Alejandro Páez Varela
@paezvarelaNadie cometa el mismo error que cometieron las élites con AMLO: creían que podían derrumbarlo a punta de golpes y no sucedió. Para tirar a López Obrador, por lo que hemos visto, se necesita algo más que estar jodiéndolo todos los días pero lo mismo al revés: para desactivar a las élites se requiere algo más que atizarlas a diario desde la "mañanera". Estas élites son demasiado poderosas como para darles la espalda. El momento es inédito pero nadie asegure, jamás, que no volverán.
La izquierda está ahora mismo navegando en aguas turbulentas por las reglas internas y la guerra sucia entre los equipos de los precandidatos. Es juego de niños, en realidad. La derecha tiene el agua en el cuello y lo que se discute, básicamente, es quién se ahoga primero.
En otras palabras: si México no se hunde, si las cosas no suceden como ellos predicen, habrán hecho inútilmente gárgaras de aguas negras.
Monreal generaba tensión para ver qué le ofrecían de un lado y de otro. Eran “días tristes” para él. Era un “perseguido”. Recuperaba su historia del “opositor que siempre ha estado en la adversidad”. Era una víctima y luego ya no lo fue.
Ahora es Adán Augusto quien puede aprender en la vida del otro. Aunque, y también se vale, perfectamente puede desechar lecciones no vividas y vivir las propias y a ver hasta dónde llega.
Ahora, como lo hice con Marcelo en un texto anterior (Escenarios, 1. Ebrard y la encuesta), haré la pregunta llana: ¿aceptará Sheinbaum, si la encuesta no le favorece, hacerse a un lado? Yo creo que sí. ¿Qué alimenta mi respuesta?
¿Puede Marcelo sin López Obrador? Puedo casi asegurar que la oposición le abriría las puertas a Ebrard pero, ¿ganará si se separa de AMLO?
Aunque la izquierda lleva delantera para 2024, falta mucho tiempo y todo puede pasar. El sexenio no ha terminado y el gabinete federal debe estar atento a corregir errores e implementar estrategias en donde se ha equivocado. Todo lo que se haga impactará, para bien o para mal, multiplicado por cien.
Alejandro Moreno es feliz mientras el PRI se hunde y hunde a la oposición. Un monstruo de Gila anda suelto pero no es uno: son al menos dos.
La sucesión de 1940 y la de 2024 se han hermanado. ¿Qué mensajes manda López Obrador a su movimiento y cuáles son las lecciones que deja la Historia?
Hay dolor y hay llanto. Córdova lo abraza para que no parta solo al terrible infierno de ganarse la vida como todos los demás.
¿Cómo puede López Obrador ser visto de manera tan distinta por un mismo pueblo? ¿Cómo puede dar esperanza en unos y provocar tanto odio en otros?
Nadie en la izquierda debería menospreciar la toma del Zócalo de la Ciudad de México. Mucho menos quedarse pasmado. Todo lo contrario: debería servir como un aliciente para mejorar los gobiernos, corregir lo que está mal e ir a fondo donde se ha sido superficial. Esa sería una reacción inteligente. La movilización de la derecha es incluso una buena justificación para apretar el acelerador.
La vida misma es, muchas veces, un equilibrio entre nosotros y los muchos elefantes. El verdadero problema viene cuando un elefante se nos crece y no nos deja respirar. Es un cáncer que hace metástasis.
Independientemente de que el exsecretario de Seguridad sea declarado culpable (o no), los mexicanos debemos pensar qué sigue: el juicio de Brooklyn no hará pagar a todos los que llevaron a este país a una guerra, empezando por Felipe Calderón.
Una idea ganadora para los partidos de oposición: aceptar que deben cambiar, y emprender la hazaña. Una idea ganadora que dejarán en el olvido, por supuesto, porque para que eso suceda se requeriría la renuncia de Marko Cortés, Alejandro Moreno, Jesús Zambrano y Dante Delgado, caciques de sus propias parcelas.