Ciudad de México, 3 de diciembre (SinEmbargo).– Tiene 19 años, con un flequillo que cubre la parte derecha de su frente. De sus ojos grandes desprende una mirada tímida que logra engañar a todos. A los 5, edad en la que un ser humano empieza a descifrar basándose en la curiosidad de conocer el mundo que le rodea, ella se entró al box que le hacía sentir algo que no había experimentado hasta ese momento. Yésica Nery Plata tendría su primer pelea cuatro años después para no parar hasta este momento.
De niña le faltó su madre por cuestiones que la vida ni ella entienden. Entonces su papá se entregó a la crianza de su pequeña conforme él había entendido la vida. Le quitó el gusto de usar tacones, pero le enseñó a brincar de puntitas mientras saltaba la cuerda. Le vendó las manos y le cerró los puños para después lanzar golpes al aire. La niña jugaba hasta que se lo tomó en serio. Cuando Yésica agacha la cabeza, cierra la mirada para concentrarse. Sin que el aire juvenil la abandone, ha logrado construir de a poco un nombre hasta ser apoderada “La Poderosa”.
El pasado sábado, el sur del distrito federal tuvo en su suelo la presencia la pugilista. El Centro de Convenciones del IMSS fue el escenario donde Yésica expuso su título mundial juvenil minimosca del Consejo Mundial de Boxeo ante la aspirante Alejandra “Finita” López. La monarca sueña con escenarios de grandes multitudes y bolsas suficientes a la altura de su talento. Mientras el tiempo y su entrenamiento hacen su trabajo, goza del alarido de unos cuantos al pendiente de sus actuaciones. Como una atleta que aspira a grandes cosas, entiende que parte del triunfo es hacer disfrutar.
Con una gran exhibición. Plata puso toda su clase, técnica y esfuerzo para refrendar lo que le perteneces. Un alto nivel de boxeo es lo que se le pudo a ver a la jovencita que sonríe natural cuando acaba el combate. Sin el miedo en su sangre, refrendó por quinta ocasión su corona al verse favorecida en el recuento de los puntos. Yésica no solo tiene la fortaleza suficiente para hacer daño con sus puños, sino la inteligencia para entender los momentos precisos que la pelea va poniendo a merced de las peleadoras. Con su rival entregada al ataque, aprovechó bien los espacios para ir conectando.
Desde hace 14 años, una joven entiende su vida a partir de las dos horas de entrenamiento que le pone su padre, así como el ritual previo a los combates. Yésica se entrega a su padre quien orgulloso la mira, y con ilusión imaginan el futuro de quien será sin lugar a dudas una de las aspirantes a ser llamada la mejor del mundo del peso minimosca. La “catedrática” Plata da lecciones de boxeo mientras avanza en su progresión de por sí rápida. Al final, levantó su brazo izquierdo. Su pelo recogido le dejaba ver su frente completa. Cerro el puño derecho y sonrío.
