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Ricardo Ravelo

12/10/2023 - 12:03 am

García Harfuch: Un tipo de cuidado

«En su corta carrera policiaca –lleva trece años de servicio –García Harfuch ya se ha visto envuelto en algunos escándalos».

«García Harfuch es dueño de un historial familiar plagado de dudas y sospechas». Foto: Moisés Pablo Nava, Cuartoscuro.

El exjefe de la policía de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, tiene varios ángulos oscuros y no menos dudosos: se le ha  vinculado presuntamente con algunos cárteles de la droga, entre otros, con La Familia Michoacana y en su momento se le relacionó con Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, entonces jefe de Los Zetas, quien fue capturado en 2013 en los límites de Nuevo León y Coahuila. Pese a sus presuntas ligas criminales y sus vínculos estrechos con Genaro García Luna –su mentor –, quien fue declarado culpable en Nueva York por servir a los intereses del cártel de Sinaloa cuando fungió como secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón, García Harfuch ya fue destapado y será el próximo candidato de MORENA a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Esa fue la decisión de Claudia Scheinbaum luego de haber sido declarada como ganadora de la encuesta nacional para ser candidata presidencial. Todo esto ocurre con el descontento del presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

Omar García Harfuch, exsecretario de Seguridad Pública Ciudadana de la Ciudad de México, carga acuestas una historia plagada de claroscuros: lo mismo lo relacionan con el narcotráfico que con la desaparición y muerte de los estudiantes de Ayotzinapa, perpetrado en 2013 en el estado de Guerrero, cuando era un alto mando de la Policía Federal.

De igual forma, el hijo de Javier García Paniagua –quien fuera jefe de la Dirección Federal de Seguridad, la policía política del régimen priista en los años setenta –se le vinculó en su momento de esplendor con el capo Miguel Ángel Treviño Morales, conocido como El Z-40, jefe de una ala importante del cártel de Los Zetas, otrora brazo armado del cártel del Golfo.

No obstante sus negros antecedentes, García Harfuch es el principal candidato que tiene el partido MORENA, por decisión de Claudia Sheinbaum, para contender por la jefatura de la ciudad de México. Para nada parecen perturbar sus vínculos con Genaro García Luna –su mentor –; tampoco que haya trabajado al lado del llamado “narcopolicía” del gobierno de Felipe Calderón, en cuyo periodo favoreció los intereses del cártel de Sinaloa, de acuerdo con las acusaciones que enfrenta en Estados Unidos tras haber sido enjuiciado por esos hechos en Nueva York.

Además, el hermano de García Harfuch –Javier García Morales –fue ejecutado en Guadalajara en 2011: tenía antecedentes de estar relacionado con el crimen organizado y, según las acusaciones que pesaban en su contra, se le ligó con el lavado de activos.

García Harfuch es dueño de un historial familiar plagado de dudas y sospechas: su abuelo, Marcelino García Barragán, fue secretario de la Defensa durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y cerebro del operativo para perpetrar la matanza estudiantil de 1968; su padre, Javier García Paniagua, fungió como titular de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la policía siniestra del régimen priista de cuyas filas emergieron varios cabecillas del narcotráfico, entre otros, Amado Carrillo Fuentes. Y, además, se le vinculó con el cártel de Guadalajara.

García Paniagua encabezó en la DFS una etapa de terror: fue blanco se acusaciones por torturas –era la etapa de la guerra sucia –y también se le atribuyeron negociaciones, por instrucciones superiores, de pactar con las redes que entonces operaban el tráfico de drogas.

 

El otro García: La historia negra         

El policía de la ciudad de México impulsado por Sheinbaum y fuerte aspirante a la jefatura de gobierno de la capital del país se le ha mencionado en videos que han circulado en las redes sociales como pieza de un engranaje de narcotráfico, en particular con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), que dirige Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.

Con una duración de poco más de tres minutos, en el video referido la voz de hombre señala a García Harfuch como pieza del Z-40 –Omar Treviño Morales, exlíder de Los Zetas –; mencionan que el ahora aspirante a la jefatura de gobierno de la ciudad de México apoya a la Familia Michoacana, uno de los carteles poderosos, y reitera que “no quitarán el dedo del renglón” hasta asesinarlo.

En el documento audiovisual aparecen hombres armados y encapuchados. Uno de ellos, el de la voz, dice con voz firme:

“Esto es personal contigo, no con el gobierno y tú ya sabes con quien traes bronca. Para que sepas, aquí seguimos buscándote y no quitaremos el dedo del renglón”.

El hombre de la voz no se identifica ni menciona ser parte del CJNG, pero acusa al funcionario capitalino de beneficiar a diversos grupos criminales. Señala, además, que García Harfuch estuvo muy cerca de Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, actualmente preso en Estados Unidos bajo cargos de lavado de dinero y delincuencia organizada, pues fue declarado culpable de recibir maletas con millones de dólares para favorecer las operaciones de tráfico de drogas del cártel de Sinaloa. Actualmente, García Luna está a la espera de sentencia. Pueden ser veinte años o una cadena perpetua.

En el video, el elemento del CJNG le recuerda a García Harfuch sus vínculos con el caso Ayotzinapa, la desaparición de los 43 estudiantes, en septiembre de 2014., en Guerrero. En ese tiempo, el actual jefe de la Policía Capitalina era miembro de la Policía Federal y fue señalado de no haber brindado ayuda a los estudiantes cuando fueron secuestrados presuntamente por criminales y militares. García Harfuch argumentó que él no estaba en Guerrero sino en Michoacán, versión que resultó falsa, según pudo comprobarse después.

En el mismo video, el hombre del CJNG dijo que García Harfuch pretendía desbancar a Alfonso Durazo Montaño cuando figuró como Secretario de Seguridad Pública Federal con el objetivo de seguir apoyando al Z-40, Miguel Ángel Treviño Morales, exlíder del cártel de Los Zetas, detenido en 2014.

También le dicen que utiliza a Marinos y soldados como matones a sueldo para atacar a miembros del CJNG; que está relacionado con el robo de gasolinas, lo que se conoce como huachicol. Desde que sufrió el atentado, el 26 de junio de 2021, García Harfuch responsabilizó al CJNG de haber perpetrado el ataque. Aparentemente, el atentado fue consecuencia de los golpes que el jefe policiaco ha asestado en contra del Cártel Unión –Tepito, socios del cártel de Jalisco en la ciudad de México.

 

 

Un expediente sucio

 

  García Harfuch tomó las riendas de la policía de la Ciudad de México en octubre de 2019, en sustitución de Jesús Orta Martínez, quien renunció al cargo por motivos personales.

De acuerdo con informes policiacos, en tiempos de Orta Martínez los cárteles de la droga ya habían infiltrado a la dependencia. Y así la recibió García Harfuch. Incluso, el propio García Harfuch reveló, luego de asumir el cargo, que el cártel Unión Tepito –cuyas ramificaciones han crecido en la Ciudad de México –tenían cooptados a varios mandos de la policía, quienes les brindaban protección en sus operaciones de narcotráfico.

En enero de 2022, García Harfuch preparó un operativo espectacular que se interpretó como una venganza. En coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina catearon los refugios del cártel de Unión Tepito; en Peralvillo decomisaron droga, armas, vehículos, dinero y hallaron hasta cráneos humanos colocados en altares con veladoras. Se trataba de una suerte de ritual propio de la santería y adoración a la muerte que profesan los miembros de esa organización criminal.

En el operativo fueron detenidas 27 personas, a quienes hallaron en posesión de dinero y droga, principalmente crack, cocaína, metanfetaminas y marihuana. Fueron puestos a disposición de las autoridades, pero en menos de cuarenta y ocho horas fueron liberados por el Poder Judicial. Esto significó un rotundo fracaso para el policía que actualmente aspira a sustituir a Claudia Sheinbaum. Sin embargo, la candidata presidencial de MORENA avaló su actuación al frente de la Secretaría de Seguridad Pública Ciudadana de la Ciudad de México.

Antes, cuando se desempeñaba como investigador en la PGR, García Harfuch coordinó el operativo que culminó con la captura de Dámaso López, “El Licenciado”, socio de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.

Dámaso López trabó relación con “El Chapo” cuando estaba preso en el penal de Puente Grande, Jalisco, y Dámaso era custodio de esa prisión. Incluso, fue pieza clave en la fuga de Guzmán Loera del penal de máxima seguridad, en enero de 2001.

Además, como responsable de la Secretaría de Seguridad de la capital del país realizó investigaciones y seguimientos a las redes de narcomenudeo que han afectado a los grupos criminales que operan en la capital del país y a las representaciones de los principales cárteles –Sinaloa, Cártel de Jalisco, Caballeros Templarios, Familia Michoacana, Guerreros Unidos y Los Rojos –cuyas ramificaciones se extienden a lo largo y ancho del Valle de México.

García Harfuch, además, investigó el caso del asesinato de Norberto Ronquillo, el joven estudiante de mercadotecnia de la universidad del Pedregal, aunque uno de los casos más delicados que también indagó como jefe de la policía de la Ciudad de México es el asesinato de un grupo de presuntos criminales israelíes en la plaza “Artz Pedregal”, ocurrido el año pasado.

De 40 años de edad –nació en Cuernavaca, Morelos, el 25 de febrero de 1982 –Omar García Harfuch es hijo de Javier García Paniagua, extitular de la Dirección Federal de Seguridad, exdirigente nacional del PRI y exsubsecretario de Gobernación y exprecandidato presidencial en el sexenio de José López Portillo –y de la Actriz María Harfuch Hidalgo, conocida en el medio artístico como María Sorté. Su abuelo fue Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, a quien le atribuyen una destacada participación en la matanza estudiantil de octubre de 1968: fue el estratega del operativo para perpetrar la matanza estudiantil.

Su padre tuvo un pasado negro en las filas de la Dirección Federal de Seguridad –la policía política del régimen priista –: Cuando asumió la titularidad de la DFS creó la Brigada Blanca. Era el año de 1976. Ese grupo estaba conformado por policías y agentes de la DFS. Su objetivo era aniquilar todo lo que oliera a guerrilla en el Valle de México. También operó en la sierra de Guerrero, donde persiguieron al guerrillero Lucio Cabañas.

García Harfuch tuvo un medio hermano de nombre Javier García Morales, asesinado en 2011 en Guadalajara, Jalisco, por estar presuntamente ligado a temas de drogas y lavado de dinero. Fue miembro de la DFS, compañero de Miguel Nassar Haro, con una larga historia como policía torturador. En los años setenta tanto García Morales como Nassar fueron acusados de importar autos y motocicletas de lujo que eran robadas en Estados Unidos.

En aquel tiempo, García Morales era llamado como “el tercer García”, por ser nieto de García Barragán e hijo de García Paniagua.

 

 

La liga con García Luna

Omar García Harfuch es licenciado en derecho y tiene varias especialidades en combate de pandillas y seguridad pública. Ingresó a las tareas policiacas en 2008. Durante el gobierno de Felipe Calderón destacó por ser una pieza importante del equipo de Genaro García Luna –actualmente preso en Estados Unidos, acusado de servir al cártel de Sinaloa –y trabajó al lado de Luis Cárdenas Palominos –acusado de tortura y narcotráfico –brazo derecho de García Luna, y quien en ese tiempo fue señalado de estar vinculado al tráfico de drogas, en particular, a la célula de los hermanos Beltrán Leyva que operaba en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Entre los cargos que ocupó en gobiernos anteriores destacan, por ejemplo, la jefatura de la División de Investigaciones de la Policía Federal; también fungió como responsable de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR –hoy Fiscalía General de la República –, entre otros puestos importantes.

En su corta carrera policiaca –lleva trece años de servicio –García Harfuch ya se ha visto envuelto en algunos escándalos. En 2009, por ejemplo, fue investigado por el gobierno de Estados Unidos junto con once agentes más por presuntas labores delincuenciales o al menos irregulares, según un cable divulgado por Wikileaks. Además, en 2010 fue indagado poco antes de participar en un curso antipandillas en El Salvador.

En 2014 su papel como coordinador de la Policía Federal en Guerrero quedó en entredicho tras la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, presuntamente orquestada por el cártel Guerreros Unidos. En realidad se le cuestionó su falta de participación para frenar el secuestro de los normalistas.

Sin embargo, el hijo de García Paniagua argumentó que, aunque fungía como representante de la Policía Federal en Guerrero, en realidad ya estaba trabajando para otra división de la misma corporación adscrita en el estado de Michoacán.

Los investigadores del caso Ayotzinapa, empero, descubrieron contradicciones en los argumentos que adujo García Harfuch, pues otros datos y documentos lo situaron en Guerrero el día que fueron secuestrados los estudiantes de la normal de Ayotzinapa. Él lo sabía todo y ahora padece desmemoria.

No fue todo. Tras la captura de Sidronio Casarrubias, líder del cártel Guerreros Unidos y uno de los protagonistas de la desaparición de los estudiantes, las autoridades le aseguraron una libreta con nombres de policías y funcionarios. Los nombres iban acompañados de sus respectivos números telefónicos.

Uno de ellos era precisamente el de Omar García Harfuch. El jefe de la policía de la Ciudad de México nunca ha aclarado estas dudas que lo implican en hechos criminales.

 

 

Vínculos con cárteles

 

En la Ciudad de México operan al menos cinco cárteles: el CJNG, Unión Tepito, Sinaloa, Familia Michoacana y la célula de los hermanos Beltrán Leyva. De acuerdo con información de la Secretaría de la Defensa Nacional, también hay ramificaciones de Guerreros Unidos, Los Rojos, entre otros, que están afincados en la capital del país. Todos estos grupos criminales se posicionaron en la capital del país durante la gestión de García Harfuch.

Sin embargo, el CJNG no es la única organización criminal que opera en la capital del país. De acuerdo con informes de la Secretaría de la Defensa Nacional, en la capital del país operan tres cárteles locales: Unión Tepito, Tláhuac y el Cártel de Neza, temibles todos. Estos grupos tienen controlado el mercado del narcomenudeo, los secuestros, las extorsiones y el cobro de piso en comercios, mercados, cantinas, bares y prostíbulos.

Sin embargo, otros informes policiacos establecen que la Ciudad de México también es un territorio donde tienen presencia al menos siete cárteles de los quince que existen en el país y que se disputan no sólo el mercado de las drogas –que es uno de los más boyantes –sino el control territorial y político.

Se trata de los cárteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, Guerreros Unidos, Los Rojos, Beltrán Leyva, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios. Estos últimos operan con amplia dinámica en el Valle de México, según establecen los informes.

De acuerdo con datos del secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, las zonas más peligrosas del Valle de México son Ecatepec, Nezahualcóyotl, Toluca, Naucaplan, Chimalhuacán, Cuautitlán, Atizapán y Tultitlán. En estos territorios están afincados Guerreros Unidos, Los Rojos y los grupos criminales que operan en la Ciudad de México.

Los delitos más recurrentes –según el jefe militar –son el narcomenudeo, las extorsiones, los secuestros y el robo de vehículo. Existen otros de fuerte impacto como el cobro de piso, una modalidad que no existía en esta región pero que ya se implantó por parte de los grupos delictivos, lo que ha sembrado terror entre los comerciantes y la población en general.

En el video que actualmente circula con la amenaza de muerte contra García Harfuch el funcionario queda en evidencia como presunto protector de células del crimen organizado. Exhibe, además, los claroscuros del funcionario a quien la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, le entregó el mando de la policía capitalina, una de las más numerosas y contaminadas de América Latina.

Pese a su historial plagado de dudas, Omar García Harfuch construye su andamiaje político para ser candidato a la jefatura de gobierno de la ciudad de México. Así, el policía de la Cuarta Transformación se abre camino en la política.

Luego de que Claudia Sheinbaum  fue declarada como ganadora de la encuesta nacional –será la candidata de MORENA a la presidencia de la República –Omar García Harfuch renunció a su cargo en el gobierno de la Ciudad de México.

De paso, frenó las aspiraciones de Ricardo Monreal para suceder a Sheinbaum, pues dijo que no quería  causar división en el partido. Todo apunta a que García Harfuch será el abanderado del partido del presidente a la jefatura de gobierno de la ciudad de México.

Una fuente consultada, que pidió el anonimato, dijo a este reportero que el presidente Andrés Manuel López Obrador no está de acuerdo con la candidatura de García Harfuch, pero la decisión la tomó la exjefa de Gobierno, quien ya tiene en sus manos el bastón de mando para decidir sobre el futuro de MORENA, de piezas activas y del país.

Todo ello ocurre pese al negro pasado del policía García Harfuch.

Ricardo Ravelo
Ricardo Ravelo Galó es periodista desde hace 30 años y se ha especializado en temas relacionados con el crimen organizado y la seguridad nacional. Fue premio nacional de periodismo en 2008 por sus reportajes sobre narcotráfico en el semanario Proceso, donde cubrió la fuente policiaca durante quince años. En 2013 recibió el premio Rodolfo Walsh durante la Semana Negra de Guijón, España, por su libro de no ficción Narcomex. Es autor, entre otros libros, de Los Narcoabogados, Osiel: vida y tragedia de un capo, Los Zetas: la franquicia criminal y En manos del narco.

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