Concepción asegura que es ella. Y sí parece: la silueta de la Virgen de Guadalupe estampada en la parte baja de su tanque de agua. La humedad y la fe se mezclaron para formar la silueta de la Madre de México. No se lo dice a cualquiera. Tampoco le interesa lucrar. Otra, en su lugar, hubiera llamado a los programas y revistas de espectáculos para mostrarles el “milagro”.
Ella, que cada año visita la Basílica de Guadalupe el 11 de diciembre, que le pide por todos sus seres queridos, que ofrenda y le rinde tributo, asegura que es la Virgen Morena. Pero no hace alarde, tampoco le reza ni le pone rosas ala imagen aparecida. Ya tendrá tiempo para visitarla en su Templo. En su casa hay medallas, réplicas de la imagen original, escapularios, oraciones impresas. Concepción es una guadalupana, como millones de feligreses que se encomiendan a Lupita.
Lo que no sabe Concepción es que esa misma imagen a quien le reza día y noche, para empresarios, políticos y hasta jerarcas católicos tiene un valor económico muy alto. Desconoce, por ejemplo, que el 31 de marzo de 2002 Diego Monroy, rector de la Basílica, vendió la imagen mariana en 12.5 millones de dólares a la empresa Viotran. Esta empresa comercializaría mundialmente la imagen de la virgen en chamarras, encendedores, velas, plásticos, cerámica, objetos de cobre, plata, oro y cuanto objeto fuera posible durante cinco años, mientras las ganancias millonarias se las repartirían equitativamente entre la Iglesia y esta firma estadounidense.
Ignora, además, que la recién inaugurada Plaza Mariana es de las más novedosas inversiones del hombre más rico de México, Carlos Slim Helú. Un mall erigido en un predio con más de 60 mil metros, donde se invirtieron más de 700 millones de pesos. En su discurso inaugural, el presidente vitalicio de Grupo Carso dijo: “Ha sido para la Fundación Carlos Slim un gran honor y un gran gusto poder donar (sic) al pueblo de México y a los peregrinos y los visitantes en general de esta Plaza Mariana. Haber desarrollado el proyecto arquitectónico para ofrecer los espacios adecuados para las distintas actividades de atención y servicios a los peregrinos de la Basílica de Guadalupe”.
Una “donación” que Carlos Slim dio a la Arquidiócesis de México, misma que recibió por parte de Andrés Manuel López Obrador, entonces Jefe de Gobierno capitalino. Un predio que propició el desalojo violento de cientos de comerciantes que hoy piden que se les indemnice. Concepción asegura que ella visita la Basílica con fervor y apenas el dinero le alcanza para solventar lo básico. Lleva comida preparada y muchos abrigos para espantarse el frío. Así es que la Plaza Mariana tampoco le parece un regalo, ni para ella ni para los más de 9 millones de devotos que visitan cada 11 y 12 de diciembre a la virgen morena.
Raquel Pastor, especialista en temas religiosos, visitó hace unos días la Basílica de Guadalupe. “Lo que más me sorprendió fue encontrarme que afuera de la Basílica hay una plaza comercial. Incluso dentro de ella: antes, para ver de cerca a la Virgen, pasabas por unos corredores eléctricos. Ibas y venías las veces que querías. Ahora sólo hay uno: para regresar a ver la imagen tienes que pasar involuntariamente por la tienda”, narra.
Y recuerda el pasaje bíblico, aquel donde Jesucristo subió a Jerusalén y encontró el Templo atiborrado de vendedores, comerciando con bueyes, ovejas y palomas. Con unas cuerdas improvisó un látigo y echó del Templo a los comerciantes. Derribó mesas y arrojó al suelo las monedas. Pastor Escobar recuerda ese episodio al momento de ver cómo la Basílica ya es una zona comercial. “Siempre lo ha sido, pero ahora es más visible. Además de que falta transparencia en cuanto a los recursos de la Basílica, las limosnas y los artículos religiosos, por ejemplo”.
La Virgen Morena como fetiche
Para Juan Manuel Contreras Colín, especialista en temas relacionados con la Virgen de Guadalupe y el mundo indígena, hay una fetichización de la imagen mariana. “Para empresarios y clérigos, es domesticar una creencia que les deja ganancias. Tergiversan el contenido. Pervierten el sentido real de la imagen guadalupana”.
Contreras Colín asegura que México es un país guadalupano, más allá de la fe y la religión. Para el también investigador y catedrático de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México –UACM– la Virgen de Guadalupe representa al mundo indígena y la dignidad de estos pueblos, desde la Conquista hasta nuestros días.
“Tonatzin-Guadalupe elige al pobre, al indígena desprotegido. Por eso en nuestros días es tan popular este códice”, y enfatiza: “Por eso el que la cantante Lucero le cante “Las Mañanitas” cada 12 de diciembre no es porque le interese la Virgen como tal; tampoco Carlos Slim, al invertir en la Plaza Mariana lo hace por devoción: él no tiene amigos, sino socios. Son industrias, sólo juegos empresariales que le conviene a Norberto Rivera”, advierte.
En su faceta de guadalupanólogo, Contreras Colín se remite a la imagen de la Virgen a partir del Nican Mopohua, un relato en náhuatl acerca de las apariciones de la Virgen de Guadalupe. “Hay que tomar en cuenta que esta imagen no es el documento referencial, sino documental”, advierte y además explica que este libro fue interpretado en el siglo XVI por un grupode indígenas intelectuales, adoctrinados por los franciscanos durante la Conquista. Ellos sacralizaron el Códice Tonatzin para que no las destruyeran las dos Iglesias de entonces: la corriente oficial de Antonio Montúfar y la orden de los Franciscanos.
Este libro guarda un diálogo intercultural y la simbología de la virgen morena. En el Nican Mopohua encontraron el origen de su propia cultura “y una reivindicación de la dignidad indígena. La imagen guadalupana, para el pueblo náhuatl no eran dualismos como aseguran muchos investigadores, sino de integración, unidad. De ahí el poder que tiene la imagen de Guadalupe en la actualidad. El poder que algunos políticos y empresarios han explotado… que volvieron fetiche”.
Un producto de televisoras
Tampoco las televisoras más poderosas del país han desaprovechado la imagen de la Virgen de Guadalupe. Ya sea el 12 de diciembre, con “Las Mañanitas”, donde cantantes y actrices le cantan a la Virgen. Ya sea en programas vespertinos que hacen referencia a santos y vírgenes, milagros y obstáculos derribados por la fe.
Concepción, por ejemplo, ve con frecuencia “La Rosa de Guadalupe”, una serie de Televisa que transmite los “milagros” de la Virgen. En su página oficial, la sinopsis específica: “La fe mueve montañas y la Virgen de Guadalupe se han convertido en un estandarte de millones de mexicanos, quienes le piden milagros y socorro en casos difíciles a la Virgencita”. Y aunque este programa dice no tener tintes religiosos, sino simbólicos, explica: “Cada uno de estos milagros se traduce en una historia, que nutrirá el contenido de La Rosa de Guadalupe… Una rosa blanca aparecerá como símbolo de los milagros o las peticiones, que el personaje o protagonista de la historia invocará, siempre ante la imagen de la Virgen de Guadalupe”.
Sus niveles de audiencia llegaron hasta Perú, donde se transmite en dos horarios todos los días. En México, compite con otra serie, de TV Azteca, llamada “Cada quien su Santo”, este programa también muestra una historia de vida sólo que los milagros lo hacen distintos santos, según la trama. “A mí me parece más verídica ‘Cada quien su Santo’”, confiesa Concepción.
Días antes de estrenarse “La Rosa de Guadalupe”, Arturo Molinar, consultor en medios de comunicación, declaró para la agencia de noticias IPS: “La Iglesia dio a Televisa una patente casi exclusiva para sacar partido dela Virgen”. Además, aseguró que en “Las Mañanitas”, que Televisa transmite durante la madrugada del 12 de diciembre, es la única televisora autorizada para transmitir en vivo desde la Basílica. Patrocinados por la empresa, acota el especialista, los cantantes se presentan para interpretar sus temas ante la imagen mariana. Asimismo enfatizó en que Televisa patrocina el Congreso Mariano que organiza el arzobispado cada año, en mayo. “Donde presentadores y artistas fungen como conferencistas junto a sacerdotes y creyentes”, señala el texto.
Para el sociólogo e historiador, Roberto Blancarte hay acuerdos entre la Iglesia y las televisoras para difundir imágenes o contenidos religiosos, mas no contratos en forma. Sin embargo, considera que los mensajes no son tan directos. Pone un ejemplo: “Televisa Tradiciones”, pequeños programas que aparecieron este año, “donde nuestra meta es rendirle tributo a nuestra gente, a los mexicanos, capturando toda la magia, toda la espiritualidad, todo el misticismo de nuestras tradiciones”, reza la sinopsis oficial. Blancarte toma este ejemplo y analiza:
“Lo interesante es cómo dicen resaltar nuestras tradiciones, cuando en realidad sale el gobernador de algún estado y enseguida viene algún contenido con tema religioso. Es sutil, pero se ve. Cada gobierno estatal impulsa el catolicismo desde ahí, paga lo que sea por estar unos minutos con Joaquín López Dóriga (conductor del noticiario estelar de Noticieros Televisa, quienes producen “Televisa Tradiciones”) y transmiten estas imágenes. A la Iglesia le importa reproducir el mensaje de que todos somos católicos”, comenta el especialista.
Pero Juan Manuel Contreras advierte, a propósito de los milagros: “Los milagros de la Virgen, más allá de la televisión, existen. Y deben ser entendidos como un bien, una subjetividad que provee de bienestar y paz, no de lucro, donde las televisoras sacan provecho. Si la Virgen de Guadalupe pudiera decirles algo, a quienes la comercializan, sería esto: “Vengo a consolar alos que ustedes oprimen”.
El culto mariano y el abuso
Concepción no quiere que la gente sepa que en su tanque de agua está impregnada la imagen de la Virgen. En días de calor parece reducirse, pero enseguida vuelve a su tamaño normal. “Es una aparición”, dice segura. A Contreras Colín se le pregunta sobre estos fenómenos: “Es la fe, la creencia de cada persona. Aquí no interviene ni la versión oficial de la Iglesia ni los empresarios ni la ciencia, sino el pueblo. Los milagros son legitimados por la gente”, explica.
Cuando se supo que el rector de la Basílica, Diego Monroy, vendió en 12.5 millones de dólares la explotación comercial de la Virgen, se suscitó una controversia sobre el copyright de la imagen guadalupana. Sobre todo, cuando el arzobispo Norberto Rivera destituyera, en 1999 al entonces abad de la Basílica, Guillermo Schulenburg, por negar la existencia de Juan Diego y la veracidad histórica de la Virgen de Guadalupe. Estos acontecimientos, junto a la participación de Carlos Slim en la Plaza Mariana, entre otros supuestos fraudes: “Es una explotación a partir de la fe de quienes somos guadalupanos, más allá de la religiosidad”, dice Raquel Pastor.
Para Roberto Blancarte, un fuerte crítico sobre el desempeño de Norberto Rivera, considera que éste “entendió el peso y tamaño del culto mariano y le ha sacado todo el jugo posible”. Considera que en varios lugares del mundo, donde hay grandes concentraciones de fe alrededor de un santo o una virgen haya parafernalias y ventas. “Hasta cierto punto es inevitable –la comercialización–. A los feligreses se les proporciona un servicio. El problema es cuando se tergiversa el espíritu de los devotos”.
No está tan seguro de que México ve en la imagen guadalupana un símbolo de identidad o unión. Sobre todo cuando señala que por lo menos 20 millones de mexicanos no creen en el catolicismo. Sin embargo, Contreras Colín y Raquel Pastor opinan que el guadalupanismo rebasa lo religioso. Dice el primero: “No tiene que ver con catolicismo, sino con un arraigo cultural, ético, político y filosófico muy fuerte. La gente la siente parte de ella. Va a donde viaja el pobre. Es también un símbolo de maternidad para los mexicanos, de protección”.
Concepción, “Conchi”, como le dicen sus conocidos, se prepara para la fiesta de la Morenita. Ya se integra a las peregrinaciones, escucha cómo revientan los juegos pirotécnicos en el cielo oscuro, reza, cree en ella, a pesar de lo que se diga. Su fe mueve montañas, “sobre todo en estos tiempos tan feos”, finaliza.