El Gobierno de Sri Lanka se declara en estado de emergencia por choques entre musulmanes y budistas (VIDEO)

06/03/2018 - 9:00 pm

La ola de violencia, donde budistas quemaron una mezquita y cientos de negocios, comenzó tras la muerte de un musulmán en uno de los choques. En 2017 hubo al menos 16 incidentes contra musulmanes; por ello el Ejecutivo creó los "comités de reconciliación" en todos los distritos del país.

Por Chathuri Dissanayake

Colombo, 6 de marzo (EFE).- El Gobierno de Sri Lanka declaró hoy el estado de emergencia, después de que en los últimos dos días se produjeran enfrentamientos entre musulmanes y cingaleses budistas en el centro del país, con dos muertos y decenas de detenidos.

En medio de una oleada de violencia iniciada tras la muerte de un musulmán en un choque con budistas, el Presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, afirmó que "la Policía, el Ejército y los oficiales del Gobierno han sido instruidos a tomar medidas para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos y que la situación está controlada".

En un discurso grabado y difundido por su oficina, Sirisena condenó las muertes y los daños materiales ocurridos durante los incidentes y explicó que ha ordenado a la Policía que tome medidas "severas" contra "todos" los implicados en la violencia.

Ante esta situación, las autoridades ya habían impuesto ayer el toque de queda y arrestado a más de una veintena de personas en el distrito de Kandy por disturbios violentos, tras la muerte de un budista en una pelea con cuatro musulmanes.

Después de su entierro ayer, se desencadenó una ola de disturbios en la zona de Teldeniya, donde presuntos radicales budistas quemaron una mezquita y cerca de un centenar de negocios.

Entre las ruinas de uno de ellos apareció hoy el cuerpo sin vida de un musulmán de 24 años.

A pesar de las medidas anunciadas hoy por el Gobierno, la violencia continúa en varias localidades de la demarcación administrativa de Kandy.

"Ahora estamos tratando de contener la situación. Hay informaciones de violencia en unas pocas localidades del distrito", indicó a Efe el portavoz de la Policía ceilandesa, Ruwan Gunesekera.

Puntualizó que las fuerzas de seguridad han dispersado una turba de unas 400 personas en las áreas de Thannekymbura y Manikhinna y se ha desplegado un dispositivo policial especial en la zona, además de volver a imponer el toque de queda hasta mañana por la mañana en dos divisiones.

El presidente se reunió ayer con el Consejo de Seguridad Nacional y hoy con el Gabinete de Ministros para tratar el tema, cuyos resultados ya fueron avanzados en el Parlamento por el primer ministro, Ranil Wickremesinghe.

"Me gustaría informar de que el Gabinete de Ministros decidió imponer el estado de emergencia durante siete días en caso de ser necesario, junto con otras normas y regulaciones necesarias durante un corto tiempo", anunció.

En Sri Lanka la población budista representa cerca del 70 por ciento del total, mientras que los hinduistas son alrededor del 15 por ciento, los musulmanes en torno al 11 por ciento y los cristianos el siete por ciento.

El embajador del Reino Unido en el país, James Dauris, instó en su cuenta de Twitter a tomar con "preocupación" el asunto de la violencia entre comunidades y pidió a líderes políticos y religiosos que se enfrenten a la expansión de "la desconfianza y el odio".

La violencia incendió en 2014 las calles de dos ciudades del sur de la isla, con un saldo de cuatro muertos y dieciséis heridos en enfrentamientos de budistas con musulmanes, a lo que se añadió la quema de numerosos negocios y propiedades de personas de esa última comunidad.

El grupo ultranacionalista Bodu Bala Sena (BBS), liderado por el monje Galagoda Atthe Gnanasara, fue señalado entonces como culpable de instigar la violencia contra los musulmanes.

El año pasado, extremistas budistas se manifestaron de forma violenta frente a un hogar de acogida de 31 refugiados rohinyás dirigida por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a los que la Policía tuvo que evacuar.

También en 2017, se produjeron al menos dieciséis incidentes violentos de tinte religioso contra musulmanes, que llevaron al Ejecutivo a anunciar una investigación exhaustiva y la creación de "comités de reconciliación" en todos los distritos del país.

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