Artes de México
Es un hecho que la lucha libre apasiona y fascina. Algo en ella envuelve los sentidos y posee al público completamente. Y una de sus dimensiones más atractivas es la del lenguaje que se despliega desde las gradas a gritos.
En el panorama de la medicina tradicional serrana, las madres de familia actúan como auténticas curanderas no iniciadas. Carentes del don y del reclutamiento místico distintivo de los especialistas indígenas, poseen sin embargo conocimientos cosmológicos sobre la concepción nahua de persona y los procesos de salud-enfermedad que les permiten poner en práctica procedimientos terapéuticos.
Chinampa, chinamitl, o sea “seto vivo de cañas”, o sea “terreno cercado de varas entretejidas”, es la barrera contra lo desconocido, es un terreno construido sobre el agua, que la borró, reduciendo poco a poco su lisura, su extensión amenazadora.
Este es un fragmento del texto “Alebrije. Monstruo de papel”, de la revista Artes de México: La suma es el mundo que con luces y sombras nos enseña: “Soy el flujo”. Los hombres saben que respiran las mismas nubes que respiran las diosas estrellas, porque las nubes son el humo de las pipas con las que las diosas danzan cuando lucen sus plumas.
El principal problema de los hongos radica en su enorme complejidad ontológica. A lo largo del tiempo y la geografía, el conocer realmente qué es un hongo ha motivado sendas discusiones hasta decantar en una ciencia específica, la micología. Pero más allá de la ciencia, los hongos constituyen uno de los alimentos tradicionales más exquisitos de nuestra variada cocina mexicana.
En la veneración a la Virgen de Guadalupe de México convergieron, desde un principio, antecedentes indígenas prehispánicos y otros procedentes de España, sobre todo de Extremadura.
La obra de Posada puede suscitar interpretaciones equívocas. Por ejemplo, plantearla como una visión ilusoria de México, y apresurarnos a describirla como producto de un artesano inculto, inconsciente de su talento, olvidándonos de su formación académica, de su conocimiento de Grandville y Daumier —maestros franceses de la caricatura que tanto influyeron en la prensa satírica mexicana— y de la minuciosidad que prevaleció en sus dibujos de juventud.
La palabra chocolate nunca ha dejado de ser un imán que alborota los sentidos de quien la escucha. Es sorprendente ver el efecto multisensorial que causa en los demás al pronunciarla. La expresión de la cara y los ojos se transforman, brillan. Se alcanza a escuchar cómo la boca se llena de saliva y surge un deseo compulsivo por ingerirlo.
En el juguete están las costumbres, la vida cotidiana y la vida social de un pueblo. Cómo comen, cómo se relacionan, cómo se representan los papeles de hombres y mujeres. Los objetos útiles en la vida cotidiana que se crean en pequeño, desde la canastita hasta el camión.
La vida de Filogonio Naxín es la de muchos migrantes indígenas. Siendo adolescente, viajó a la capital de su estado en busca de mejores condiciones de vida, pero nunca dejó de dibujar. Y fue, durante su trabajo en una carnicería, cuando decidió estudiar artes. ¡Tetskúnji¡ ¡Aquí estamos vivos! señala que los pueblos indígenas están vivos y son contemporáneos. Filogonio Naxín lo expresa con gran belleza y contundencia.
En su libro más reciente, el gran maestro Miguel León-Portilla nos permite entrever el interior, no de la caja de Pandora, sino del arcón de Afrodita o, mejor dicho, de sus contrapartes Xochiquetzal y Tlazoltéotl pues, en el universo nahua, ese arcón tiene dos compartimentos, con dos sagradas patronas.
Marcelino Vicente Mulato fue vecino de Ocumicho, muchos lo conocieron, convivieron, trabajaron y aprendieron de él. Marcelino fue el primero en vender diablos a instituciones encargadas de la promoción y el desarrollo artesanal. Sus moldes se siguen utilizando en la comunidad y sus piezas reposan en museos de Michoacán. No se sabe su fecha de nacimiento, pero sí la de su defunción, el 22 de octubre de 1968.
En esta edición nos ocupamos de la vida ritual de algunas comunidades de Guerrero. Su belleza es arrolladora y lo que nos dejan ver es una gran lección de lo que es el México profundo y lo que sus comunidades hacen una y otra vez para, con una gran energía integradora, reconstruir sus sociedades.
Siete cartas más una reúne ocho textos del puño de Jean-Claude Carrière dedicados a Iris y Kiara, sus dos hijas. Sumado al registro epistolar, cada párrafo es un manifiesto del amor filial y humano.
El Día de Muertos -Mihkailwitl o la Fiesta de los Difuntos- es sólo una de las formas de relación con los muertos. Quizás las más visible para la sociedad no indígena pero ciertamente no la única.
Hablar del cuerpo mesoamericano en la publicación número 69 de la Revista Artes de México es adentrarnos a las perspectivas de la estética y simbolismo representativo de esas civilizaciones. En esencia, esta edición, ilustrada con piezas de muchas regiones de la geografía prehispánica de México, plantea reconocer los diferentes signos y las distintas lecturas del universo que los antiguos hacían a través del cuerpo. Piezas que “nos envuelven en su inmovilidad inquietante”.