que sucede en ella.
La fotografía es actualmente, tal vez junto con la poesía, la más vital de las artes latinoamericanas. Artes de México quiere llevar a otro nivel el reto y hacer libros que no sean necesariamente retrospectiva de los autores o catálogos de una muestra. Los primeros treinta y dos títulos de la colección Luz Portátil son el arranque y consolidación de un proyecto editorial único en su género.
El culto al jaguar se desarrolló a lo largo de Mesoamérica. Sahagún oyó hablar a los mexicas de él y de sus virtudes y poderes en el siglo XVI, pero éstos ya estaban muy presentes en las remotas culturas de los olmecas, teotihuacanos, zapotecas y mixtecas. Es un animal muy venerado por sus tremendas cualidades de fuerza, astucia y nobleza.
¿Cómo podríamos definir el azar? Para Alberto Ruy Sánchez: “era un elemento de juego, de posibilidades combinatorias, de formas geométricas que se pueden alternar casualmente; formaba parte de un lenguaje y de unas matemáticas secretas. Ahora los pintores tienden cada vez más a enfatizar en el azar su rasgo de destino”.
El coronel Antonio Carreón sugirió que “tal vez” se debiera a Catarina de San Juan “el origen de las enaguas llamadas de castor poblano (tejido de lana rojo) y el apodo de chinas poblanas que se da a las hermosas criollas de Puebla”. El número 66 de la Revista Artes de México. La China Poblana. retoma este tema.
El número 132 de Artes de México dedica sus páginas a un sitio igual de atractivo que contradictorio: La Roma. El ejemplar cuenta con diez textos destinados a describir procesos históricos y personales ocurridos en la Roma, además de dos cómics de la pluma de Bef basados en personajes que se convirtieron en leyendas de aquellas casonas.
Don Alfonso es un prestigiado artista y chamán originario de San Pablito, Pahuatlán. Los libros-códices de don Alfonso datan de 1975 —según una suerte de página legal escrita de su puño y letra—, y se encuentran, desde hace mucho tiempo, en los principales museos etnográficos y de arte del mundo. A lo largo de estas décadas, don Alfonso ha escrito un total de cinco códices, elaborados de manera artesanal sobre tiras de papel amate plegadas a manera de biombo y manuscritos con pluma, en diálogo con recortes de papel miniaturizados sobre temas chamánicos, mitológicos y terapéuticos.
Los amuletos no necesariamente tienen por cualidad la belleza, pero en algunos casos pueden constituir verdaderas joyas de origen natural (animal o vegetal), o producto del trabajo artesanal del hombre. Son receptáculos de fe, depositarios reales de anhelos y esperanzas y, por lo tanto, objetos de poder a los que concedemos la capacidad de cambiar un destino.