«Si bien, las organizaciones del crimen organizado, en Sinaloa y en cualquier otro estado, se han aliado a uno u otro partido, -Héctor Melesio Cuén lo hizo con todo el espectro partidario», escribe el académico Arturo Santamaría Gómez, en este texto que indaga en una cuestión: ¿Tenía el exrector de la UAS nexos con “El Mayo”?
Culiacán, Sinaloa 8 de septiembre (SinEmbargo).- A poco más un mes de conocerse el secuestro – o entrega pactada- de Ismael “El Mayo” Zambada y la muerte de Héctor Melesio Cuén, para muchos comentaristas y analistas fuera de Sinaloa no queda claro cuál era la relación del segundo personaje, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (2005-2009) y exlíder único del Partido Sinaloense (PAS), con «El Mayo», en particular, y con el Cártel de Sinaloa, en general.
En su ya famosa carta, donde «El Mayo» revela que fue llevado a Estados Unidos contra su voluntad, le dice a quien quiera oírlo, que Melesio Cuén era su amigo desde hace mucho tiempo y que a éste lo habían asesinado en el mismo lugar donde a él lo habían secuestrado. Ambos, agrega «El Mayo», habían sido citados por Joaquín Guzmán López, al igual que Rocha Moya, según versión del capo, para dirimir las diferencias que había entre el Gobernador y el fundador del PAS, sobre “quién debería dirigir la institución”; es decir, la UAS.
Rubén Rocha Moya ha negado reiteradamente que él no fue a esa reunión, porque estaba con su familia en Los Ángeles, ni tenía, dice, porque haber ido. La FGR con sus indagaciones confirmará o negará si eso fue así, lo cual es muy fácil de comprobar tan sólo revisando los sellos de entrada y salida de Estados Unidos en el pasaporte del Gobernador.
Nadie de la familia de Melesio Cuén, ningún funcionario de la UAS, ni dirigente alguno del PAS, han contradicho la afirmación del Mayo de que Cuén era un antiguo amigo. Por la razón que sea no se atreven a desmentir al capo. Y, por el contrario, cuando otros hemos afirmado en el diario Noroeste y otros medios – porque el mismo exrector lo dijo una y otra vez desde hace varios años a universitarios, políticos y empresarios, que había una estrecha relación de él con los jefes del narco- las huestes y simpatizantes del finado líder político, ahora conocidos como “los huérfanos de Cuén”, han lanzado un sinfín de improperios y descalificaciones contra quienes se han atrevido a decirlo.
Llegando al extremo de amenazar con la expulsión de la UAS al Dr. Jorge Ibarra Martínez, investigador y profesor de la institución, por señalar esas relaciones ilícitas, lo cual ya ha levantado una serie de protestas de organismos de los derechos humanos, periodísticos y académicos de Sinaloa y otras partes del país. Por ser un escandaloso abuso de autoridad, muy propio de las cúpulas de la universidad desde que, en 2005, Melesio Cuén inició el control autoritario de la casa de estudios, muy pronto llegará a oídos de organismos académicos de otras partes del mundo.
La amistad del «Mayo» y de los Chapitos con Cuén no era desinteresada, había un evidente interés mutuo. Por un lado, Cuén se sentía intocable e impune al interior de la UAS porque, actuando con un autoritarismo facistoide, hacía sentir a los universitarios que ni a él ni a los miembros de su nomenklatura —todos miembros del PAS— le podían hacer nada porque había un poder fáctico que lo respaldaba.
Por otro lado, el Partido Sinaloense, postulaba candidatas y candidatos muy cercanos al cártel de Sinaloa en diferentes municipios o a cargos federales. Cuando Cuén aún no tenía su propio partido, gestionó, al lado de Gerardo Vargas, entonces priista, y ahora morenista, para que el PAN registrara como candidata a diputada local a Lucero Guadalupe Sánchez, conocida como “La Chapodiputada”, quien ganó una curul en 2013.
La señora Sánchez en ese momento estaba ligada sentimentalmente con el legendario capo Joaquín «El Chapo» Guzmán. El mismo Cuén presumiblemente recibió un amplio apoyo del «Mayo» y/o del «Chapo» en todas sus campañas, incluyendo en la que fue candidato a Gobernador en 2016, lo que es fácilmente comprobable tan sólo leyendo las crónicas y reportajes periodísticos de ese año.
Precisamente en 2016, cuando habían concluido las campañas para Gobernador, que ganó el priista Quirino Ordaz, se reveló que «El Chapo» Guzmán, Kate del Castillo y Sean Penn se habían reunido en las instalaciones de la UAS en el municipio de Cosalá. Sobre este hecho escribió Ismael Bojórquez, director del semanario sinaloense Ríodoce:
CUANDO PUBLICAMOS LA NOTICIA de que la reunión de Joaquín Guzmán Loera con Sean Penn y Kate del Castillo había sido en la reserva ecológica de la UAS, el rector, Juan Eulogio Guerra, puso el grito en el cielo, se indignó y exigió a Ríodoce que se retractara y disculpara por haber manchado el honor de la casa rosalina. No lo hicimos, por supuesto, porque siempre estuvimos seguros que teníamos la razón. En dos entrevistas recientes, una en una televisora de los Estados Unidos y otra con Carmen Aristegui, la actriz confirmó que el encuentro fue en Cosalá. Y narró pormenores que describen un lugar que no puede ser otro que ese campus universitario. Ahora que el rector explique si con su anuencia el administrador de la reserva, Alfredo Leal, le tendió la mesa al capo. En una entrevista que Ríodoce le hizo al funcionario, dijo que ese viernes 2 de octubre, fecha del encuentro entre el capo y los actores, él durmió en la reserva.
Ese encuentro jamás hubiese sucedido en las instalaciones de la UAS sin la anuencia de Héctor Melesio Cuén. Asuntos de esa relevancia sólo podían ser autorizados por él. Cuén había dejado de ser rector en 2009, pero, primero, gracias a una asociación política que llamó “Cuenta Conmigo” y después, a partir de 2013, con la creación del Partido Sinaloense, ejercía el poder absoluto, incluso hasta la minucia, de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Desde ese año, Cuén utilizó a la institución educativa como la estructura fundamental de su partido, rescatando la vieja tesis de la izquierda mexicana de la universidad-partido, pero ahora al servicio de él, de la nomenklatura del PAS-UAS y de los capos sinaloenses. El diario Noroeste reveló una información contundente sobre este amasiato:
“De acuerdo con la información pública de la Universidad Autónoma de Sinaloa, la nómina de los funcionarios universitarios es de 7 millones 450 mil 87 pesos mensuales, de los cuales los afiliados al PAS reciben 6 millones 910 mil 282 pesos, el 93.4 por ciento del total”. Sólo 8 de 105 funcionarios de la universidad no son pasistas. (Noroeste, 22/02/24).
Por otra parte, en 2022, el 63 por ciento del Consejo Universitario y un 69 por ciento del gabinete de la UAS estaban afiliados al PAS. De un total de 289 consejeros y consejeras universitarios, 181 estaban dados de alta dentro del Partido Sinaloense como militantes. (Noroeste, 19/08/22).
Son muchos los miembros del Comité Directivo Estatal del PAS que tienen puestos de confianza en la UAS, dicho listado es encabezado por Víctor Antonio Corrales Burgueño, actual presidente del partido, exrector de la máxima casa de estudios, y padre de Fausto Corrales, secretario privado del rector de la UAS, militante del PAS y testigo de la muerte de Héctor Melesio Cuén.
También lo son la viuda de Héctor Melesio Cuén Ojeda, Jesús Angélica Díaz Quiñones, quien se desempeñaba como Secretaria General y los hijos de ambos, que son directores generales en la UAS. Otros nombres más en las nóminas universitarias de 2022 eran los de Daniel Eliseo Fierro Leyva, secretario de organización del PAS y Coordinador Administrativo de la Facultad de Psicología; César Fredy Baca Vargas, secretario de Administración y Finanzas, es coordinador J en Auditoría Interna de la UAS; Orlando del Rosario Gutiérrez López, secretario de Asuntos Jurídicos del partido y profesor de tiempo completo en la Facultad de Derecho. Jesús Adrián Baldenebro López, dirigente del PAS en Ahome y director de la Facultad de Ingeniería en Los Mochis; Martín Valencia Guerrero (Culiacán) y profesor investigador de tiempo completo en la Escuela de Filosofía; América Cynthia Carrasco, ex regidora del PAS en Mazatlán y maestra en la prepa Rubén Jaramillo; Garryngo Gámez Fierro (Navolato). director de Defensoría de los Derechos Universitarios; Gerardo Padilla Rodríguez (Cosalá), es Coordinador de la Escuela de Turismo. A ellos podemos agregar los nombres de todos los directores de la escuelas y facultades de la UAS, y cientos más de investigadores y profesores.
En su acta de registro, con fecha del 14 de agosto de 2012, el PAS fue aceptado por el Instituto Estatal Electoral con un total de 38 mil 246 afiliaciones individuales válidas, entre las cuales el 8.85 por ciento correspondía a 3 mil 385 registros de personas que estaban en la nómina de la UAS. Desde su fundación y hasta el año 2020, el Partido Sinaloense incorporó al 61 por ciento de trabajadores académicos, administrativos y de intendencia de la UAS.
Un empleado de la UAS, quien pidió ocultar su nombre por miedo a represalias, narró a Noroeste cómo los trabajadores son presionados para participar activamente en “el proyecto” (es decir, el PAS) y “donar” recursos económicos al partido; y también detalló como los acosan y hostigan cuando se resisten a integrase al PAS.
“Todo inicia- dice el entrevistado- con una “invitación” para formar parte del PAS, el compromiso es militar en el partido y participar activamente en las actividades, campañas o jornadas de trabajo en colonias y comunidades rurales que realiza el partido, a cambio hay una promesa de obtener empleo en la universidad, de intendente, vigilante, administrativo o docente”.
“Yo entro con esa promesa de que si hago algunas cosas para el proyecto voy a entrar a la universidad, voy a tener un número de empleado, una chamba. Todo el argumento es lo suficientemente blando para que digas tu: claro pues lo que quiero es chamba no hay bronca”, declaró.
Ha habido reportajes, publicados por diferentes medios sinaloenses –Noroeste, revista Espejo, Los Noticieristas, etc,- que han revelado más datos sobre la participación masiva de funcionarios, académicos y trabajadores administrativos y de intendencia de la UAS, que son el corazón de la estructura y movilización del PAS en las campañas electorales. Esta estructura, además de sumar a familiares, vecinos y amistades a la membresía del PAS, es la que moviliza a otros profesores y estudiantes de la universidad en las diferentes actividades del partido.
II
Si bien, las organizaciones del crimen organizado, en Sinaloa y en cualquier otro estado, se han aliado a uno u otro partido, -Cuén lo hizo con todo el espectro partidario- ninguno ha sido tan cercano al crimen organizado como el PAS, precisamente por la estrecha amistad de su dirigente con los grandes jefes del narco. Amistad no negada en ningún momento, insisto, por la familia Cuén, ni los funcionarios de la universidad, ni los miembros del PAS.
Es más, una evidencia reciente de esta relación fue la publicación en el Municipio de Elota de una esquela donde el Comité Municipal del PAS lamenta la muerte de dos hombres, identificados por la DEA como miembros del Cártel de Sinaloa, porque eran hermanos de una profesora de la UAS y edil del PAS en ese municipio.
En las elecciones para elegir Gobernador de Sinaloa en 2021, diferentes actores políticos y periodísticos, tanto del estado como de la capital del país, han señalado insistentemente que el Cártel de Sinaloa apoyó masivamente a Morena y que eso fue determinante para que ganara Rubén Rocha Moya. Lo que no han dicho esos actores, sobre todo, fuera de Sinaloa, es que Morena se alió al PAS y Cuén jugó un protagonismo inusual en la campaña, al grado de que declaraba que él iba a cogobernar con Rocha Moya.
De aquí podemos colegir que si hubo un apoyo, el cual no fue denunciado legalmente por los opositores, este fue, probablemente, tramitado por el dirigente del PAS gracias a la cercanía con los capos, si es que creemos la revelación del «Mayo» Zambada. Ahora bien, es claro que tal vínculo fue consentido por Morena y Rocha porque nadie en los medios político y universitario desconocía las relaciones de Cuén con los jefes del narco.
No obstante, al romperse los acuerdos políticos entre Cuén y Rocha Moya, y salir el pasista del gabinete del Gobernador, habitantes del sur de Sinaloa dijeron que en las elecciones para síndicos en 2022 las células del narco locales apoyaron al PAS y no a Morena, obteniendo la mayoría de los triunfos el partido de Cuén. Entonces, al menos en el sur del estado, había una clara ruptura política del Cártel de Sinaloa o, por lo menos, de las células locales, con Morena, si es que la hubo antes.
Para entender los matices de las acciones políticas del crimen organizado sinaloense es necesario observar que el Cártel de Sinaloa no es una organización monolítica y que actúe siempre en una sola dirección. Es bien sabido que tiene tres o cuatro frentes- el del Mayo, el de los Chapitos y el del Guano, por lo menos-, pero, además de ello, su funcionamiento es todavía más complejo y flexible porque hay células en los municipios que también toman sus propias decisiones de negocios y políticas, y no coinciden siempre con las de los grandes capos, aunque éstos finalmente de algún modo las consientan. Suena contradictorio, pero así es.
En las pasadas elecciones presidenciales del 2 de junio, el PAS se alió al PRI-PAN-PRD, y Cuén fue candidato plurinominal a Diputado federal, logrando obtener una curul con el registro del PRI, por lo que se vio obligado a renunciar oficialmente a su partido. El PAS, aunque nunca ha logrado meter a las urnas el equivalente al número de afiliados que oficialmente declara: 166, 840 en agosto de 2023, porque sus votos registrados han oscilado entre 80 mil y 110 mil desde 2013, en la campaña de 2024, gracias al férreo control corporativo de la UAS, ese partido solía llevar más asistentes a los eventos proselitistas que los otros otres partidos con los que se coaligó, y Cuén no se limitaba a promover el voto en sus distrito si no que recorría toda la geografía sinaloense, además de que fue un entusiasta y sólido apoyo de Xóchitl Gálvez, la candidata presidencial de la coalición opositora, cuando visitó Sinaloa.
Pese a lo anterior, a la muerte de Cuén, ni la ingeniera Gálvez ni Alejandro Moreno, el presidente del PRI, mandaron un pésame público a la familia del finado ni al PAS. Todo parece indicar que, antes las declaraciones del Mayo de que Cuén era su amigo, quisieron ocultar los acuerdos políticos establecidos con el PAS.
Si en 2021 Morena fue acusado de beneficiarse electoralmente con el apoyo de los jefes del narco, aunque el más ganancioso en esa contienda fue el PAS porque nunca había obtenido seis alcaldías y ocho diputaciones, en 2024 ningún medio periodístico ni político opositor habló de que hubiese habido operaciones del cártel para beneficiar al partido en el gobierno. Sin embargo, en algunas zonas rurales del estado, y más específicamente del sur, hubo habitantes que señalaron haber recibido fuertes amenazas de células locales para que no votaran por Morena y sí lo hicieran por los candidatos opositores.
No sabemos si en el interrogatorio al que va a ser sometido «El Mayo Zambada» en el tribunal de Nueva York, va a hablar de sus relaciones políticas con partidos y gobiernos, y si va a dar más detalles de su amistad con Héctor Melesio Cuén, pero las evidencias nos dicen que esa relación no era meramente amistosa, sino que tenía derivaciones políticas.
Si «El Mayo» afirma que fue convocado el pasado 26 de julio por los hijos de Joaquín Guzmán a una reunión para mediar en un conflicto entre Héctor Melesio Cuén y el Gobernador Rubén Rocha Moya para resolver quién debería tener las riendas de la UAS, y nadie de su familia y de la nomenklatura de la UAS-PAS ha negado que el único y verdadero jefe de ese binomio académico-político era Melesio Cuén y que él era amigo cercano del Mayo, se comprueba más que nunca que la autonomía de la institución no existe porque el manejo de la institución residía en Cuén y sigue estando en su partido.
Lo anterior ya era una anormalidad mayúscula, sin precedentes en la historia de Sinaloa, pero con las declaraciones de Ismael Zambada García queda muy claro que el PAS necesitaba de la intervención del gran jefe para sostenerse y que, sin su apoyo, el PAS queda casi sin respiración, prácticamente inane.
No obstante, y por eso mismo, este partido se aferra al control de la Universidad Autónoma de Sinaloa, y saca sus garras, amenazando y presionando a todo aquel trabajador que pretenda contribuir a que la casa de estudios se ciña a le legalidad universitaria, recupere su autonomía y la normalidad académica extraviadas hace muchos años, ubicándose lejos, muy lejos, de la injerencia de cualquier partido político y de cualquier poder fáctico.