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María Rivera

13/02/2025 - 12:01 am

Gaza

"El nivel de destrucción y muerte que causó Israel en ese pequeño territorio es casi indescriptible: los gazatíes perdieron sus casas, sus tiendas, sus hospitales, sus universidades, sus cementerios, todo".

Gaza por María Rivera.
"Los palestinos no quieren dejar su tierra, a la que tienen derecho". Foto: Europa Press

Qué irá a ocurrir con Gaza, querido lector. Es una total aberración la pretensión de Donald Trump de apoderarse de la tierra de los palestinos, deportarlos a todos y robarles sus tierras para construir una ciudad gringa al estilo Trump. Pero es también un horror la amenaza, tanto de Estados Unidos como de Israel, de reanudar la guerra genocida sobre los sobrevivientes de ese lugar del mundo, sometidos a una guerra inhumana y criminal.

Da miedo, preocupación, horror pensar en lo que han sufrido ya y en lo que podría esperarles si dos de los hombres más peligrosos del mundo se proponen terminar de llevar a cabo la limpieza étnica que tanto ansían. Uno, Trump, como un bandido aprovechado y cínico y otro, Netanyahu, como un criminal de guerra neonazi.

Yo no me repongo, querido lector, de escuchar a Trump hablando sobre Gaza, como si sus habitantes no fueran seres humanos, ciudadanos con derechos, sino como ganado, estorbo para sus planes colonizadores. Si ya Israel y Estados Unidos eran un horror para ellos, la llegada de Donald Trump a la presidencia luce como un horror más allá de lo imaginable, y mire que los palestinos han padecido horrores que no tienen comparación más que con los horrores de la Segunda Guerra Mundial. El nivel de destrucción y muerte que causó Israel en ese pequeño territorio es casi indescriptible: los gazatíes perdieron sus casas, sus tiendas, sus hospitales, sus universidades, sus cementerios, todo. Los bombardeos indiscriminados han dejado un paisaje totalmente desolador.

Perdieron también, como sabemos, a sus hijos, sus padres, sus hermanos. Familias completas desparecieron de la faz de la tierra. Ahora, como en una película del exterminio nazi de los judíos, planean deportarlos a todos a otros países para robarles su tierra ¿y quién en el mundo va a impedir ese horror?

Aunque el rechazo ha sido mundial, y múltiples países han manifestado su condena a la idea trumpiana, habrá que ver hasta qué punto están dispuestos a intervenir para evitar otro crimen de guerra contra el pueblo palestino, como es la limpieza étnica.

La locura criminal del presidente de Estados Unidos ha alcanzado el nivel del delirio, querido lector, al grado de que Trump ha acusado y sancionado a los miembros de la Corte Penal Internacional porque ésta emitió órdenes de captura por crímenes de guerra y lesa humanidad al Primer Ministro de Israel y a su ministro de defensa. Increíble, indecible, delirante.

Naturalmente, aun a pesar de todo lo que han sufrido, los palestinos no quieren dejar su tierra, a la que tienen derecho. La amenaza de otra expulsión como fue la Nakba del siglo pasado, pesa sobre ellos y recuerda los crímenes nazis más aborrecibles del siglo pasado, cometidos contra hombres, mujeres y niños indefensos que fueron despojados y deportados de sus tierras.

Desde el cese al fuego hace unas semanas, los gazatíes han vuelto a los restos de sus casas y edificios a buscar, entre los escombros, a sus muertos para enterrarlos. Han vuelto a los restos de sus casas, a retirar escombros, buscar los restos de sus pertenencias, han vuelto para mirar su cielo y escuchar el canto de los pájaros, no el sonido ensordecedor de las bombas israelís, en un paréntesis de paz y alivio. Mientras, Donald Trump recibía a Netanyahu en Estados Unidos como si fuera una celebridad y no un asesino desalmado de miles de niños, de familias enteras. Anunciaba cómo se apoderaría de Gaza y el “potencial” para convertirla en la “Riviera del Medio Oriente” para turistas de todo el mundo.

Parecería una ficción creada por un mal guionista pero no: es una tragedia, querido lector, que está ocurriendo en el mundo. Un mundo que tarde o temprano tendrá que ponerle un alto a las locuras criminales y abusivas del nuevo presidente de Estados Unidos, si es que la humanidad aprendió la lección más profunda del siglo pasado. O no, y se abismará en una noche muy oscura…

María Rivera
María Rivera es poeta, ensayista, cocinera, polemista. Nació en la ciudad de México, en los años setenta, todavía bajo la dictadura perfecta. Defiende la causa feminista, la pacificación, y la libertad. También es promotora y maestra de poesía. Es autora de los libros de poesía Traslación de dominio (FETA 2000) Hay batallas (Joaquín Mortiz, 2005), Los muertos (Calygramma, 2011) Casa de los Heridos (Parentalia, 2017). Obtuvo en 2005 el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes.

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