Alfonso López Dávila
El estado de Jalisco inició 2018 con una ola de violencia. Durante los primeros días del año los enfrentamientos entre diversas organizaciones del crimen organizado han dejado decenas de muertos en la zona metropolitana del estado. Ante la situación de violencia que se vive en la entidad, el Gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz aceptó, en su Quinto Informe de Gobierno, que las estrategias de seguridad implementadas durante los cinco años que lleva al frente de la entidad han fallado.
En los últimos meses de 2017 e inicio de 2018 el estado de Guanajuato se ha colocado entre los estados más violentos del país.
Datos del Semáforo Delictivo revelaron un aumento del 23 por ciento en el número de homicidios en comparación a 2016. Otros delitos como lesiones y violaciones también registraron un incremento al subir un 70 y 56 por ciento respectivamente.
A casi 16 de meses de asumir el Gobierno de Tamaulipas, Francisco Javier Cabeza de Vaca no ha podido contener la violencia que azota el estado y los casos de desapariciones, asesinatos, y secuestros están a la orden del día.
De acuerdo con autoridades estatales, el incremento de violencia en BCS está relacionado con una batalla que mantiene el Cártel de Sinaloa y un grupo delictivo que se hace llamar el Cártel de Tijuana Nueva Generación (conformado por ex integrantes de la banda de los Arellano Félix y el Cártel Jalisco Nueva Generación) por el control de las plazas, principalmente de Los Cabos, una de las piedras angulares del turismo mexicano.
El 25 de septiembre de 2016, Carlos Joaquín González, asumió el cargo como Gobernador de Quintana Roo. En su toma de posesión el abanderado de la coalición “UNE-Una Nueva Esperanza” conformada por el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) prometió hacerle frente a la inseguridad para mantener a la entidad como uno de los pilares del turismo mexicano.
A cinco años de que asumiera el cargo como Gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello poco ha podido hacer para que el estado que encabeza se mantenga como el más pobre de toda la República mexicana.
En su primer año al frente del estado de Oaxaca el priista Alejandro Murat Hinojosa poco ha podido hacer para disminuir los índices de inseguridad en la entidad.
A once meses de que asumiera el cargo como Gobernador del estado de Tlaxcala, Marco Antonio Mena Rodríguez, no ha podido hacerle frente al grave problema de trata de personas que se vive en la entidad.
El Gobernador de Coahuila Rubén Moreira Valdez, y su hermano, el ex Gobernador Humberto Moreira Valdés, fueron señalados en un informe realizado por la Universidad de Texas, de recibir dinero de Los Zetas para mantener el control de territorios.
El estado de Sinaloa, gobernado por el priista Quirino Ordaz Coppel, se ha convertido en una entidad marcada por la violencia, en especifico contra las mujeres y los jóvenes.
Ante la creciente inseguridad en el estado de Guerrero, el 3 de septiembre de 2015, un mes antes de que Héctor Astillo asumiera el cargo de Gobernador, el Gobierno federal implementó una estrategia de seguridad en los cinco municipios con mayor incidencia delictiva para hacerle frente a los grupos delictivos.
El 1 de febrero de 2017, día en que José Antonio Gali Fayad, asumió el cargo de gobernador del estado de Puebla aseguró que su gobierno sería abierto, incluyente y que tendrá identidad propia. Además, prometió mano dura contra los delincuentes, combatir el robo de combustible, erradicar los feminicidios y respetar los derechos humanos, problemas que heredó su antecesor, Rafael Moreno Valle.
Alfredo del Mazo Maza aseguró que en sus primeros tres meses al frente del Estado de México entregaría resultados en materia de seguridad, pero hasta ahora los hechos demuestran lo contrario. La violencia y los feminicidios enmarcan el primer mes del priista como titular del Ejecutivo estatal.
Los brigadistas y la ayuda por el sismo se han convertido en un blanco en medio de la crisis de inseguridad en el país.
Renshaw vivía en Brasil desde hace 10 años, tras contraer matrimonio con una brasileña con quien procreó un hijo que tiene ocho años, señaló la policía. Al momento de ser asesinado, el ciudadano británico ya estaba divorciado de la mujer, cuya identidad no se dio a conocer. Comenzó a vivir en las calles de Sao Paulo y se volvió alcohólico.