Daniela Barragán
18/01/2025 - 12:04 am
El día en que Morena homenajeó al PRI
"Los mexiquenses desde 2017 rompieron todas las cuerdas a las que estaban atados. Y fue por mera voluntad política, por entendimiento claro de la situación".
Escribo esta columna como mexiquense. Nací en 1991 en Tulpetlac, Estado de México y radiqué en esa entidad hasta mis 24 años de edad. Crecí en una familia por completo politizada, mi papá y mi mamá pusieron muchos temas políticos y sociales sobre la mesa desde que mi hermana y yo teníamos muy pocos años de edad y por lo tanto nos fuimos enterando en mayor o menor medida de los problemas que nos rodeaban.
Conforme fuimos creciendo, nos dimos cuenta que enfrentábamos obstáculos solamente por el hecho de vivir en el Estado de México. Por ejemplo, que los eventos culturales eran en la Ciudad de México [entonces Distrito Federal] y había que hacer un viaje por autopista de -si nos iba bien- una hora. Las librerías estaban allá, los conciertos, los eventos deportivos y desafortunadamente hasta la educación. Es más, hasta para protestar teníamos que ir a la Ciudad. A mis 14 años ya estaba yo tomando camiones y sufriendo asaltos en mi camino al CCH Azcapotzalco, pero era lo que tenía que enfrentar para poder acceder a un pase directo a la UNAM.
Durante todos esos años, también fue evidente que no solo las actividades recreativas eran un problema, lo era también la democracia. Recuerdo muy bien muchas elecciones porque la casilla en la que votan mis papás se ponía en mi primaria, la Rosario Castellanos. Mis papás siempre fueron a votar por la izquierda y con mucha esperanza. Pero llegaban a la casilla y todo se desvanecía: estaba siempre rodeada de cinco a 10 priistas [recuerdo hasta la fecha las caras de una comerciante y un fotógrafo, priistas hasta la raíz] monitoreando y haciendo lo que todos sabíamos: comprando votos con esas estrategias que los priistas llegaron a perfeccionar de tanto que las hicieron. Y bueno, en la noche, la sábana de resultados confirmaba que la operación era exitosa y el PRI ganaba siempre.
La primera elección de Gobernador que recuerdo a la perfección fue la de 2005, la que instauró el vergonzoso el Peña bombón te quiero en mi colchón. Fue ahí donde empecé a entender que el PRI controlaba en su totalidad el Estado de México, leí sobre el Grupo Atlacomulco, empezamos a conocer las corruptelas de Arturo Montiel y vimos con espanto lo que venía, un político de plástico que enloquecía a las mexiquenses. Sin ningún problema ganó y comenzó la era Enrique Peña Nieto, que al igual que como ocurrió a nivel federal, al llegar al poder, instauró un modelo todavía más corrupto que el de sus antecesores. O al menos más cínico.
Le siguió Eruviel Ávila que abandonó la entidad sin aclarar muchas de las observaciones que la Auditoría Superior de la Federación hizo a su Gobierno por millones de pesos, y finalmente tocó el turno de un heredero de la dinastía: Alfredo del Mazo Maza. ¿Cuáles eran sus méritos? Ninguno, fue apenas un funcionario al que su primo Peña Nieto le dio un puesto en Banobras [nada tontos] y había sido alcalde de Huixquilucan. Pero como sucede en la realeza, estamos ante familias parasitarias que reclaman un poder que sienten que les pertenece. Aquí ocurre que tenemos a ese PRI rancio que se comportaba como si el Estado de México fuera de su propiedad.
Cuento toda esta historia para llegar al día en que la izquierda partidista homenajeó a ese PRI. Al que PRI que mantuvo pobre al Estado de México [es la entidad con mayor población en pobreza hasta la fecha]; es el PRI que miró cómo incrementaban los feminicidios y no hizo nada; que miró cómo la calidad de la vida de los mexiquenses se deterioraba porque tienen que viajar dos horas para llegar al trabajo y dos horas para regresar a casa y no hizo nada; ese PRI que se llenó los bolsos del dinero que era para hospitales; ese PRI que llevó a sus empresas a construir autopistas y que le cuestan carísimas a la gente; ese PRI que dejó que las personas a diario sufran asaltos en el transporte público más caro y de peor calidad… la lista es larga y hace que duela el estómago. Lo digo como mexiquense.
Porque sí, todo México ha padecido al PRI pero un mexiquense tiene maestría en ello.
¿Habrá alguien que viva en Ecatepec, Toluca, Ixtapaluca, Tlalnepantla, Atizapán, Neza o Chimalhuacán que genuinamente piense que es necesario rendir homenaje a un exGobernador mexiquense? Yo no me había hecho esta pregunta hasta el pasado 10 de enero. Si me la hubiera hecho con toda certeza hubiera respondido que no. pero ahora sé de una mexiquense que sí y es nada más y nada menos que la Gobernadora, Delfina Gómez Álvarez.
“Son tiempos de unidad política para consolidar la transformación mexiquense. Hoy recordamos en su Sexto Aniversario Luctuoso al licenciado Alfredo Del Mazo González, un hombre que dedicó su vida al servicio público y al progreso del pueblo del Estado de México. A seis años de su partida, destacamos su legado, que permanece en la memoria de quienes compartieron su visión de un estado moderno. Seguiremos adelante con la transformación y con #ElPoderDeServir, convencidos de que la justicia social y el bienestar común son la base de un futuro mejor para la población de nuestro querido Estado”.
Ese es el tuit que escribió la maestra acompañado de fotografías sobre el evento.
Me surgen varias dudas, la principal sobre lo que señala de los tiempos de “unidad política para consolidar la transformación mexiquense”. Hace pensar que las inercias para poder hacer su trabajo son fuertes y que hay que ceder, tanto que no sólo hay que incluir y mantener a priistas en la estructura de Gobierno sino también rendirles homenajes luctuosos.
Sin embargo, los números de la maestra Delfina y de Morena chocan con esa aparente necesidad de mantener la unidad con el PRI mexiquense. En 2017, cuando Delfina compite con Alfredo, la diferencia entre ambos fue de apenas 2 puntos porcentuales, lo que es impresionante siendo el Edomex la entidad con el padrón electoral más grande del país.
En 2018, el Edomex le dio a Andrés Manuel López Obrador 4 millones 373 mil 267 votos, siendo la entidad que más sufragios sumó a su victoria y por lo tanto a la de todo Morena.
El triunfo de la maestra se dio en 2023 con el 52 por ciento de los votos a pesar del PRI que quería constancia de mayoría y no de buena conducta. Para 2024, cinco millones 125 mil 040 mexiquenses le dieron su voto a Claudia Sheinbaum y otra vez, fue la entidad que más abonó para la victoria de la izquierda.
Todos estos números me llevan a decir: ¿cuál unidad es la que quiere la maestra Delfina? Los mexiquenses desde 2017 rompieron todas las cuerdas a las que estaban atados. Y fue por mera voluntad política, por entendimiento claro de la situación, ya que la pobreza continúa pero hay una noción de que no se podía continuar por el camino de Atlacomulco. Y los mexiquenses sacaron al PRI pese a que la compra de votos no cesó y pese a que ese partido logró construir una estructura infalible para controlar la entidad.
¿Cuántos votos más necesita la maestra para decir NO a menos a esos eventos simbólicos? ¿Hubo presiones fuertes para que la maestra organizara y participara un homenaje a un priista que no es importante salvo para los priistas de la élite mexiquense?
Entonces queda la pregunta que es también preocupación: si aunque se cuente con el respaldo de millones de votos, que han venido creciendo elección con elección, ¿qué se requiere para enfrentar las presiones del PRI mexiquense? Claro, asumo que hay presiones porque no tengo otra explicación del por qué un homenaje de Morena al PRI.
Al llegar la alternancia al Estado de México sostuve que Morena había arrebatado por fin la guarida, el escondite priista, ya que era el lugar en el que podían hacer lo que quisieran, ya que al fin contaban con que el siguiente Gobernador, al ser de su partido, no se pondría a investigar a su antecesor.
Pocas veces se ve a un priista atacando a otro priista y cuando eso llega a ocurrir los episodios rara vez son protagonizados por priistas mexiquenses.
En la actual administración eso ha faltado o al menos no sabemos hasta la fecha si se rompió el pacto de corrupción pero no tenemos ni una sola declaración del inicio de alguna investigación a funcionarios del pasado y vaya que hay de dónde escoger.
Me remito a un reportaje que publiqué a mediados de 2024 sobre la jugosa licitación de la Línea 1 del transporte Mexibús. De acuerdo con los anexos del título de concesión ese proyecto cuenta con beneficios que se acumulan kilómetro a kilómetro. Y eso es literal.
De entre todos los documentos sobresale la lista de beneficios que el Gobierno otorgó únicamente al consorcio ganador de la Línea 1 de Méxibús, era el inicio del proyecto maestro de movilidad de Enrique Peña Nieto y Gerardo Ruiz Esparza.
Le garantizaron al consorcio ganador -conformado por las empresas Data Concepto, Latin ID y Grupo INDI- la concesión durante 30 años. Le entregaron el derecho de explotar la comercialización de locales que se abrieron en las estaciones terminales —convertidos en grandes plazas comerciales— , además de toda la publicidad que pudiera ser colocada en estaciones, terminales y camiones.
Aunado a ello, le corresponde al consorcio el 26.9 por ciento del total de la recaudación por peaje.
Pero los beneficios no quedaron ahí.
En uno de los anexos titulado “Pago al Concesionario”, el Gobierno del Estado de México estableció que pagaría a la empresa por “kilómetro recorrido”, esto desde el inicio de la Etapa Operativa, es decir, desde el día uno, y durante toda la vigencia de la concesión.
Antes de publicar ese reportaje, como se acostumbra, consulté a un funcionario del Estado de México para incluir la respuesta institucional. Le expuse los beneficios encontrados y luego expresó que había “peores” cláusulas como “afores garantizadas” y que se trataba de un “atraco al Estado”, así lo denominó. Como cualquier periodista, ante dicho comentario de inmediato y naturalmente solicité más información sobre ese dato o al menos algo que me acercara. Ya no hubo respuesta.
El Gobierno actual tiene documentos, archivos completos, recibió oficinas que fueron utilizadas para servir a un partido y no a la gente durante décadas. Nada se ha hecho público. Nada.
¿Qué le hace falta a la maestra Delfina? Tiene millones de votos y tiene en sus manos cientos de documentos que podrían probar cómo el PRI hundió y maltrató a la entidad más poblada de México para enriquecerse.
La unidad de la que habló para explicar el por qué un homenaje al PRI debe ser más con los mexiquenses que aguantaron por décadas a esos priistas que los gobernaron. No tenían el Gobierno que merecían, era el Gobierno que un partido les imponía.
Además de los resultados que se puedan dar como Gobierno, en el Estado de México hay una urgencia de justicia o… en nombre de la “unidad” ¿vendrán los homenajes al licenciado Peña Nieto? ¿A Arturo Montiel? ¿Al aliado Eruviel? Ya no me sorprendería. Morena ya homenajeó a un Del Mazo, integrante de ese PRI dañino que arrebató calidad de vida a millones de personas durante décadas.
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