Alberto Ruy-Sánchez
Cuando la penumbra te convierte en luz delgada, en clavo ardiente, en anuncio de esplendor de lo que no se ve y por dentro mi sangre adivina, quererte en mí es todo.
Uno de los signos del deseo a punto de volverse adoración de la amada es percibir en ella una desbordada aparición felizmente devoradora. Es cuando el vértigo del deseo se multiplica en el cuerpo de la amada hecha sacralidad extrema, una diosa.
Los amantes alejados se escriben con todo lo que encuentran y se hablan hasta en silencio. Incluso el humo oloroso en el aire se vuelve puente que une a quienes se desean.
Los enamorados descubren mirándose más de lo que está en la superficie. Verse así crea una tormenta que los hunde, los devora y les da nueva vida.
“Hué, antiguo corazón de Vietnam. La pausa en el viaje nos detiene a lado de la venta donde el río perfumado, a lo lejos, ilumina lo que me lees”.
En Palmira, ahora, el silencio viene del estruendo.
En el tacto son invocados todos los sentidos. Con el tacto amamos y soñamos.
“Hay rincones del mundo donde es más evidente que la escritura es el sitio donde la fugacidad y lo persistente se cruzan, se alimentan mutuamente, se olvidan. La calle de los Calígrafos en Beijing es uno de ellos”.
Aunque somos muchos los indignados, hablo a título personal porque me consta lo que quiero decirle. No se trata de una opinión a favor o en contra del Corredor Chapultepec sino de un testimonio: 1. El trabajo mínimo necesario de responsabilidad social para que el proyecto Chapultepec sea considerado como una obra digna de ser […]
Si algo positivo tiene todo el asunto del Corredor Chapultepec es que podamos discutir qué ciudad queremos. En qué ciudad vivimos y hacia dónde queremos ir. Y sea cual sea el resultado de la muy prematura consulta que se ha montado en un intento tan caro para darle legitimidad a un proyecto que no […]
Con extrema inocencia acepté la invitación de Simón Levy para formar parte de un “consejo rector” sobre el proyecto de renovación de Avenida Chapultepec. Quise creer su palabra de que yo y otros estábamos invitados a conocer y opinar sobre el proyecto con la idea de ejercer una lectura ciudadana, como vecino que soy de […]
Los amantes se conocen por la boca y en la lengua del deseo se transforman más allá de sus latidos.
Los enamorados escuchan en la noche lo que piel adentro no deja de viajar en ellos y hacia ellos.
Los amantes extremos descubren nuevos sonidos y silencios en el cuerpo y en el entorno extraño que los visita o los acoge.
Otros horizontes tienen soles extraños y los amantes extremos son siempre fuente de lo inesperado.
Los amantes prolongados tienen sueños que hablan de ellos sin decirlo. Siempre se bañan desnudos en el río del tiempo.