Con nostalgia y molestia hacia la dirigencia, desde la representación del PRD a nivel nacional se preparan para perder el registro del partido que una vez representó a la izquierda mexicana.
Ciudad de México, 13 de junio (SinEmbargo).– El Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha iniciado su proceso de liquidación luego de no haber alcanzado la votación mínima para preservar su registro a nivel federal. Se trata del adiós del partido histórico de la izquierda mexicana, que heredó el registro del Partido Comunista Mexicano y que abanderó en dos ocasiones a Andrés Manuel López Obrador, con quien alcanzó sus mejores votaciones.
Desde el sábado, los trabajadores del Sol Azteca han sido citados para informarles del fin de su relación laboral. En los últimos días, todo son caras largas en las oficinas del partido que alguna vez acarició la Presidencia y fue la segunda fuerza política del país, la más importante de la izquierda. El personal ha dejado poco a poco las instalaciones con sus pertenencias personales como tazas, macetas y papeles. En la retirada, algunos incluso señalan a un responsable: Jesus Zambrano Grijalva.
“No puedo ni hablar, me siento muy triste”, dijo en voz baja una trabajadora y militante del partido al salir de la sede nacional del partido, en la calle Benjamín Franklin 84 de la Ciudad de México. Su testimonio resume el sentir dentro del PRD.
“Lo único que ahorita traigo es un sentimiento, es decir, que es una tristeza que algo que dejó mucho ahorita está terminando de esta manera”, dijo la virtual Diputada federal Mónica Sandoval el 11 de junio, afuera de las oficinas del partido que siguen cubiertas de lonas amarillas con la cara de Xóchitl Gálvez Ruiz, la exsenadora panista que el PRD apoyó como candidata presidencial junto con el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La alianza con estos partidos en el último proceso electoral fue resultado de una serie de acuerdos que se gestaron al menos desde 2012, bajo el liderazgo de Jesús Zambrano, su actual dirigente, cuando el PRD firmó el Pacto por México para respaldar, junto al Partido Acción Nacional (PAN), las reformas estructurales del Presidente priista Enrique Peña Nieto.
La alianza con el PRI y el PAN significó la decadencia del PRD, fundado el 5 de mayo de 1989 precisamente por expriistas inconformes con el régimen y el autoritarismo de ese partido, el único que hasta entonces había gobernado México. Incluso un año antes, en 1988, el PRI fue señalado por robarle al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano la elección presidencial.
Esta historia la recuerdan ciudadanos que ahora, al pasar cerca de la sede del PRD miran con curiosidad el edificio, donde en la entrada, un grafiti color rojo sirve para recordar que “faltan 43” normalistas, desaparecidos en 2014 en Iguala, Guerrero, durante el gobierno del perredista José Luis Abarca, quien actualmente cumple una sentencia por secuestro por un caso distinto al de los estudiantes.
Una vecina aprovechó para fotografiar a su familia frente al edificio del PRD porque, dijo, lo que representó esta fuerza y su debacle es histórico. También opinó que debe servir como ejemplo a Morena, el partido que junto a sus aliados gobernará 24 de 32 entidades este 2024 —23 por sí solo— y que representa a la izquierda.
"El PRD surge de un movimiento, del Partido Comunista, y después con Cuauhtémoc Cárdenas se convierte en PRD con todas las fuerzas de izquierda, y con toda la gente que somos de izquierda que nos acogimos a eso, después se fueron corrompiendo. Creo que sí es una gran lección para este partido y para los que están, para que cuidemos lo que son realmente los principios de la izquierda", mencionó.
Para Eduardo Gutiérrez, quien se afilió al PRD cuando aún estudiaba en el Colegio de Ciencias y Humanidades de Naucalpan, hace 33 años, aliarse con los partidos a los que el partido del Sol Azteca se opuso desde su creación, el PAN y el PRI, sí los acercó a la derecha.
“Hay quien se opuso y quien estuvo de acuerdo en esas alianzas. En lo personal, siempre me he criado en la forma de un modelo de izquierda, socialista… Se dieron estas reformas, creo que nos acercan más a la derecha, pero un partido democrático asumes la decisión de las mayorías, como buen demócrata”.
Con resignación, Eduardo da su testimonio frente a la calle en la que apenas en mayo de este año, en el marco de los 35 años de la fundación del PRD, se colocaron placas en honor a personas defensoras y políticos de izquierda como el exdiputado Valentín Campa Salazar, la defensora de los derechos de las mujeres Benita Galeana Lacunza y el maestro normalista Othón Salazar Ramírez.
El lugar fue llamado “Jardín de la Democracia” y en las placas se lee el mensaje: “35 años siendo la verdadera izquierda”.
Todavía este 5 de mayo, durante la celebración del aniversario, el PRD reconoció en un desplegado que cometió errores, pero defendió la decisión de competir por la Presidencia en alianza con los partidos que una vez confrontó.
Aún con los números de la elección reciente, donde en ninguna de las tres votaciones federales –la presidencial, de diputaciones y senadurías–, alcanzó el 3 por ciento mínimo de votos que establece la Ley General de Partidos Políticos, militantes que ayer se reunieron con Jesús Zambrano no descartan, como él, la posibilidad de aliarse a la llamada Marea Rosa, que desde organizaciones civiles afines al empresario Claudio X. Gónzalez apoyaron la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez.
“Se va a renovar el partido”, dijo Mónica Sandoval. Por separado, Eloí Vázquez López, Vicepresidente del Consejo Nacional del PRD, pidió esperar hasta agosto, cuando el Tribunal Electoral resuelva las impugnaciones que el PRD ha presentado para tratar de sumar más votos por esta vía y salvar su existencia.
“El registro electoral puede permitir que uno participe en elecciones, pero la existencia de la fuerza se mantiene”, mencionó.
El Instituto Nacional Electoral (INE) informó el 10 de junio que el PRD entró oficialmente en el periodo de prevención, la primera de las dos etapas que componen la liquidación. En caso de declararse la pérdida de registro, al concluir las impugnaciones, se iniciará la fase de liquidación.
La preocupación alcanza también a militantes en la Ciudad de México, pues si bien ahí el PRD conservó su registro, en abril exhibieron que el partido dejó de pagarles por tres meses y acusaron a la dirigencia nacional por absorber parte de su presupuesto para las campañas federales.
De manera anónima, una trabajadora del partido opinó que el partido está a punto de perder su registro por “la pésima gestión de Zambrano“. Y agregó: “No sabemos qué va a pasar, estamos desanimados”.
A unas calles de la sede del PRD Ciudad de México, el martes 11 de junio las puertas de la sede histórica del partido, ubicadas en Monterrey 50 permanecían cerradas.
Hace sólo unos días, el 22 de mayo, en ese edificio Miguel Ángel Mancera, el cuarto y último Jefe de Gobierno de la Ciudad de México que tuvo el PRD, presentó su libro Gobierno de coalición en México, donde, acompañado de Jesús Zambrano y el priista Enrique De la Madrid respaldaron su alianza.
Ahora, entre las rejas negras cerradas apenas se alcanza a leer el lema del partido escrito en una pared amarilla con letras negras: “Democracia ya. Patria para todas y todos”.