Ciudad de México, 15 de noviembre (SinEmbargo).– Mientras las noticias deportivas de España se lamentan que el debut de Diego Costa se haya postergado por una lesión muscular que sufrió el delantero del Atlético de Madrid, el Gobierno español recibió una petición de cuatro fuerzas políticas para que haga un boicot internacional con respecto al partido que sostendrá el actual campeón del mundo frente a Guinea Ecuatorial. El duelo que se llevará a cabo en el nuevo Estadio de Malabo, tiene tintes burocráticos que no dejan de alejarse de la pelota.
Uno de los países más pequeños de África, es controlado por Teodoro Obiang. De origen militar, es Presidente de Guínea Ecuatorial desde 1979. Acusado por Amnistía Internacional de torturar a miles de personas en el golpe militar que le otorgó el poder, recibirá al equipo más solicitado para jugar amistosos en el mundo. Comenzó su carrera como militar en Zaragoza, tiempo después de la independencia de su país de España en 1968. Su tío, Francisco Macías Nguema, era el gobernante.
La Izquierda Plural, UPyD y PNV y ERC, han considerado que el encuentro futbolístico avala oficialmente una dictadura criticada por tantas organizaciones humanitarias. Una antigua nación perteneciente a la ideología española, recibirá a un equipo que juega como nadie, y que ha dominado la palestra internacional desde 2008 cuando inició un periplo triunfante después de ganar la Eurocopa de Austria. El Gobierno dirigido por un criticado Mariano Rajoy, ha descrito el partido como un reflejo de “las excelentes relaciones culturales y de amistad” entre los dos países.
Al igual que la izquierda española, la oposición en la nación africana ha criticado notablemente la decisión de la Real Federación Española de Futbol, considerando que se ha prestado al “sucio juego propagandístico”, desde el discurso oficial de Obiang. Mientras la pelota se pone de pretexto, el bombardeo de discursos políticos va y viene sin reparo. “Servirá para refrendar, validar, legitimar y lavar el rostro de una dictadura brutal, cruel y sanguinaria”, concluyen aquellos que ponen resistencia a la dictadura instalada a lo largo y ancho de Guinea.
España jugará gratis, siendo agradecida por el régimen dictatorial por “las excelentes relaciones culturales, de amistad y cooperación que unen a España con nuestro país”. Mientras el partido llega, Jesús Gracia será el primer alto mando del gobierno que hará una visita oficial a Malabo. Los opositores ibéricos califican de “poca sensibilidad” la decisión de los dirigentes para ir a jugar a ese territorio africano, debido a que el encuentro tiene mucho más de carácter político que deportivo.
Mientras los políticos en contra llaman a la Federación y Gobierno como hipócritas debido al juego entre las dos selecciones a celebrarse mañana. La Roja estrenará indumentaria sin el debut de Diego Costa. Mientras para España será un simple amistoso, el régimen le ha dicho al plantel de su selección que tendrá un bono de 5 millones de euros si logran vencer al campeón del mundo. Mientras, con dos días de distancia, la presión política podría enredar aún más el ambiente inmerso en una crisis económica.
