Alejandro Páez Varela
@paezvarelaLos más corruptos se hicieron del poder dentro del PAN, PRI y PRD, y los nuevos cuadros no pasaron por un mínimo filtro por la complacencia de las élites que los acompañan. Esto también explica que nadie cuestione, en la derecha, que Santiago Taboada, cuyo grupo político está en el ojo del huracán por las corruptelas inmobiliarias, aspire a gobernar la capital mexicana; explica a Xóchitl Gálvez, quien presume un patrimonio hecho al amparo de sus puestos públicos y es su candidata a la Presidencia de la República.
El PRIAN no entendió que su gran derrota es cultural. Se quedó contemplando cómo el lopezobradorismo armaba un discurso ganador. Y mientras contemplaba, vino la siguiente elección y zas, su derrota. Porque no veo otra cosa en el porvenir que la gran derrota de la derecha. Una derrota histórica porque nunca antes se habían dado dos periodos de izquierda en el poder; una derrota cultural que necesariamente vendrá acompañada de desilusión.
Xóchitl se ve débil e incoherente, desencajada y a punto de tirar la toalla. Y esa mujer insegura es producto de otros y de ella misma, que armaron un personaje por la fuerza y que tiembla ante la posibilidad de que se descubra quién es en realidad. Ella debió encarnar un deseo opositor válido de levantar el vuelo; pero ahora encarna el fracaso.
Los votantes queremos que suceda algo que cambie para bien nuestras vidas. Y nos gustaría que sucediera allí, frente a nosotros, en la tele; que la persona que se dirige a las mayorías dé en el clavo y diga: “Estás curado de tu enfermedad”, y que realmente estés curado de todos tus males: las deudas, la falta de oportunidades para tus hijos, la injusticia, la inseguridad. Y sí es posible que suceda, claro. Sí es posible que tus males o los males de nuestras sociedades se curen, pero no depende de un debate. Depende del tiempo, y de creer en un proyecto y apostarle.
Con estos números, PRI y PAN deberán analizar su alianza y quizás emprender su camino por separado. El experimento de Claudio X. González no funcionó y claro que el junior y las élites intelectuales que llamaron a crear este frente no van asumir su parte de culpa; claro que los académicos y periodistas que los condujeron a fusionarse no pagarán por el error. Tampoco Claudio, claro; o Alejandro Moreno y Marko Cortés. Con Xóchitl pasará como con Josefina Vázquez Mota en 2012: le cargarán la espalda con las culpas del fracaso electoral de 2024; la mandarán a un rincón “por mala candidata” y los machos tóxicos al frente de esos partidos (incluyo a Santiago Creel Miranda) se lavarán las manos también.
Rodrigo Galván de las Heras, Director General de la casa encuestadora De Las Heras Demotecnia explicó qué los porcentajes de Claudia Sheinbaum Pardo, Xóchitl Gálvez Ruiz y Jorge Álvarez Máynez, los candidatos a la presidencia de la República, han sufrido pocos cambios debido a la estabilidad que tienen en sus números.
Alicia de los Ríos, como se llama la hija de laa militante de la Liga Comunista 23 de Septiembre del mismo nombre desaparecida de manera forzada por cuerpos policiales y militares, expuso a “Los Periodistas”, la manera en la que eran perpetrados estos vuelos.
La académica Guadalupe Correa-Cabrera y el periodista Sergio Chapa hablaron en “Los Periodistas” sobre los intereses que hay detrás de la política de control fronterizo entre México y Estados Unidos, y expusieron que “la migración no se va a detener porque hay coyotes, porque hay tráfico, como hay demanda por trabajos, igual que las drogas, hay demanda de drogas, hay corrupción”.
Este lunes, militantes de Morena protestaron frente al Congreso del estado, el Tribunal Electoral y el Palacio de Gobierno para acusar la complicidad de la Gobernadora con el Instituto Estatal Electoral, el Tribunal Estatal Electoral. Los morenistas señalan que la Gobernadora Maru Campos ha empleado una denuncia que presentó la Diputada Adriana Terrazas Porras, ligada al exgobernador César Suarte, por presunta violencia política en su contra, para atacar a la bancada de Morena e impedir la reelección de legisladores opositores.
En fin. No es que el equipo de Claudia se deba relajar por los números de las encuestas; todo lo contrario. Pero casi un mes después de iniciada la contienda y con una precampaña tan larga donde Jorge Álvarez se desinfló y Xóchitl Gálvez va de fracaso en fracaso, sí deben empezar a pensar en que el futuro es inminente y llenar los zapatos de AMLO será una tarea de titanes.
Arrastraron a Xóchitl (sumo a los calderonistas) a golpear a López Obrador como estrategia única. Está bien por ellos, que quieren vengarse. ¿Pero le servirá a ella? Mi respuesta es contundente: NO. Por la evidencia acumulada en los últimos seis años. Las mediciones al Presidente dicen que crece o se mantiene entre más le pegan y las encuestas electorales siguen casi iguales que hace seis meses, y a este paso, según mis cálculos, si Gálvez saca la mitad de los votos que sacaron PRI, PAN y PRD en 2018, será un verdadero milagro.
¿A alguien le importa que Castañeda diga que él no sugiere que su candidata Xóchitl Gálvez lance baldes de aguas negras, aunque al mismo tiempo sugiere que lo haga, de preferencia a partir de ya?
Xóchitl fue literal: se extrajo sangre de un dedo, la mostró al público mientras escurría y luego la estampó en un documento que, quizás, no sé porque no soy notario público, quedó invalidado en el acto. En la cultura mafiosa italiana, plagada de traiciones, los capi o jefes de las organizaciones criminales suelen firmar acuerdos con sangre. Apelan a valores “superiores” como Dios o todos los santos porque sus propios valores no sirven de un carajo. El mensaje de Xóchitl fue que su palabra no basta, pero tomó el riesgo porque la campaña se basa en la sangre. Sangre-sangre-sangre. Sangre, y miedo.
La DEA de nuestros tiempos es la CIA o el FBI en otros momentos. Y The New York Times y ProPublica aceptan ser el engrudo que une a todas las fuerzas que atentan contra un poder democráticamente electo. The New York Times y ProPublica asumen gustosos el papel vergonzoso que antes asumieron Henry Kissinger, John Dimitri Negroponte y otros.
Este domingo, según entendí, marcharon contra “López” y contra Claudia Sheinbaum. Y contra la curiosa dictadura que permite que todos marchen. Y contra “la destrucción de las instituciones”, según leí. Y contra el comunismo, de acuerdo con lo que escuché. Y contra las reformas a la Constitución que buscan quitarle su casa a los ciudadanos, como dicen los mensajes que circulan en WhatsApp. Y contra el tirano que ayer se atrevió a quitarle la Bandera al asta del Zócalo, según leí, para que no pudieran tomarse fotos con ella los que marcharon. Y contra el dictador que el sábado ordenó que sonara la alerta sísmica para desalentar la movilización del domingo. Y contra el fraude electoral que, según vi, se prepara “desde el poder”. Qué bueno que marcharon y lo aplaudo, sobre todo para los que nunca habían sentido el poder de hacerlo. ¿Pero lo les gustaría marchar por causas de verdad?
El desmoronamiento del PRIAN, consecuencia de la mediocridad de sus líderes, la ausencia de un proyecto renovado de Nación y su incapacidad para superar sus propias enfermedades (la corrupción interna, su distanciamiento con las causas ciudadanas y su rendición a los poderes de facto) hizo ver a MC como una posible opción para los que no simpatizan con Morena. El mapa político se redujo a dos polos mientras el prianismo se abrazaba al descrédito de los caciques intelectuales, empresariales y mediáticos. Y así, el partido de Dante se erguía ante su más grande oportunidad. ¿Qué hizo? Como el PRIAN con Xóchitl Gálvez, optó por un producto milagro: la frivolidad y los likes: Samuel García. Y luego, cuando Samuel se cayó, redobló la apuesta: la frivolidad y la insolvencia: Álvarez Máynez. Pero no es sólo Álvarez Máynez, como digo. Es la capitulación; la renuncia inexplicable al horizonte que se le abría.