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La fría soledad de Canadá

Trump une a Latinoamérica mientras los canadienses preguntan: “¿Y nuestros amigos?”

30/01/2025 - 1:00 pm
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Mientras Latinoamérica se ve como un bloque frente al imperio estadounidense (y busca opciones conjuntas, como China), Canadá reconoce que no tiene amigos. Y no los cultiva. “No ayuda el hecho de que los líderes canadienses hayan bajado a México del autobús, públicamente: en esencia, le ofrecieron al abusador un niño más pequeño con la esperanza de que primero tomara el dinero del almuerzo de él. Eso no hace que sea fácil para los aliados alinearse a favor de Canadá”, dice hoy una notable periodista. Y en efecto, las dos veces que Donald Trump amenazó a Canadá tuvo un abrazo solidario de México, primero de Andrés Manuel López Obrador y luego de Claudia Sheinbaum Pardo. Los líderes canadienses, entre ellos Justin Trudeau, hicieron las dos veces a un lado el gesto solidario mexicano e intentaron dirigir la ira de Trump hacia México. Las dos veces que Canadá lo hizo no funcionó, claramente. En cambio, Trudeau fue orillado a la renuncia.

–Con información de The Conversation y Deutsche Welle

Ciudad de México, 30 de enero (SinEmbargo).– “¿Dónde están los amigos de Canadá, nuestros amigos, en la lucha contra los aranceles de Donald Trump?”, se pregunta hoy en un largo ensayo Robyn Urback, columnista de The Globe and Mail, exeditora de la página de opinión de CBC News y antes parte del consejo editorial del National Post. “Desde el momento en que Trump le bajó la guardia a Canadá después de ganar las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Canadá se ha mantenido solo”, agrega.

Trump amenazó con aranceles de 25 por ciento a Canadá y México después de su victoria. Lo presentó como “un castigo” por permitir que las drogas y las personas cruzaran las fronteras norte y sur de Estados Unidos. “Fue una afirmación espuria en el caso de Canadá (al menos en términos de un problema que se extendía de norte a sur en la frontera), pero la verificación de datos de Canadá cayó en oídos sordos. Fue una protesta solitaria”, dice la periodista.

“Cuando Trump comenzó a llamar al Primer Ministro Justin Trudeau ‘gobernador’ –una profunda señal de falta de respeto por parte de un líder del G7–, Canadá, desamparado, simplemente se tragó el insulto. Cuando comenzó a reflexionar sobre la posibilidad de que Canadá se convirtiera en el estado número 51 –primero en broma, y ​​luego de repente con más sobriedad– los líderes canadienses salieron a la televisión estadounidense para defender nuestra soberanía. Nuestros amigos estuvieron notoriamente ausentes en el set (y también lo estuvieron, notablemente, en respuesta a las amenazas de Trump de anexar Groenlandia), dejándonos a nosotros defendiendo nuestra propia autonomía, como una colonia incipiente del siglo XIX”, agrega Robyn Urback.

Sin duda, dice, los aliados de Canadá están igualmente consternados por la presión económica no provocada e injustificada que Trump está ejerciendo sobre un supuesto amigo, así como por el expansionismo depredador que su administración ha adoptado, hasta ahora sólo en forma retórica. “Pero en su mayoría se quedan al margen, censurando en susurros, por temor a que el Presidente mercantilista y voluble dirija su ira hacia ellos. Esa es la razón ineludible por la que Canadá ahora se encuentra principalmente solo mientras Trump hace girar nuestra economía entre sus dedos como si fuera un lápiz: nadie quiere ser el próximo”.

“Tampoco ayuda el hecho de que los líderes canadienses hayan bajado a México del autobús, públicamente: en esencia, le ofrecieron al abusador un niño más pequeño con la esperanza de que primero tomara el dinero del almuerzo de él. Eso no hace que sea fácil para los aliados alinearse a favor de Canadá”, añade la periodista.

Y en efecto, las dos veces que Donald Trump amenazó a Canadá tuvo un abrazo solidario de México, primero del Presidente Andrés Manuel López Obrador y luego de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Los líderes canadienses, entre ellos Justin Trudeau, hicieron las dos veces a un lado el gesto solidario mexicano e intentaron dirigir la ira de Trump hacia México. Las dos veces que Canadá lo hizo no funcionó, claramente. En cambio, Trudeau fue orillado a la renuncia.

Unir a Latinoamérica

Los ataques de Trump han surtido otro efecto en América Latina. En mayo de 2023, bajo el liderazgo del Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, 12 naciones sudamericanas se reunieron en Brasilia para expresar su interés en revivir la Unión de Naciones Suramericanas con el objetivo explícito objetivo de reforzar el comercio y la cooperación regionales. “La unión se rompió efectivamente en 2019 después de que naciones importantes como Argentina, Brasil, Colombia y Perú retiraran su membresía en medio de preocupaciones sobre el liderazgo de Venezuela. Pero el lema ‘Latinoamérica es más fuerte unida’ a menudo citado por los líderes políticos de la región puede ahora hacerse realidad, gracias a Trump”, afirma hoy mismo Amalendu Misra, profesor de Política Internacional de la Universidad de University, en un ensayo publicado en The Conversation.

“Las naciones latinoamericanas también buscan oportunidades en otras latitudes. La UE estableció un acuerdo comercial con Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia en diciembre de 2024, poniendo fin a 25 años de negociaciones intermitentes. Las amenazas arancelarias de Trump podrían animar a otras economías de la región a explorar la posibilidad de formar parte de ese acuerdo, posiblemente a expensas de Estados Unidos. Y es posible que más países latinoamericanos acaben buscando la adhesión al bloque de economías emergentes BRICS, que ha provocado en repetidas ocasiones la ira de Trump por mermar el poder y la influencia de Estados Unidos. Bolivia y Cuba, junto con otros siete países, fueron anunciados como estados socios de ese bloque a finales de 2024, y podrían sumarse otros estados”.

Donald Trump el día de su investidura como Presidente de Estados Unidos.
Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, el día de su investidura. Foto: X @POTUS

Peor aún, escribe el profesor, “las amenazas de Trump podrían empujar inadvertidamente a las naciones latinoamericanas a los brazos de China”.

Durante el primer mandato de Trump, menciona Amalendu Misra, “su administración acuñó el término ‘troika de la tiranía’ para describir a Cuba, Nicaragua y Venezuela”, y desde entonces, “Pekín ha seguido activamente una política de cooperación más estrecha con estos países, convirtiéndolos en ‘competidores estratégicos’ de Estados Unidos en la región”.

“La retórica poco caritativa de Trump y el trato poco civilizado de los inmigrantes sin documentos probablemente alimentarán, como mínimo, un mayor sentimiento antiamericano en la región. Este resentimiento bien podría manifestarse en la construcción de puentes con gobiernos e ideologías que son hostiles a los intereses estadounidenses”, dice.

“La región siempre fue vista por Trump más como un ‘problema por resolver’ que como una ‘aliada estratégica’, y por eso la agenda con Latinoamérica siempre fue ‘negativa’, centrada en temas como el narcotráfico, la criminalidad y la migración ilegal”, dijo Juan Ignacio Percoco, doctor en Relaciones Internacionales, en diálogo con Maricel Drazer del medio alemán Deutsche Welle. “Esto significa que podríamos ver políticas más asertivas, como el uso de estrategias militares para abordar temas de seguridad, y un aumento de la confrontación con China, lo cual afectaría indirectamente a la región", sostuvo el docente de la Universidad del Salvador.

El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, durante una visita a España.
El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, comparece después de su reunión con el Presidente del Gobierno, en el Palacio de La Moncloa, el 30 de junio de 2022, en Madrid (España). Foto: A. Pérez Meca, Europa Press

Othón Partido Lara, doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM y académico de la Universidad Iberoamericana-León, le declaró a Maricel Drazer que “Venezuela, Nicaragua y Cuba serán considerados adversarios. México, Brasil, Colombia y Chile tendrán cierta voz crítica, con la que podrían hacer las veces de fiel de la balanza, y probablemente impulsar ciertas coincidencias en los foros multilaterales. Argentina y El Salvador podrían tener mayor acercamiento con Estados Unidos (más escenográfico que real)”.

Percoco señala que Trump no ve las relaciones internacionales en términos de Estado a Estado, sino que prefiere enfocarse en vínculos de líder a líder. “Javier Milei se ha posicionado como uno de sus aliados más claros y, desde que llegó a la Casa Rosada, tomó una postura de alineamiento sin fisuras con Washington. Otro potencial aliado es Nayib Bukele, Presidente de El Salvador. Su enfoque de 'mano dura' contra el crimen organizado y el narcotráfico lo posiciona como un socio clave en los temas que preocupan a Trump. Por otro lado, México está en una posición mucho más incómoda y ya ha sido el blanco de varias declaraciones abrasivas por parte de Trump, lo que pone a la Presidenta Claudia Sheinbaum en una posición complicada, en donde va a tener que manejar con mucho cuidado las negociaciones con Washington, equilibrando acuerdos y concesiones para limitar los daños de la relación bilateral”.

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