Alberto Ruy-Sánchez
Fascinante estremecimiento, El hombre en llamas, de José Clemente Orozco, en el Hospicio Cabañas de Guadalajara es el enigma inquietante al que cada vez, cada quien responde diferente pero nunca indiferente.
Ayer, una caminata nocturna en un bosque de Tlaxcala, santuario de luciérnagas, me dejó estas impresiones.
El arte bordado de Los Tenangos, en Hidalgo, es maravillosamente narrativo y lleno de imaginación. Cuenta por adelantado lo que al verlo bordado recordaremos. Esta obra es de Ezequiel Vicente.
El erotismo divinizado que se practica en Kayurajo cultiva el poder de tocar a fondo con los ojos, de besar con las manos, cantar en silencio y hablar de amor con la boca cerrada.
Alberto Ruy-Sánchez escribe sobre el Limulus, un ser excepcional, que fue encontrado por un escultor también excepcional por su capacidad de percibir lo único en las formas del mundo y que haya sido convertido por ese artista, Brian Nissen, en un conjunto de nuevas formas fascinantes.
Entre los ritos del Kama Sutra de Kayurajo, está el más difícil de aprender, el de tocarse a fondo sin tocarse. Que es siempre un final y un comienzo. Es el modo de entrar al templo del sur, que es como un cuerpo, desde antes de haber entrado.
Entre las partes del cuerpo que el Kama Sutra de Kayurajo aconseja limpiar especialmente y usar sin reserva al hacer el amor está la voz.
Las esculturas eróticas de Kayurajo incluyen lecciones ilustradas sobre el grito orgásmico y su canto retenido para multiplicarse.
En el Kama Sutra esculpido sobre los templos de Kayurajo, los cuerpos de los amantes son letras que escriben lo mejor que podemos ser: amantes atentos al cuerpo de la persona amada.
El bosque que rodea a los templos de Kayurajo es otro templo que llaman púbico, que consideran vivo y frecuentan tanto los dioses como los humanos por las mismas razones de goce y culto y sorpresa.
En el ala del templo de Kayurajo donde nace el día, se adora naturalmente a la luz y a la manera en que emana, rotunda y redonda, del cuerpo de la diosa del amor, Parvati, y de sus encarnaciones cotidianas.
El Kama Sutra de Kayurajo incluye altares dedicados a dioses que cuidan el tiempo. Sus ocho brazos cuentan de siete en siete. Su misterio siempre alerta y desconcierta.
Otra de las lecciones fundamentales del Kama Sutra esculpido en los templos de Kayurajo señala que el lado izquierdo de quien se ama es muy buen camino y debe ser tendido y atendido con esmero.
El valle de Kayurajo, con sus 26 templos donde se explica en la piedra esculpida un Kama Sutra bellamente ilustrado, tiene reglas precisas sobre el tipo de adoración que en cada punto cardinal debe hacerse. Aquí una de ellas.
Sorprende al viajero la cantidad de parques grandes y pequeños en cada barrio y la conciencia de que árboles y flores son el verdadero patrimonio contabilizado de esta ciudad, Londres, que hace no mucho fuera la más contaminada del mundo.
Entre el vómito de concreto e inmovilización que al que una desatada especulación inmobiliaria reduce con insistencia a la Ciudad de México, las hostigadas, las mutiladas, las mal queridas jacarandas nos ofrecen sus tenaces lecciones de profunda resistencia.