El doctor Lorenzo Meyer consideró en entrevista con Los Periodistas que la compra que hizo el Presidente Andrés Manuel López Obrador de 13 plantas a la española Iberdrola —12 de ciclo combinado y una eólica— sí representa un tipo de nacionalización como la que llevó a cabo el Presidente Adolfo López Mateos el 27 de septiembre de 1960.
Ciudad de México, 11 de abril (SinEmbargo).– “No se pueden tener todas las luchas a la vez”, consideró el investigador emérito del Colegio de México, el doctor Lorenzo Meyer, al señalar que la gestión de Andrés Manuel López Obrador emprendió la nacionalización del sector eléctrico por su importancia estratégica, aunque consideró que un próximo gobierno que busque dar continuidad a este debe meter mano en otros sectores clave como el minero, el de telecomunicaciones y la banca.
“La minería sí es necesario regular, las telecomunicaciones sin duda y el sector bancario se le dejó al capital extranjero después de haber sido prácticamente nacionalizado por (Venustiano) Carranza. La Revolución llevó a la quiebra o al desinterés de muchos banqueros extranjeros que habían iniciado este negocio en México y se convirtió en una zona para el capital mexicano, pero después de varios desastres ya es una zona donde domina el capital extranjero, ahí también habría que pues sino nacionalizar sí regular más, lo mismo que en telecomunicaciones”, planteó Meyer al señalar los pendientes de un gobierno que dé continuidad a lo hecho en la actual administración.
En entrevista con Alejandro Páez Varela y Álvaro Delgado para el programa Los Periodistas, que se transmite en el canal de YouTube de SinEmbargo Al Aire, el doctor Lorenzo Meyer puntualizó que en el caso del sector minero además de capital extranjero están involucrados grandes empresarios mexicanos como Germán Larrea, la familia Baillères y Carlos Slim. “A esos no los han tocado y vaya que sí han hecho destrozo ecológico y que pagan muy pocos impuestos”, consideró, no obstante precisó que el Presidente López Obrador no pudo “tener todas las luchas a la vez”
El investigador del Colegio de México señaló además que la compra que hizo López Obrador de 13 plantas a Iberdrola —12 de ciclo combinado y una eólica— sí representa un tipo de nacionalización como la que llevó a cabo el Presidente Adolfo López Mateos el 27 de septiembre de 1960.
“Hay de nacionalizaciones a nacionalizaciones, hay una en donde se entra de lleno vía la expropiación y el choque frontal con los intereses que dominan en esa zona de la energía que es la Expropiación Petrolera y que se choca con sus gobiernos, hay otras más de llegar a acuerdos la nacionalización de la industria eléctrica que a Andrés Manuel le gusta señalar es la hecha por Adolfo López Mateos es la otra cara de la moneda y esta última se parece a la de López Mateos”, expresó.
Meyer expuso que las empresas de este sector entre finales del siglo XIX y el siglo XX eran extranjeras y buscaron en países como México aportar sus desarrollos tecnológicos para “hacer un buen negocio”, pero señaló que pasado un tiempo esas empresas estadounidenses, canadienses e inglesas sólo “iban acomodándose a los intereses del país en donde coincidieran” y dejando relegadas aquellas zonas en donde eran pocos los habitantes o de escasos recursos.
“Beneficio al país, sí, pero dejó otras zonas en donde el ‘progreso’ en materia eléctrica no se daba porque el mercado no lo favorecía”, comentó. “El mercado es muy bueno para asignar recursos desde la óptica económica, pero no desde la otra óptica la social, la de justicia”, puntualizó. En ese sentido, recordó que el General Lázaro Cárdenas creó la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para atender las zonas del país en donde no había abasto eléctrico.
El doctor Lorenzo Meyer platicó que a partir de los gobiernos de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari hubo un cambio en la política que hizo que el Estado obedeciera “a los principios del consenso de Washington, que nacieron de la esencia de Estados Unidos y de su aliado Inglaterra”.
En cuanto a la trascendencia de la compra de las centrales eléctricas a la española Iberdrola, Lorenzo Meyer explicó que consiste en un modelo que fortalece al gobierno para irle quitando atractivo a la industria privada. “Eso pasó con la nacionalización de López Mateos”.
“Andrés Manuel ha sido durísimo con las inversiones españolas en particular con estas de Iberdrola, y la sensación para esta inversión española es que el terreno ya no es fértil, que está lleno de hostilidades y que en ese caso pues bueno se van a otros países que según ellos no les faltan oportunidades en otras partes”, declaró.
Y añadió: “No se les expropió, no se les hizo nada ilegal, simplemente se les fue creando un clima político muy negativo para ese tipo de capital español que había venido en grandes cantidades, que se concentró mucho en México y, claro, tenía esas ganancias que ahora ya nos parecen producto de un contubernio entre la autoridad y la gran empresa española”.