Las autoridades finalmente vieron la cabaña de madera lejos de casas o establecimientos, rodeada de maleza, y también una camioneta tipo pickup blanca estacionada afuera que coincidía con aquella a la que fueron subidos los estadounidenses el viernes pasado. Después escucharon a alguien que gritaba: «¡ayuda!»
Por Alfredo Peña, Hilary Powell y James Pollard
CIUDAD VICTORIA, México, EU. (AP) — La denuncia anónima que les permitió a las autoridades mexicanas llegar hasta una cabaña donde estaban cuatro estadounidenses secuestrados mencionó a hombres armados, personas vendadas de los ojos y mucho movimiento en una finca de un área remota.
Las autoridades se dirigieron a una zona rural al este de la ciudad de Matamoros el martes en la mañana, primero por carretera y después por caminos de tierra en busca del lugar descrito, según documentos de la pesquisa local que The Associated Press examinó el viernes.
Finalmente vieron la cabaña de madera lejos de casas o establecimientos, rodeada de maleza, y también una camioneta tipo pickup blanca estacionada afuera que coincidía con aquella a la que fueron subidos los estadounidenses el viernes pasado. Después escucharon a alguien que gritaba: «¡ayuda!»
Dentro de la cabaña, según los documentos, Latavia «Tay» McGee y Eric Williams tenían los ojos vendados. Al lado de ambos estaban los cadáveres de Shaeed Woodard y Zindell Brown, envueltos en mantas y bolsas de plástico. A la llegada de las autoridades mexicanas, McGee y Williams les gritaron desesperadamente en inglés.
Un vigilante en el lugar que intentó escapar por una puerta trasera fue detenido rápidamente, de acuerdo con los documentos. Llevaba puesto un chaleco estilo militar, aunque no se menciona que estuviera armado.
Los cuatro estadounidenses habían cruzado hacia Matamoros, estado de Tamaulipas, desde Texas porque McGee iba a hacerse una cirugía estética. Más o menos al mediodía, los estadounidenses fueron baleados en el centro de la ciudad y después subidos a la camioneta pickup. Otra amiga, que permaneció en la ciudad texana de Brownsville, llamó a la policía después de que no pudo comunicarse con el grupo que había cruzado la frontera. Una mujer mexicana, Arelí Pablo Servando, de 33 años, también murió, al parecer por una bala perdida.
En un mensaje escrito en una cartulina dejada en el lugar y cuyo contenido un funcionario policial de Tamaulipas facilitó a The Associated Press, el Grupo Escorpión del Cártel del Golfo ofrecía disculpas a los habitantes de Matamoros, al igual que a Servando, a las cuatro víctimas estadounidenses y a sus familias.
Pero las familias de los estadounidenses secuestrados señalaron que la supuesta disculpa no les atenúa el dolor de que sus seres queridos hayan sido asesinados o heridos.
El padre de Woodward se dijo sorprendido de escuchar que el cártel había ofrecido disculpas por el violento secuestro grabado en un video que se difundió rápidamente en redes sociales.
«He estado tratando de encontrarle sentido durante toda una semana. Estaba inquieto; no podía dormir ni comer. Es una locura ver que te quiten a tu propio hijo de esa manera, de una manera violenta como esa. No se lo merecía», expresó James Woodward a los periodistas el jueves.
El primo de Williams, que durante el secuestro recibió un disparo en la pierna izquierda, dijo que su familia se siente «muy bien» sabiendo que está vivo, pero no acepta disculpa alguna del cártel.
«No va a cambiar nada del sufrimiento por el que pasamos», le dijo Jerry Wallace a la AP el jueves. Wallace, de 62 años, pidió a los gobiernos de Estados Unidos y México que enfrenten de manera más eficaz la violencia de los cárteles.
El Embajador estadounidense Ken Salazar les dijo a los periodistas el viernes que funcionarios de su país se habían comunicado directamente con el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador el fin de semana con el propósito de pedirle ayuda para localizar a los estadounidenses desaparecidos en Matamoros. Manifestó que el cártel allí «debe ser desmantelado».
El mensaje atribuido al cártel condenaba la violencia y decía que entregó a las autoridades a sus propios integrantes responsables de lo sucedido.
«Hemos decidido entregar a los involucrados y responsables directos en los hechos, quienes en todo momento actuaron bajo su propia decisión e indisciplina», se lee en el mensaje, que agrega que esos individuos habían ido en contra de las reglas del cártel, que incluyen respetar «la vida e integridad de los inocentes».
Una fotografía de cinco hombres atados boca abajo en el pavimento acompañaba el mensaje, que un funcionario compartió con la AP a condición de que se mantuviera su anonimato porque no estaba autorizado a hacerlo.
Otro funcionario de seguridad estatal dijo que cinco hombres habián sido hallados maniatados en el interior de uno de los vehículos que las autoridades habían estado buscando, junto con el mensaje. El funcionario también solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones sobre el caso.
El viernes, el Fiscal general de Justicia de Tamaulipas, Irving Barrios, dijo en Twitter que cinco personas relacionadas con el incidente fueron detenidas por cargos de secuestro agravado y homicidio. «Una persona más, detenida en días pasados, fue vinculada a proceso», agregó.
–Los periodistas de The Associated Press Mark Stevenson en la Ciudad de México y Acacia Coronado en Austin, Texas, contribuyeron a este despacho.