Un estudio de la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas (NBER) en Estados Unidos, sobre tasas de encarcelamiento de inmigrantes y nacidos en ese país, demuestra que los inmigrantes han tenido tasas de encarcelamiento más bajas que los estadounidenses durante los últimos 150 años.
Ciudad de México, 25 de enero (SinEmbargo). El Presidente Donald Trump concretó sus amenazas antimigrantes al firmar dos órdenes ejecutivas para endurecer las medidas en la frontera y "evitar" la entrada de más migrantes, a quienes declaró "invasores", una proclamación basada más en una narrativa de odio antimigrante, característica del republicano, que en la realidad misma.
Entre las numerosas órdenes ejecutivas firmadas por Trump en las primeras 24 horas de su mandato, dos se centraron en endurecer las medidas en la frontera y "evitar" la entrada de más migrantes. En una de ellas, Trump calificó la migración como una "invasión" para suspender las peticiones de asilo, restringir la entrada de extranjeros, endurecer las medidas de ingreso y realizar deportaciones arbitrarias.
En la segunda orden, Trump declaró una emergencia nacional en la frontera sur, argumentando que esa zona está siendo "invadida" por cárteles de drogas, traficantes de personas y actores externos que representan una amenaza para la seguridad del país. El argumento principal de estas órdenes ejecutivas es que la entrada de migrantes compromete la soberanía y la seguridad nacional.
No obstante, cifras de diversos estudios desmantelan el discurso de Trump, mostrando una realidad muy distinta.
Un estudio de la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas (NBER) en Estados Unidos, sobre tasas de encarcelamiento de inmigrantes y nacidos en ese país, demuestra que los inmigrantes han tenido tasas de encarcelamiento más bajas que los estadounidenses durante los últimos 150 años.
Históricamente, los inmigrantes han tenido tasas de encarcelamiento más bajas que las personas nacidas en Estados Unidos, y esta tendencia ha persistido durante los últimos 150 años. El análisis, realizado por los investigadores Ran Abramitzky, Leah Platt Boustan, Elisa Jácome, Santiago Pérez y Juan David Torres, señala que desde 1960, estas tasas han disminuido aún más, y actualmente los inmigrantes tienen un 60 por ciento menos de probabilidades de ser encarcelados en comparación con los nacidos en Estados Unidos, y un 30 por ciento menos en relación con los estadounidenses blancos.
Guadalupe Correa-Cabrera profesora-investigadora de Política y Gobierno, especialista en temas de seguridad, estudios fronterizos y relaciones México-Estados Unidos, explicó que Trump presenta a la migración como el “enemigo” que amenaza a Estados Unidos. Sin embargo, detalló que ese "enemigo" es ficticio, ya que los migrantes indocumentados no representan una amenaza real, sino que son una parte esencial de la economía estadounidense.
“Ellos son quienes hacen a América grande”, afirmó Correa, quien destacó que resulta difícil imaginar que Trump pueda cumplir su promesa de deportar a toda la población indocumentada, ya que Estados Unidos no podría sostenerse sin su contribución.
Lo señalado por Correa se sustenta con datos. Una encuesta del Pew Research Center de 2018, realizada en 18 países que concentran a la mitad de los migrantes del mundo, indica que la mayoría de los ciudadanos en los principales países de destino consideran que los migrantes fortalecen a sus naciones. El estudio detalla que, en Estados Unidos, la nación con mayor número de inmigrantes en el mundo, seis de cada diez adultos (59 por ciento) opinan que los migrantes hacen al país más fuerte por su trabajo y talento, mientras que un tercio (34 por ciento) cree que son una carga al tomar empleos y beneficios sociales.
Correa añadió que, en términos prácticos, las órdenes ejecutivas de Trump parecen dirigidas más a la percepción política para mantener el apoyo de su base. Aunque, la especialista sí reconoció que abren la puerta a medidas como el envío de tropas a la frontera, deportaciones masivas o el aumento de fondos para la seguridad, muchas de estas acciones podrían ser solo retórica.
"En este momento, pareciera retórica, tanto el utilizar este concepto de invasión y una ley para contrarrestar estas 'invasiones'. Creo que mucho de esto es retórico. Creo que el tropismo y, especialmente, el presidente que encabeza el movimiento 'América Primero', Donald Trump, pues ha utilizado estos conceptos que magnifican, que tuercen la realidad para provocar una reacción y un apoyo por parte de su base”, dijo.
"Los decretos no son extraterritoriales"
Aunque las órdenes de Trump tienen un fuerte componente militar y de seguridad, sus efectos se limitan a la soberanía de Estados Unidos y no pueden extenderse a México, a menos que se adopten medidas más extremas que impliquen una declaración de guerra, lo que requeriría un proceso legislativo más complejo.
Donald Trump cumplió su amenaza arrancar su mandato con una oleada de órdenes ejecutivas para implementar las políticas antimigrantes y nacionalistas que había prometido durante su campaña electoral, promesas que le redituaron en votos que lo llevaron de regreso a la Casa Blanca.
“Por el poder que me confiere la Constitución y las leyes de los Estados Unidos, he determinado que la situación actual en la frontera sur califica como una invasión en virtud del Artículo IV, Sección 4 de la Constitución de los Estados Unidos. En consecuencia, estoy emitiendo esta Proclamación, basada en mis poderes expresos e inherentes en el Artículo II de la Constitución de los Estados Unidos, y en la fiel ejecución de las leyes de inmigración aprobadas por el Congreso. Suspendo la entrada física de extranjeros involucrados en una invasión a los Estados Unidos a través de la frontera sur hasta que determine que la invasión ha concluido”, señala la orden ejecutiva.
En la segunda orden, Trump declara una emergencia nacional en la frontera sur, argumentando que esa zona está siendo "invadida" por amenazas como cárteles de drogas, traficantes de personas y actores externos que representan peligros para la seguridad del país.
“La soberanía de América está siendo atacada. Nuestra frontera sur está invadida por cárteles, bandas criminales, terroristas conocidos, traficantes de personas, contrabandistas, individuos de edad militar no investigados de adversarios extranjeros, y narcóticos ilícitos que perjudican a los estadounidenses, incluyendo a Estados Unidos. Esta invasión ha causado caos y sufrimiento generalizado en nuestro país durante los últimos cuatro años”, afirma la orden ejecutiva.
Esta segunda orden es más agresiva, ya que contempla el envío de tropas, el refuerzo de las barreras fronterizas y el uso de drones e inteligencia. Autoriza el despliegue de las Fuerzas Armadas para asistir al Departamento de Seguridad Nacional en el control operativo de la frontera sur.
“Este asalto al pueblo estadounidense y la integridad de las fronteras soberanas de Estados Unidos representa una grave amenaza para nuestra Nación", subraya la orden ejecutiva en la que se declara la emergencia nacional en el país.
El uso del término "invasores" y el tono agresivo empleado en ellas ha generado inquietud sobre las acciones y las implicaciones que tenga el uso indiscriminado y fácil de ”invasión” y las consecuencias que este pueda tener.
“La Conago rechaza de manera categórica cualquier intento de injerencia externa que vulnere nuestra soberanía nacional. en defensa de nuestra independencia y autodeterminación, hacemos un llamado a respetar los principios de no intervención y respeto mutuo entre las naciones”, está acá un desplegado firmado por la Conferencia Nacional de gobernadores y gobernadores firmado por los 32 mandatarios nacionales este 21 de enero.
Correra Cabrera explicó que aunque la orden ejecutiva firmada por Donald Trump otorga poderes especiales y medidas extraordinarias para hacer frente a lo que él considera una "invasión" en la frontera sur de Estados Unidos, sin embargo, en dichas medidas no implica extraterritorialidad, es decir, no otorga a Estados Unidos la capacidad de actuar fuera de sus fronteras, como invadir México o realizar bombardeos.
“Todas estas acciones ejecutivas aplican única y exclusivamente al territorio y a la competencia del gobierno de Estados Unidos: su territorio, su sociedad, y todo lo que implica esa nación. Por lo tanto, no podemos afirmar que, con esta orden ejecutiva, él pueda declarar una invasión o tomar acciones fuera de sus fronteras”, expresó en entrevista con SinEmbargo.
Correa señaló que la orden ejecutiva establece la posibilidad de implementar medidas como el envío del ejército a la frontera, deportaciones masivas, la cancelación de asilos, como ocurrió con el Título 42 durante la pandemia e incluso abre la puerta a diversas opciones, como aumentar el presupuesto para reforzar la seguridad en la frontera, construir más muro, o incrementar la presencia de agentes federales.
No obstante, para que Estados Unidos pueda actuar más allá de sus fronteras, según explicó la especialista, como invadir otro país, tendría que contar con la aprobación del Congreso a través de una declaración de guerra o el uso de la Ley de los Poderes de Guerra.
“Donald Trump puede decir: “No va a entrar nadie”, puede mandar al ejército a la frontera para cuidar sus fronteras, y también puede destinar más presupuesto, también puede deportar a quienes él considere como parte de esa invasión y que, según su narrativa, vienen a Estados Unidos a realizar actos en contra de la seguridad nacional. Entonces, realmente puede hacer muchas cosas.... Lo que no aplica es la extraterritorialidad. Estas órdenes ejecutivas, aunque podrían preparar el terreno, no permiten invadir México (enviar drones o realizar bombardeos). Para eso, tendría que invocar la Ley de los Poderes de Guerra, que debe ser aprobada por el legislativo, o realizar una declaración de guerra formal para entrar a México”, detalló.
La especialista destacó que aunque esta orden podría intensificar la retórica política de Trump, especialmente en su discurso de "América Primero", las acciones propuestas no implican un ataque o violación de la soberanía mexicana. No obstante, aunque dichas ordenes no se traduzcan en lo inmediato a una invasión o injerencia en territorio mexicano, las medidas de Trump un impacto negativo en el país.
Correa consideró que las consecuencias de esta orden para México y la región pueden ser graves, ya que podría generar mayores cuellos de botella en el proceso migratorio, creando un entorno de mayor riesgo en la frontera sur. A su vez, destacó que los migrantes son los que van a quedar en un mayor grado de vulnerabilidad.
"Algo que es muy importante es que una cosa es la política y otra cosa son los derechos humanos. En estos espacios de mayor restricción, en estos espacios de revisión, obviamente los migrantes son los más afectados. Van a tener que pagarle al coyote, van a quedar más endeudados y van a tener más problemas a la hora de estar en los Estados Unidos y de tener que denunciar abusos. Esto los deja en una condición de mucha mayor vulnerabilidad, tanto con el crimen organizado como con los abusos de los empleadores y, bueno, violencia doméstica de otros tipos. Esto obviamente afecta a sus derechos humanos.".
Y es que las restricciones al asilo y la repatriación acelerada que se contemplan en las ordenes ejecutivas podrían violar principios internacionales de protección de refugiados y el debido proceso.
Una de las ordenes ejecutivas de Donald Trump considera que el aumento de ingresos irregulares y de migrantes por la frontera son "invasión", afirmando que el número de extranjeros ilegales que cruzan ha desbordado los sistemas de control y representa un riesgo significativo, por lo que establece una suspensión de la entrada a Estados Unidos de extranjeros que sean considerados parte de una "invasión”. Entre las medidas de esa orden, suspende la entrada de migrantes, prohibiendo entrada física de extranjeros que formen parte de esta supuesta invasión, así como suspendió también el acceso a mecanismos de protección que se contemplan en la Ley de Inmigración y Nacionalidad.
En cuanto a la orden ejecutiva que declara una emergencia nacional en la frontera sur de los Estados Unidos, establece una serie de medidas para recrudecer la seguridad fronteriza y limitar lar la entrada de migrantes, medidas que incluyen el despliegue de fuerzas militares y recursos, al autorizar a las Fuerzas Armadas a apoyar las actividades del Departamento de Seguridad Nacional para garantizar un control total de la frontera. También permite el uso de instalaciones militares para detención y transporte de migrantes.
Otras de las medidas es el uso de drones y tecnología, anula la proclamación de 2021 que había puesto fin a la emergencia fronteriza y detenido la construcción del muro u ordena la construcción inmediata de más muros y barreras en la frontera sur, coordinándose, en caso de ser necesario, con gobernadores estatales.