De acuerdo con el APM Research Lab, más de 73 mil afroestadounidenses han fallecido a causa del COVID-19, y tienen la segunda mayor tasa de mortalidad entre todos los grupos raciales
Por Carrie Antlfinger
MILWAUKEE, Wisconsin, EU, 08 marzo (AP) — La primera persona que Kimberly Montgomery perdió a causa del coronavirus fue su tía. Tenía problemas para respirar, así que su hija la llevó a una sala de emergencias. Fue la última vez que su hija la vio con vida.
Después de eso, una tras otra, 14 personas más en el mundo de Montgomery, amigos y familiares, sucumbieron ante la misma enfermedad.
El policía jubilado quien era un sacristán y diácono en su iglesia. El amigo de su hermano que era cocinero en un restaurante. Una amiga cercana que era enfermera y atendía a pacientes con COVID-19 en Atlanta. Una prima que regresó a casa después de estar 12 días hospitalizada pensando que había mejorado, pero no fue así. Un artista y baterista en una compañía de danza africana.
Fue una serie de pérdidas inimaginables en el año que transcurrió desde que se declaró la pandemia de COVID-19, y todas de estas muertes, salvo una, fueron de personas de raza negra, como Montgomery.
“No sé si algún día podré procesarlas todas”, comentó Montgomery, de 59 años. “El factor de impacto, nunca desaparece. Pero se atenúa”.
A nivel nacional, las personas de raza negra representan a un 12 por ciento de la población, pero suponen cerca del 15 por ciento de todas las muertes por coronavirus por raza que se conocen, de acuerdo con el APM Research Lab, que monitorea la mortalidad de la enfermedad.
Más de 73 mil afroestadounidenses han fallecido a causa del COVID-19, y tienen la segunda mayor tasa de mortalidad entre todos los grupos raciales, detrás de los indígenas.
Al mismo tiempo, Montgomery ha visto a su comunidad lidiar con un reconocimiento a nivel nacional sobre la raza y la actividad policial y otros problemas sistémicos. El dolor personal que tenía sólo se vio reforzado por su determinación de trabajar para el bien público, incluido su empleo como directora de relaciones intergubernamentales para la ciudad de Milwaukee.
“Escuchar las estadísticas… ver los incidentes ocurridos en Minnesota y los incidentes relacionados con George Floyd y con Kenosha, eso es lo que me ayuda a seguir adelante”, señaló. “Porque esas víctimas se ven como yo”.
Montgomery ha dedicado gran parte de su tiempo en el último año abogando por fondos relacionados con el COVID-19 para Milwaukee. También trabaja con la agrupación de exalumnas de Delta Sigma Theta, una fraternidad históricamente de raza negra, para aumentar la concientización sobre las vacunas y pruebas de diagnóstico a través de redes sociales y eventos virtuales.
Trabaja de cerca con el Alcalde de Milwaukee, Tom Barrett, quien dijo que Montgomery siempre ha sabido la importancia de su trabajo, pero que recientemente ha percibido una mayor urgencia.
“Este no es un ejercicio teórico para ella. Es muy real”, comentó Barrett.
Sus experiencias, añadió, también han profundizado su perspectiva. “Me muestra lo devastador que ha sido este último año y esta pandemia”, señaló Barrett.