México

Van por barcos hundidos

La Marina prevé más víctimas de «Otis» luego de hallar 29 embarcaciones sumergidas

30/10/2023 - 4:14 pm

Rafael Ojeda dijo que se espera la llegada de un buque para recuperar los barcos, en su mayoría turísticos; locales denuncian mucha mayor cantidad de víctimas y desaparecidos.

Por Félix Márquez, Megan Janetsky y Mark Stevenson

Acapulco, México, 30 de octubre (AP).— Las autoridades mexicanas elevaron el lunes a 47 el número de desaparecidos por el huracán «Otis» mientras continúan las labores de búsqueda tanto en tierra como entre las embarcaciones que se hundieron en Acapulco, el turístico puerto que fue devastado por el de categoría 5.

Sin embargo, el Secretario de Marina, José Rafael Ojeda, no descartó que pueda haber más víctimas en las 29 embarcaciones hundidas que ya han sido localizadas. Agregó que se espera la llegada de un buque el lunes para poder recuperar esos barcos, mayoritariamente, turísticos.

Un líder empresarial, Alejandro Martínez Sidney, dijo a la emisora local MVS que en esas embarcaciones había unas 120 personas, pero ninguna autoridad ha confirmado ese dato.

El domingo, a las puertas de la morgue de la ciudad, Katy Barrera, de 30 años, aguardaba junto a otros familiares la entrega de los cuerpos de su tía y sus dos primos, de 13 y dos años, que murieron luego de que un alud sepultara su humilde casa.

A la tragedia de Barrera se sumaba el hecho de que su madre, hermano y un tío permanecen desaparecidos.

“Que no se mienta… son muchas las personas que están llegando muertas, son miles de desaparecidos”, dijo la mujer al quejarse de las cifras que ofrecen las autoridades.

Dos imágenes facilitadas por Maxar Technologies muestran el puerto de la bahía de Acapulco, México, el 4 de octubre de 2023, arriba, y un día después del paso del devastador huracán «Otis», de categoría 5, el 26 de octubre de 2023. Foto: Maxar Technologies vía AP.

Barrera admitió sentirse desesperada por no encontrar a sus familiares. “Quiero tener una actitud positiva a como los encuentre, vivos o muertos”.

Según Martínez Sidney, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos en Acapulco, es normal que la tripulación acuda a amarrar bien las embarcaciones ante la llegada de ciclones y posiblemente quedaron atrapados en ellos al no prever que «Otis» pegara con tanta fuerza.

Abigail Andrade Rodríguez era uno de los cuatro miembros de la tripulación a bordo de estos yates, un barco bimotor de alquiler llamado Litos de 29 metros de eslora que estaba en Puerto Marqués, al sur de la bahía principal de Acapulco, cuando llegó «Otis».

Según contó a AP su tía, Susy Andrade, la última vez que tuvieron noticias el yate iba camino de la marina de Acapulco para resguardarse en ese lugar. Después se perdió el rastro.

Andrade dijo que su sobrina habló con la familia y “dijo que el mar estaba muy picado, que saldrían… hacia la Marina para ver si ahí estarían más seguros, pero al parecer ya no llegaron».

“El panorama no es alentador, pero queremos encontrarla”, afirmó.

Los pájaros vuelan sobre los escombros después del paso del huracán «Otis». Foto: Félix Márquez, AP.

Alrededor de la medianoche, se cree que el yate hizo una llamada de emergencia. Se desconoce si el Litos está entre los 29 barcos que la Secretaría de Marina ha ubicado hundidos.

Desde una playa de Acapulco, Kristian Vera observaba el sábado docenas de barcos hundidos, entre ellos tres suyos, en medio de la desolación que ahora impera en ese puerto turístico.

A pesar de haber perdido su medio de sustento tras el paso del huracán categoría cinco por la costa sur del Pacífico mexicano, esta pescadora de 44 años se sentía afortunada. La mujer contempló cómo sacaban un cuerpo del agua y cómo las familias iban y venían en busca de sus seres queridos.

La zona de yates permanece totalmente destrozada, decenas de embarcaciones se encuentras encalladas, muchas de ellas inservible, esto a casi una semana del piso del huracán «Otis». Foto: Rogelio Morales, Cuartoscuro.

Apoyada en un pequeño bote pesquero de madera como el suyo, volcado sobre un costado de la playa repleta de basura y árboles caídos, Vera relató que muchas de las personas que murieron eran pescadores que cuidaban sus embarcaciones o capitanes de yates a los que sus propietarios les habían pedido que se asegurasen de que los barcos estuvieran bien cuando el huracán aún era una tormenta tropical.

“Esa noche yo estaba preocupada porque de eso vivo yo, es cómo mantengo mis niños. Pero cuando me di cuenta que era fuerte el viento, dije: ‘yo mañana no voy a tener un barco, pero si Dios quiere amanezca Acapulco mañana’”.

Los barrios de la periferia de la ciudad seguían sumidos en el caos. La presencia gubernamental que había en el centro turístico no era visible en otros barrios. Sin señal de telefonía móvil, sin agua ni comida, las familias y los ancianos caminaban a duras penas, con el barro hasta los pies, entre calles inundadas para llegar a los grandes almacenes en busca de alimentos y agua.

Previamente, la periodista Dulce Olvera informó en SinEmbargo que un exfuncionario público acapulqueño aseguró que pescadores de playa manzanillo murieron por estar en su segundo trabajo: cuidando los yates de «los ricachones».

“Por salvar yates de ricos perdieron la vida”, dijo a SinEmbargo en calidad de anónimo sobre la zona costera del Club de Yates, con dirección hacia Caleta.

Desde la madrugada del 26 de octubre, los equipos de urgencia localizaron cuerpos de al menos seis personas en el Club de Yates de Acapulco, una zona para la élite político-económica.

Publicidad sobre la renta de yates en la Bahía de Acapulco. Foto: Especial

Señores encargados de la reparación de motores de lanchas, ubicados en la playa, comentaron que los yates de la élite y los que se rentan a turistas quedaron partidos en pedazos, como constatan imágenes de medios en los que se ven trozos de madera, proas…

Por la noche/madrugada del miércoles, antes de que el huracán a más de 200 kilómetros por hora tocara tierra, los cuidadores se quisieron refugiar en la base naval “Capos”, donde se atraca el buque Cuauhtémoc, pero sus fuertes vientos los agarró en el camino.

— Con información de Dulce Olvera

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