La designación de Hegseth ha prendido las alarmas por el tono injerencista que sostienen al referirse a la lucha contra los cárteles de la droga mexicana, que, además, tiene como antecedente las denuncias de abuso sexual en su contra, así como por su alcoholismo y los malos manejos en las finanzas de Vets for Freedom y Concerned Veterans for America.
Ciudad de México, 15 de febrero (SinEmbargo).- Peter Brian Hegseth ocupa uno de los puestos de mayor jerarquía en el Gobierno de Donald Trump. Como Secretario de la Defensa, este veterano de la Guardia Nacional de 44 años que sirvió en Irak y Afganistán tendrá bajo su mando a más de tres millones de efectivos militares y civiles en todo el mundo, el arsenal nuclear estadounidense y un presupuesto anual de más de 800 mil millones de dólares.
Su designación ha acaparado los reflectores, pero no por su capacidad ni por su trayectoria como presentador de televisión de la cadena conservadora Fox News. Lo ha hecho por su oposición a la diversidad en las fuerzas armadas de Estados Unidos, por sostener que “todas las opciones estarán sobre la mesa” al enfrentar a los cárteles de la droga mexicana, una afirmación que ha prendido las alertas por el tono injerencista, pero particularmente por las denuncias de abuso sexual en su contra, así como por su alcoholismo y los malos manejos en las finanzas de Vets for Freedom y Concerned Veterans for America, las cuales dirigió hace una década.
Hegseth es originario de Minneapolis, Minnesota. Se alistó en el Cuerpo de Oficiales de Reserva del Ejército en 2001 mientras asistía a Princeton, donde se especializó en política y publicó Princeton Tory, una revista conservadora en la que publicó un ensayo de otro estudiante en el que se burlaba de que el sexo con una pareja inconsciente constituía violación. Se graduó en 2003 y trabajó brevemente en Wall Street, como analista de mercados de valores. Un año después, en 2004, fue enviado durante un año a la bahía de Guantánamo, en Cuba, donde supervisó un pelotón de soldados de Nueva Jersey que custodiaban a detenidos, reseña The New Yorker en un amplio trabajo escrito por Jane Mayer.
Poco después de regresar, y todavía con la Guardia Nacional, se presentó voluntario para servir en Irak, por lo que el Ejército le otorgó la primera de dos Estrellas de Bronce por servicio meritorio. Después, se mudó a Nueva York, en donde él mismo expresó a revista Reserve & National Guard "No hice mucho y bebí mucho tratando de procesar lo que había pasado mientras lidiaba con un mundo civil al que francamente no parecía importarle".
Las acusaciones de alcoholismo y abusos
En Nueva York, expone The New Yorker, Hegseth conoció a un marine que trabajaba para una pequeña organización sin fines de lucro llamada Vets for Freedom, que abogaba por expandir la guerra en Irak. Para 2007, Hegseth se había convertido en el líder de la organización. “No tenía idea de lo que estaba haciendo”, le dijo a la publicación de la Guardia Nacional. “No sabía si funcionaría”.
Y en efecto, no funcionó.
En su gestión esta organización acumuló enormes deudas y para finales de 2008 ya no podía pagar a sus acreedores. Mientras esto ocurría comenzaron a surgir rumores de fiestas fuera de control en las que había dispendio, juergas y comportamiento sexual inadecuado.
De hecho, una serie de documentos, corroborados por The New Yorker, indican que Hegseth dimitió tanto de Veterans for Freedom como de otro grupo de defensa sin fines de lucro Concerned Veterans for America ante graves acusaciones de mala gestión financiera, impropiedad sexual y mala conducta personal.
Un informe sobre el mandato de Hegseth como presidente de Concerned Veterans for America, desde 2013 hasta 2016, lo describe como alguien que se emborrachaba repetidamente hasta el punto de tener que ser sacado de los eventos de la organización.
El informe también dice que Hegseth y otros miembros de su equipo de gestión acosaron sexualmente a las empleadas de la organización y convirtió el lugar de trabajo en un sitio hostil que ignoró las graves acusaciones de conducta inapropiada.
En otra carta de denuncia, que se envió a la organización a fines de 2015, otro ex empleado describió que Hegseth estaba en un bar en las primeras horas de la mañana del 29 de mayo de 2015, mientras estaba en una gira oficial, coreando borracho: “¡Maten a todos los musulmanes! ¡Maten a todos los musulmanes!”.
En enero de 2016, Hegseth renunció a Concerned Veterans for America, bajo presión.
A eso se suma la denuncia de una agresión ocurrida en 2017. Una mujer denunció a la policía que fue agredida ese año por Pete Hegseth después de que él le quitara el teléfono, bloqueara la puerta de una habitación de hotel en California y se negara a dejarla salir, según un detallado informe de investigación publicado en noviembre pasado.
“El asunto fue investigado a fondo y fui totalmente absuelto”, dijo Hegseth justo cuando esperaba ser ratificado como Secretario de la Defensa.
¿Una limpieza al Pentágono?
En su libro, La guerra contra los guerreros: detrás de la traición de los hombres que nos mantienen libres, Pete Hegseth cuestiona que el Ejército estadounidense está infiltrado por el discurso “woke”.
En el libro afirma que los líderes de las academias de élite han dejado al ejército débil y “afeminado” al promover la diversidad, la equidad y la inclusión. Dice que los soldados han sido afectados por sus “líderes civiles irresponsables y altos mandos tontos”. Y añade que “el próximo comandante en jefe tendrá que hacer limpieza”.
“Los hijos e hijas blancos de Estados Unidos se están alejando, y quién puede culparlos”, escribe en este texto publicado en junio de 2024.
A la par que enfrenta acusaciones por abuso, Pete Hegseth ha sostenido un discurso misógino del cual ya como Secretario de la Defensa ha tratado de minimizar. En una entrevista para el podcast “The Shawn Ryan Show”, Hegseth sostuvo en noviembre del año pasado que el hecho de que hombres y mujeres presten servicios juntos “hace que la situación sea más complicada, y la complicación en el combate significa que las bajas son peores”.
“No deberíamos tener mujeres en funciones de combate: no nos ha hecho más eficaces, no nos ha hecho más letales, ha hecho que la lucha sea más complicada”, afirmó.
Desde el anuncio de su nominación, Hegseth parece haber dado marcha atrás en esa posición, diciéndole al presentador de Fox News Sean Hannity este mes que sus comentarios sobre las mujeres han sido “malinterpretados”.
“Algunos de nuestros más grandes guerreros, nuestros mejores guerreros, son mujeres”, dijo.
La agencia The Associated Press recordó al momento de su nominación cómo Hegseth instó en 2019 a Donald Trump a indultar a los miembros del servicio estadounidense que habían sido acusados de crímenes de guerra. Abogó por los casos de los militares en su programa y en línea, entrevistando a familiares en Fox News. Incluso publicó en las redes sociales que los indultos de Trump "serían increíbles", y agregó hashtags con los nombres de los acusados a los informes que mencionaban su cabildeo privado al entonces presidente.
El esfuerzo tuvo éxito, dice AP, y ese año Trump indultó a un ex comando del ejército de Estados Unidos que iba a ser juzgado por el asesinato de un presunto fabricante de bombas afgano, así como a un ex teniente del ejército condenado por asesinato por ordenar a sus hombres que dispararan contra tres afganos, matando a dos de ellos. Trump también ordenó un ascenso para un SEAL condecorado de la Marina condenado por posar con un prisionero muerto del Estado Islámico en Irak.
Ya como Secretario de la Defensa, en sus tres semanas en el cargo, ha retirado retratos de sus predecesores del Pentágono, ha prohibido las celebraciones del Mes de la Historia Negra, ha restringido el acceso a materiales de aprendizaje en las escuelas militares que abordan puntos de vista que no le gustan, apunta The New York Times.
Durante su primera reunión con empleados del Pentágono en un evento de cabildo abierto el viernes, Hegseth dedicó gran parte de sus comentarios iniciales a defender sus esfuerzos por desmantelar las políticas de diversidad e inclusión. Repitió sus puntos de conversación sobre la “letalidad” y la devolución de la “guerra” al ejército. Habló brevemente sobre la “China comunista y sostuvo que la defensa de EU “comienza con nuestra propia frontera sur”.
De hecho, a inicios de febrero sostuvo no descarta una acción militar en México para impedir que las drogas crucen la frontera sur de Estados Unidos.
“No quiero adelantarme al presidente y no lo haré. En última instancia, esa será su decisión, pero quiero ser claro: todas las opciones estarán sobre la mesa si estamos lidiando con lo que se considera organizaciones terroristas extranjeras que atacan específicamente a los estadounidenses en la frontera”.
Y Agregó: “Finalmente estamos asegurando nuestra frontera. Hemos estado asegurando las fronteras de otros países durante mucho tiempo. El ejército se está orientando, cambiando hacia una comprensión de la defensa de la patria en nuestra frontera territorial soberana”.
Hegseth dijo que el ejército estadounidense tiene la intención de perseguir estos objetivos “con firmeza” y “si los cárteles continúan trayendo gente, pandillas, drogas y violencia a nuestro país, nos ocuparemos de eso”.
“En última instancia, no nos reservaremos nada para proteger al pueblo estadounidense”, puntualizó.