#Anuario2013 | El Pacto por México, la catapulta de las grandes reformas de Peña Nieto, se rompe en un año

23/12/2013 - 12:04 am
El 2 de diciembre de 2012 el Presidente Enrique Peña Nieto encabezó la ceremonia de la Firma del Pacto por México en el Alcázar del Catillos de Chapultepec. Foto: Cuartoscuro
El 2 de diciembre de 2012 el Presidente Enrique Peña Nieto encabezó la ceremonia de la Firma del Pacto por México en el Alcázar del Catillos de Chapultepec. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 23 de diciembre (SinEmbargo).– El Pacto por México fue la herramienta propuesta por el Presidente Enrique Peña Nieto para construir un piso común con los tres principales partidos políticos, a fin de construir los acuerdos suficientes que permitieran a su gobierno concretar las reformas estructurales, paralizadas durante décadas por intereses políticos particulares.

Durante casi 12 meses, del 2 diciembre de 2012 al 28 de noviembre de 2013, el Pacto por México permitió impulsar los temas más importantes de una lista de 95 compromisos que componen la agenda legislativa del gobierno federal en concordancia con las demandas de las fuerzas políticas afines y de oposición.

En todo este tiempo, el gabinete presidencial, así como los líderes partidistas y parlamentarios destacaron como rasgo fundamental de este instrumento político, el equilibrio de poder que generó en México, ya que como nunca en la historia del país, el gobierno  reconoció su imposibilidad para modificar la Constitución por sí mismo, por lo que privilegió el diálogo parlamentario.

El doctor Gustavo López Montiel, profesor de Ciencia Política del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, explicó que el Pacto por México es un instrumento que se diseñó para impulsar la construcción de una agenda que normalmente depende del Congreso.

“El Congreso mexicano no tiene mecanismos que obliguen al propio Congreso a alinear su agenda con la agenda del Presidente, entonces este Pacto por México fue el instrumento que se construyó para que el Presidente por un lado pudiera, no sé si imponer, pero sí presionar al Congreso para que atendiera un conjunto de reformas”, afirmó.

En el mismo sentido, el académico explicó que el Pacto es un instrumento que permitió a los presidentes de los partidos políticos a obtener capacidad de influencia en la agenda nacional, situación que anteriormente controlaban solo los coordinadores de las fracciones parlamentarias.

“Entonces ante un instrumento que estaba por encima de la agenda parlamentaria, tanto los presidentes de los partidos como el Presidente de la República y algunos otros actores, pudieron construir una agenda que al final de cuentas se impusiera y presionara a la propia agenda del Congreso”, detalló López Montiel.

Desde el punto de vista político, el Pacto por México es una expresión de que cuando los votantes no construyen una mayoría en el Congreso, la política tiene que hacerlo. Así quedó de manifiesto con la declaración del Diputado Manlio Fabio Beltrones, Coordinador del Partido Revolucionario Institucional en la Cámara de Diputados.

“El Pacto por México es un gobierno de coalición no legalizado, y podría ser en buena parte, la base de la necesidad que tienen todas estas fuerzas políticas de encontrar un espacio legítimo y legal para trabajar sobre las coincidencias, de tal suerte que el país siga ganando, y eso vendría siendo un gobierno de coalición opcional”, expresó al dictar una conferencia magistral sobre Las Reformas Necesarias, ante miembros de la Cámara Española de Comercio.

LA HISTORIA

El Pacto por México, el acuerdo político más importante del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, se firmó el pasado el 2 de diciembre de 2012 en el Castillo de Chapultepec, en medio del aplauso partidiario de los líderes de las tres principales fuerzas políticas.

Los discursos eran entusiastas, este instrumento político y legislativo supuestamente pondría fin a más de una década de estancamiento de las reformas estructurales, impulsaría el desarrollo económico nacional y daría a la nueva administración priista una imagen reformista, más allá de las fronteras.

Pero el Pacto nunca estuvo exento de problemas y de amagos del PAN y PRD para salirse de él, en represalia por supuestos acuerdos unilaterales de la Presidencia o del partido en el gobierno.

El pasado mes de abril, el PAN amenazó con salirse del Pacto tras la presentación de videos y audios que exponían la clara intención de dirigentes del PRI, funcionarios municipales y estatales en Veracruz, con el objetivo de usar el programa Oportunidades y 65 y más para favorecer a los candidatos priistas en las elecciones locales.

Tras interponer las denuncias correspondientes, el líder nacional del PAN, Gustavo Madero condicionó el regreso del blanquiazul a la mesa del Pacto por México a tres acciones:

1.- Que el Gobierno Federal blindara los programas sociales de todos los estados en donde se realizarían comicios el 7 de julio.

2.- Que la Procuraduría General de la República actuara penalmente contra los 57 funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social denunciados por presuntos delitos electorales.

3.- Que los legisladores del PRI procedieran a favor de la solicitud de juicio político contra el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, y la Secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, por utilizar recursos públicos de programas sociales con fines electorales.

Finalmente, Acción Nacional regresó al diálogo días después, sin que se cumpliera la totalidad de sus demandas.

Los perredistas amagaron con salirse del Pacto a escasas tres semanas de las elecciones del pasado 7 de julio, cuando el PRD anunció la necesidad de un “receso” entre los firmantes del acuerdo hasta que concluyera la jornada electoral de julio.

También lo hicieron a principios de noviembre, cuando medios de comunicación extranjeros informaron la existencia de un acuerdo en lo "oscurito" entre priistas y panistas para privatizar la renta petrolera y adjudicar contratos a empresas petroleras trasnacionales, sin que se haya aprobado la reforma energética.

Finamente el PRD le puso punto final a su participación en el Pacto por México a escasos días de que éste cumpliera un año. La razón, dijo, las concertacesiones y los acuerdos ocultos que priistas y panistas al margen del Pacto por México para sacar adelante las reformas Política y Energética, palomeados por Aurelio Nuño, titular de la Oficina de la Presidencia de la República; Humberto Castillejos, Consejero Jurídico de Los Pinos y Andrés Massieu, Coordinador de Estrategia y Mensaje Gubernamental.

“No regresaremos a los trabajos del Pacto, si no se corrige estas claras deficiencias, estos claros atropellos, si no se reponen los procedimientos”, dijo enfático el líder nacional perredista el 28 de noviembre.

LIMITACIONES DEL PACTO

El Pacto por México es un instrumento político de gobernabilidad, su rasgo característico es que ninguno de los partidos tiene la fuerza política suficiente para actuar sólo, de ser así, no se requeriría un acuerdo que posibilitara la creación de una agenda común legislativa.

Sin embargo, la mayor limitación del Pacto y quizá el elemento que propició su fin, es que sólo cohesiona a partidos políticos, es decir no incluye a otros actores sociales como empresarios, líderes agrarios, sindicalistas o líderes sociales, tampoco a los partidos políticos de oposición con menor representación en el Congreso.

El PRI negoció iniciativas que sólo le interesaban a la Presidencia y a los principales partidos políticos de oposición, que mantuvieron el toma y daca dentro del Pacto, una vez que negociaron los alcances de la reformas dentro de las cúpulas, se pasaron al Legislativo para seguir con el procedimiento oficial.

Por otro lado, la posición más conveniente fue la de la oposición. Tanto el PAN como el PRD cada uno por su lado supo presionar para incluir sus demandas en el Pacto. Asimismo, se deslindaron oportunamente cuando la dirección del Pacto afectó sus intereses. Tal fue el caso del PAN con la Reformas Hacendaria, o del PRD con la Energética.

EL PACTO Y LAS REFORMAS ESTRUCTURALES

La Reforma en Telecomunicaciones fue negociada en el seno del Pacto por México con mucha discrecionalidad. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
La Reforma en Telecomunicaciones fue negociada en el seno del Pacto por México con mucha discrecionalidad. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

La administración del Presidente Peña Nieto ha presentado diversas iniciativas de reformas estructurales que dejan ver que el triunfo electoral no es el remedio mágico para el manejo de un país. El mandatario pretendió imprimir a su sexenio la marca de un proyecto verdaderamente transformador.

El Presidente envió al Congreso cinco iniciativas de reformas estructurales, que desde su punto de vista, estaban empantanadas desde una década atrás. Fueron tres propuestas para modificar la Constitución en materia educativa, de telecomunicaciones y energética, una más que impactaba a una treintena de leyes en materia financiera y otras que reformaba diversas leyes fiscales, las más importantes al IVA e ISR.

La Reforma Educativa sumó las posiciones de priistas y panistas, así como del ala más conservadora del perredismo. Fue aprobada por mayoría en el Congreso, y en contraposición fue combatida por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quien acusó a la Reforma de ser una reforma laboral, que intentaba dañar derechos y conquistas laborales históricas de los docentes.

La Reforma en Telecomunicaciones fue negociada en el seno del Pacto por México con mucha discrecionalidad porque se temía que no fue del agrado de uno de los poderes fácticos más importantes de México, las televisoras.

Fue aprobado por mayoría en el Congreso con el objetivo de combatir los monopolios, dejando pendiente la legislación reguladora. No obstante, meses después el Presidente Peña tendió la mano a los concesionarios de radio y televisión y les prometió que las leyes secundarias se construirían con su participación.

La Reforma Financiera se planteó como respuesta a la necesidad de contar con mayor crédito y más barato. Sin embargo, se construyó en coordinación con los grupos bancarios predominantes en el mercado mexicano. El resultado fue que la Ley atendió más a las necesidades de los banqueros que a la de la sociedad, con el afán de que facilitar créditos bancarios.

En el mismo sentido, la Reforma Hacendaria se quedó corta de la intención de ampliar la base gravable y sólo impactó a los mismos contribuyentes cautivos de siempre. Los panistas, que mantienen sus bases de apoyo en los empresarios y sectores productivos, se deslindaron de la enmienda que iba en el sentido de incrementar el cobro de IVA en las zonas fronterizas o incluía aspectos tan irrisorios, como aumentar los impuestos al alimento para perros y gatos.

Por otro lado, la Reforma Energética abrió completamente el sector energético a los capitales privados nacionales y extranjeros. Con el rechazo del PRD, pero con el apoyo del PAN y del sector empresarial, salió adelante esta enmienda constitucional que prácticamente terminó con 75 años de historia en el sector energético nacional.

EL FIN DEL PACTO

Aunque su fecha de caducidad estaba programada para el segundo semestre del 2014, esta se adelantó aparentemente por una serie de acuerdos cupulares entre los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) en el marco de la Reforma Energética, de los cuales excluyeron a representantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), lo que provocó su abrupta salida del Pacto.

No obstante, a decir de algunos actores políticos, la realidad es que una vez que el gobierno federal obtuvo su Reforma Energética, la joya de la corona del presente sexenio, poco importó al Presidente Enrique Peña Nieto o al partido político en el poder, mantener el trato político más importante en décadas.

Esta es la lectura del Senador panista, Javier Corral Jurado, en conferencia de prensa previa a la clausura del periodo ordinario de sesiones.

“Ya aprobada la Reforma Energética lo demás les vale un comino, ya no les interesa la reforma de anticorrupción, ya no les interesa garantizar el derecho de réplica, ya no les interesa consolidar la reforma política y por supuesto van a dilatar las consultas populares”, afirmó el legislador.

en Sinembargo al Aire

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