Alberto Ruy-Sánchez
En el Kama Sutra de piedra cantar y tocar son la misma cosa. Acariciando se nombra y se libera la fuerza de los abismos del cuerpo que anhela y se anhela.
En los rituales del tacto, la segunda estación del Kama Sutra de Kayurajo se ocupa de las rodillas. Ellas se leen y sus huellas en el cuerpo se atesoran, ellas atan y desatan lo posible.
La práctica cotidiana de tocar lentamente las partes del cuerpo donde despierta la fuerza amorosa, la “naysa” según el Kama Sutra de piedra, otorga a lo humano la posibilidad de reunirse con lo divino en el tacto. La vida cotidiana, con toda su voluptuosidad y su belleza adquiere ahí una intensidad única.
El tercer sitio donde debe detenerse la mano en su meticuloso recorrido del cuerpo amado, según el Kama Sutra de Piedra, es el sexo y debe ser testigo ahí de transformaciones inesperadas y divinas.
El Kama Sutra de piedra muestra que todo debe comenzar tocando dioses en cada parte del cuerpo amado. Es la fuente principal de asombros y revelaciones, de goces hondos y, si se tiene suerte y destreza, de nuevos misterios.
En el Kamasustra esculpido de Kayurajo, la voz de los amantes se manifiesta en piedra y enseña el poder demoledor de los gemidos.
En el amor, como en tantas otras ocasiones, el más rudo es el más débil y la violencia nunca se detiene con violencia. Aunque eso parezca.
Sostener el universo con firmeza, como un amante ideal, es una de las metas del Kama Sutra de piedra que tanto nos asombra y nos enseña.
Este Kama Sutra de piedra se activa cuado pasamos como si detectara en piel y carne nuestra fragilidad: el vértigo de descubrir, el gozo de aprender, de tomar, de querer más y más.
El 22 de junio fue inaugurado el Centro de Estudios de Arte Popular Ruth D. Lechuga, como parte del Museo Franz Mayer. Ahí se resguardan en un nuevo equipamiento y se ponen a la disposición de investigadores y de un público necesariamente restringido las 13 mil obras de arte popular que la gran especialista, fotógrafa, viajera y promotora del arte mexicano heredó a dicho recinto antes de morir, en 2004
Los gatos son un misterio con el que convivimos. Incitan tanta adoración como alergias y hasta algunos odios. Pero son fascinantes y todo el tiempo nos retan.
Todas las letras que vemos en libros y revistas y diarios se presentan en familias tipográficas que son comunes y usamos desde hace tiempo
Las piedras de la India sobre el amor, en los templos de Kayurajo, marcan quietas la respiración de los amantes, sus ritmos y su poder sobre todos los sentidos.
En el Kamasutra de piedra de la India hay un capítulo y una serie de esculturas dedicadas al ojo espiritual
Los enamorados siempre se mojan. Si están secos no es pasión.
Lejos del mar pero con el mar por dentro, los amantes rituales que viven para siempre en los templos del Kamasutra de piedra nos enseñan a desatar tormentas y a navegarlas.