El CJNG opera centros de atención telefónica en Jalisco, desde donde buscan víctimas estadounidenses para un fraude de tiempos compartidos y matan a quien trate de renunciar a sus trabajos.
Por Mark Stevenson
Ciudad de México, 7 de junio (AP) — Los trabajadores de centros de atención telefónica han estado desapareciendo en México desde por lo menos 2017, y las autoridades no han hecho mucho para resolver los casos, aseguró el miércoles un activista de personas desaparecidas en el occidente del país.
Héctor Flores dijo que el hecho de que las autoridades no investigaran esas desapariciones ayudó a preparar el terreno para lo que las autoridades creen que fue un secuestro y asesinato masivo de ocho jóvenes empleados de un centro de atención telefónica el mes pasado.
El violento Cártel Jalisco Nueva Generación opera centros de atención telefónica en el estado de Jalisco, en el occidente de México. Los centros buscan víctimas estadounidenses para un fraude de tiempos compartidos. Se cree que el grupo criminal mata a las personas que tratan de renunciar a sus trabajos en estos centros de atención telefónica.
"Van cuatro casos similares", luego que una persona desapareció en 2017, otra en 2019 y dos más en 2021, dijo Flores, cofundador del colectivo de búsqueda "Luz de Esperanza".
Tres de esas víctimas trabajaban en un centro de atención telefónica que vendía tiempos compartidos, comentó Flores, cuyo propio hijo está desaparecido desde 2021 en un caso no relacionado.
Un funcionario estadounidense confirmó que las autoridades sospechan que los ocho trabajadores que fueron secuestrados a mediados de mayo —y cuyos cadáveres fueron identificados el martes— trabajaban en un centro de atención telefónica operado por el cártel, que fueron asesinados cuando intentaron renunciar a su empleo y que es posible que se hayan producido asesinatos similares en ocasiones anteriores. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a discutir el tema públicamente.
Flores dijo que la falta de juicios e investigación en casos anteriores han allanado el camino para que los asesinatos continúen.
"Si se hubiera investigado como debería haber sido, yo pienso que sí se hubiera prevenido la tragedia que se está viviendo ahora", comentó Flores.
En el caso más reciente, familiares de los jóvenes los reportaron como desaparecidos a finales de mayo, después de que no regresaron de su trabajo en una oficina ubicada cerca de la ciudad de Guadalajara. Las sospechas aumentaron la semana pasada cuando se encontraron restos descuartizados dentro de bolsas de plástico. El Servicio Médico Forense en el estado de Jalisco señaló el lunes en un comunicado que los análisis confirmaron que los restos pertenecían a los trabajadores desaparecidos del centro de atención telefónica.
Un total de seis hombres y dos mujeres fueron reportados como desaparecidos entre el 20 y el 22 de mayo, pero los forenses no mencionaron el número de identidades confirmadas. Existían dudas sobre si uno de los jóvenes estaba entre los cuerpos encontrados.
Las autoridades han confirmado que el cártel opera centros de atención telefónica para defraudar a estadounidenses y canadienses mediante ofertas falsas para adquirir sus tiempos compartidos.
Funcionarios de Jalisco no ofrecieron un motivo para el asesinato de los trabajadores, seis de los cuales tenían menos de 30 años. Pero el funcionario estadounidense dijo que las autoridades sospechan que los jóvenes fueron asesinados por el cártel después de que intentaron renunciar a sus empleos.
El cártel de Jalisco, conocido por sus iniciales CJNG, es famoso por su trato despiadado a presuntos traidores, informantes o detractores.
Para los que han trabajado para el cártel, con o sin su conocimiento, parece una regla no escrita que la única forma de dejar al grupo es con la muerte o la prisión.
Los centros de atención telefónica son una enorme fuente de empleo en México para jóvenes o migrantes que pudieron haber aprendido inglés en Estados Unidos, pero que han regresado a México.
El fraude de tiempos compartidos salió a la luz en abril, cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció sanciones contra miembros o allegados del CJNG que aparentemente estaban a cargo de una operación similar en el centro turístico de Puerto Vallarta, también ubicado en Jalisco, sede del grupo delictivo.
Brian E. Nelson, Subsecretario del Tesoro para terrorismo e inteligencia financiera, dijo en un comunicado en abril pasado que la "profunda participación del CJNG en el fraude de tiempos compartidos en la zona de Puerto Vallarta y otros sitios, el cual se enfoca a menudo en ancianos estadounidenses y puede esquilmar a las víctimas los ahorros de toda una vida, es una importante fuente de ingresos que sustenta la empresa criminal general del grupo".
Los defraudadores se ponían en contacto con personas que buscaban vender sus tiempos compartidos en propiedades de Puerto Vallarta.
En una alerta emitida en 2023, el FBI señaló que los defraudadores contactaban a los vendedores vía correo electrónico, diciéndoles que tenían un comprador listo, pero que el vendedor necesitaba pagar impuestos y otras cuotas antes de que el acuerdo pudiera concretarse.
Aparentemente, el trato se evaporaba una vez que se realizaban los pagos.
El reporte del FBI señaló que, en 2022, el Centro de Denuncias de Crímenes por Internet de la agencia "recibió más de 600 reclamos con pérdidas por cerca de 39.6 millones de dólares por parte de víctimas que entraron en contacto con defraudadores por sus tiempos compartidos en México".