Alejandro Páez Varela
@paezvarelaPero como esa prensa no hizo presión y dejó en apenas unos cuantos medios la denuncia, entonces Duarte se siguió. Por eso hablo de complicidad. No hablo de “silencio cómplice” por chairo: es lo que es.
Para mi gusto, de los pocos logros que este sexenio puede presumir es el cuerpazo de Alejandra Lagunes. Y al parecer se logró en los últimos tres años, si atiendo las crónicas sociales.
Faltó y sigue faltando un líder que obligue a la clase política a rendir cuentas y aquí también falta cara para hacerlo, es decir, legitimidad. Ha faltado líder que vaya por los asesinos de periodistas; ha faltado líder para ponerle un hasta aquí al saqueo de combustibles. En las cosas más nimias del acontecer diario falta un líder porque cuando dicen: “pongan en orden a los maestros” falta legitimidad para responder:“ sí, pondremos en orden a los maestros como ponemos orden en todos los ámbitos”.
El arrepentimiento por los días mal vividos existe y eso son los cuarenta. El calor del sol, el vuelo de las aves, las canas y las entradas salvajes; la vida de mi madre y la sopa caliente que me recuerdan sus manos cada mediodía; el cansancio, los libros, el café, mi ceguera e incluso el placer maldito del tabaco: todo tiene un sabor inevitablemente bueno, sabor al premio del que espera.
Mancera dice que no se arrepiente de las medidas que ha tomado en estos años, pero deja claro que su maltrecha popularidad no es sólo por sus propias decisiones: le pegó la toma del Zócalo por parte de los maestros, o los cambios en el Hoy No Circula. Y ambos temas son federales. Ahora tiene un frente abierto: es con las autoridades federales de medio ambiente. Claramente dice que le pegan a los capitalinos para causarle daño político. En entrevista con SinEmbargo habla también de Marcelo Ebrard y afirma que nunca, nunca habló del tema de su antecesor con nadie en Los Pinos o en Gobernación. Es más, dice, “no hay un Caso Marcelo”
Javier Duarte todavía puede ser investigado porque el Caso Narvarte no está cerrado, dice el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México en entrevista con SinEmbargo. Habla de más temas: dice que le extendería la mano a Marcelo Ebrard, como se la da a Enrique Peña Nieto. Afirma que buscará lanzarse por la Presidencia de México en una alianza con el PRD, PT y Movimiento Ciudadano. ¿Y por qué no Morena? Porque Morena quiere “decidir quiénes son malos y quienes son buenos”. Define su relación con AMLO: “No te puedo decir que estamos distanciados. Simplemente no hemos tenido contacto; pero, yo siempre tuve buena relación, una relación cordial. Ahora, pues él sí ha hecho algunas acusaciones hacía mi persona, pero lo entiendo que es parte de la efervescencia política también...”
Reloj exclusivo, champán, zapatos recién salidos del bolero; planes para vacaciones de verano y planes para el invierno. La mejor falda, los mejores trajes, goma para el cabello. Un puesto y luego otro. Que Diputado, que Senador, que director de área o Secretario; que funcionario del partido, luego comisionado. Y estar cerca del dinero público, siempre. Estar cerca de los puestos públicos, siempre, y jalar a los otros.
Cosas que no termino de comprender: el grito de simpatía (“Peña/bombón…”) venía de esos mismos que, generación tras generación, han sido humillados por los gobernantes de Edomex.
En esta ocasión el periodista y escritor Alejandro Páez comparte las fotografías tomadas con su propio celular durante un viaje a Europa, específicamente, a la capital española Madrid.
La derrota de Manlio Fabio en las pasadas elecciones, que no fue exclusivamente de él, sí llevó al viejo zorro a dejar el PRI. Me llama la atención que, en cambio, el Jefe del Ejecutivo federal no le ha pedido la renuncia al Secretario de Hacienda y al de Gobernación, y todavía más: que Videgaray u Osorio –o el mismo Aurelio Nuño, titular de la SEP– no hayan presentado su renuncia. Ya saben, por un tema de dignidad.
Pinche gente, qué sabe de progreso. Los subversivos no progresan por subversivos. Allí está el mismísimo Enrique Peña Nieto, que de burócrata de medio pelo subió a Presidente. Pinche gente revoltosa, me cae. Revoltosa y malagradecida: queremos llevarles progreso y se ponen a las patadas. Por eso se les responde a balazos, ¿de qué otra forma si no entienden? Por eso se llenan sus plazas de policías. Por eso se les despide, se les humilla, se les ultraja; a ellos y a sus mujeres. Quieren carreteras pero no ponen de su parte: ¿qué tanto es ceder su casa en aras del progreso? Quieren agua pero no entregan la que tienen. Quieren sueldo de maestro, los desgraciados, pero no quieren votar por el PRI.
“En las calles sigue el Ejército, diez años después, y hay un sentimiento generalizado de que opera, con toda impunidad, una guerra de exterminio. Los crímenes continúan y los grupos armados han diversificado sus ingresos apoyándose en la impunidad. No existe una política de Estado efectiva para resarcir el daño a las víctimas o para alejar a los jóvenes de los grupos armados. Las policías no se han saneado y la narcopolítica parece mantener los cotos que tenía antes del inicio de la confrontación. No hay grandes avances en el sistema penal; las prisiones son escuelas de criminales; las operaciones de lavado de dinero siguen desarrollándose y apenas, en todo este tiempo, un atisbo de luz: la posibilidad de que a menos la mariguana sea despenalizada.
Caían los últimos votos al PREP de la elección pasada cuando desayuné con un conocido. Conversamos de los temas que tenía en el buche y después, de la nada, me dijo: –Tengo mucha curiosidad por saber lo que piensan en el Gobierno de Mancera. Deben estar muy sacados de onda. Le pregunté, obvio, por qué […]
Si alguien me pregunta qué mancha el triunfo del PAN este 2015, le contesto sin pensarlo: Miguel Ángel Yunes. Yunes y Calderón. Yunes, Calderón y, por lo tanto, Margarita Zavala.
Siento, a veces, que los ciudadanos sí están contentos con Peña Nieto y responden que no porque creen que con eso cumplen su con responsabilidad civil frente a la debacle. Y el días de las elecciones no salen; se quedan en casa. Se rascan la barriga mientras su patrimonio, su salario y su dignidad se deslizan al caño.
La Operación AMLO –la he bautizado así arbitrariamente– tendrá que estar forrada de dinero, por supuesto. Si hay dos periódicos dedicados sólo a López Obrador, día y noche, serán cuatro o diez. Y todas las televisoras. Y actividad a todos los niveles y a todas horas.