En cuatro años, las preocupaciones de los habitantes viraron contundentemente desde la contaminación y otros temas hacia la escasez de agua, la cual ya es el problema más importante de este tipo para más de la mitad de la población, afectada en los últimos años por sequías, desabasto y otras crisis.
Ciudad de México, 30 de julio (SinEmbargo).– En el último lustro, México ha sido testigo de cambios significativos en la percepción y en las prioridades de la población con relación al medio ambiente. El cambio climático ha desempeñado un papel crucial en este proceso: hace apenas cuatro años, la lucha contra la contaminación era el tema central de las preocupaciones ambientales, sin embargo, en la actualidad, la crisis de la escasez de agua se ha convertido en la máxima prioridad nacional.
Así lo revela la Encuesta Nacional de Agenda Legislativa (ENALE), publicada en 2023 por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República. Ante la pregunta «¿cuáles serían los tres problemas ambientales que se deben atender con mayor urgencia mediante leyes más completas y estrictas?», las respuestas en 2019 estuvieron diversificadas: el 42 por ciento –la mayor– mencionó la contaminación ambiental, evidenciada sobre todo con las contingencias que cada tanto impactaban a la Ciudad de México y otras áreas metropolitanas del país.
Luego, el 40 por ciento mencionó la deforestación de bosques; el 38 por ciento la falta de recolección. separación v reciclaje de basura; y recién el 36 por ciento mencionó en 2019 la escasez de agua. La situación cambió de forma radical cuatro años y una pandemia después.
En la encuesta del 2023, la escasez del agua fue mencionada por el 53 por ciento de las personas a nivel nacional. La segunda preocupación ambiental, la contaminación del aire, siguió en los mismos niveles: 39 por ciento, pero en cambio la falta de agua creció 17 puntos porcentuales desde entonces, y provocó que las otras preocupaciones, aunque presentes, ya menos prominentes que en años anteriores.
Y es que hay razones para explicar la preocupación de los mexicanos.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha estimado este año la vulnerabilidad climática como una combinación de los factores físicos, sociales, económicos y ecológicos por municipio. En su cálculo, 24 por ciento de los municipios tienen vulnerabilidad climática alta y muy alta; 55 por ciento de los municipios tienen vulnerabilidad climática baja y muy baja.
En su informe de este mes, el Servicio Meteorológico Nacional informó que del 1 de enero al 16 de julio de 2023, en México hubo 30 por ciento menos lluvia que la registrada habitualmente en este lapso de tiempo; mientras que, del 1 de octubre de 2022 al 16 de julio de 2023, ha ocurrido una precipitación 25.8 por ciento por ciento menor, en comparación con el promedio histórico del mismo periodo. Asimismo, del 1 de octubre de 2022 al 23 de julio ha llovido 26.7 por ciento menos que el promedio histórico del mismo periodo.
La Comisión detalló que, a partir de las lluvias registradas recientemente, «se mantiene la incipiente tendencia al alza en los 210 principales embalses de México (que en conjunto tienen la capacidad de almacenar el 92 por ciento del agua de las presas del país)». «Así, del 10 al 17 de julio, el volumen contenido en conjunto pasó de 52 mil 397 millones de metros cúbicos (mm3) a 52 mil 953 mm3, lo que representa un aumento de uno por ciento en su nivel de llenado, con relación a lo reportado la semana anterior, luego de que se presentaran los mínimos históricos en el primer trimestre del año», precisó.
EL PROBLEMA EN LAS ZONAS METROPOLITANAS
Específicamente en los embalses de almacenamiento del Sistema Cutzamala (El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria), que abastecen a una parte de la Zona Metropolitana del Valle de México, también se mantiene la ligera tendencia al alza en su nivel total, ya que pasó de 32.4 por ciento a 32.8 por ciento, con respecto a lo presentado el 11 de julio pasado, detalló el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, aún por debajo de la tercera parte del total. También puntualizó que la presa El Bosque pasó de 33.5 por ciento a 36.3 por ciento de llenado.
En julio, además, se registraron temperaturas mayores a 40 grados Celsius en el noroeste, norte y noreste de México, superándose el registro máximo histórico de los meses de julio, en San Luis Río Colorado, Sonora, y en Mexicali, Baja California, donde los termómetros alcanzaron 49.1 y 51.1 grados Celsius, respectivamente.
Las dificultades para abastecer al Cutzamala ya han traído algunos problemas a la capital mexicana. En marzo, el Gobierno local anunció que contaría con 24 por ciento menos de agua potable durante los meses de marzo, abril y mayo, descartando entonces una «emergencia», pero sí admitiendo que se trataba de una «sequía severa» que impedía el llenado y la distribución del sistema de presas.
«En el caso particular de la Ciudad de México, las lluvias entre 2020 y 2022 no han sido suficientes para elevar los niveles de agua en las presas que conforman el Sistema Cutzamala, de manera que se encuentran en su almacenamiento más bajo del que se tenga registro», remarcó en junio pasado la Diputada local Luisa Gutiérrez, presidenta de la Comisión de Gestión del Agua en la CdMx, durante un coloquio sobre este tema.
En ese mismo conversatorio, Rafael Carmona, Coordinador General del Sistema de Aguas de la CdMx, detalló que, para enfrentar ese problema, se llevó a cabo la sustitución de 194 kilómetros de tuberías primarias y secundarias y la rehabilitación de 64 plantas de bombeo, la reparación de más de 45 mil fugas, entre otros, lo que en conjunto ha permitido recuperar «poco más de 530 litros por segundo dentro de la ciudad». «Todas estas medidas han permitido que las quejas por falta de agua hayan disminuido», indicó.
Sin embargo, el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana en Iztapalapa (UAM-I), Óscar Monroy Hermosillo, alertó que 35 de los 80 municipios del Valle de México tienen menos de la mitad de sus viviendas con servicio diario de agua y 14 municipios en el Valle tienen a más del 90 por ciento de sus viviendas sin servicio diario de agua, mientras que para la Ciudad de México la cifra de ese tipo de viviendas es del 24 por ciento.
Además, explicó, en la Región Hidráulica Administrativa 13, que es la que corresponde al Valle de México, se encuentran 14 acuíferos sobreexplotados. «En ese sentido, es importante considerar no sólo cómo se va a aumentar el suministro de agua, sino también cómo se va a distribuir. (…) Esto puede lograrse si se aumenta el reciclaje de agua, no sólo de agua residual, sino también del agua de lluvia», recomendó. En la capital mexicana, se encuentra precisamente la planta más importante de este tipo, en el Cerro de la Estrella, y que es de mucha utilidad para rellenar los canales de Xochimilco y el riego en Tláhuac.
En otras ciudades y áreas metropolitanas importantes también ha crecido la problemática del agua, incluido Nuevo León, que el año pasado entró en estado de emergencia por falta de recursos hídricos, en un caso que duró varios meses de 2022. Este año le tocó a Tijuana, que es una de las últimas ciudades que recibe agua del cada vez menos caudaloso río Colorado, que nace en Estados Unidos. La ciudad fronteriza enfrenta una crisis de agua impulsada también por una infraestructura obsoleta e ineficiente y gobiernos sucesivos que han hecho poco para preparar a la ciudad para la disminución del agua en la región.
UN PROBLEMA NACIONAL
De acuerdo con una encuesta realizada por la Universidad Iberoamericana en 2022, el 32 por ciento de la población mexicana experimentó inseguridad de agua, es decir, la falta del líquido para realizar y cubrir sus necesidades básicas. Esto quiere decir que una de cada tres mexicanos sufre de este problema.
La encuesta también mostró que el 72 por ciento de la población mexicana está preocupada por no tener el líquido para cubrir todas sus necesidades, que son cifras aún superiores a las mostradas por el BID del Senado.
Por otra parte, tres de cada cuatro mexicanos han experimentado interrupciones en su fuente principal de agua y 48 por ciento, prácticamente la mitad de la población, dijo que en algún momento le faltó agua potable en su hogar. Uno de los datos más duros de la publicación: 20 por ciento de los entrevistados reportó que en las últimas cuatro semanas alguna vez se fue a dormir con sed debido a la falta de agua.