Impulsado por el gobierno federal, por segundo año consecutivo se efectuará este programa en el que más de 15 mil empresas anuncian ofertas. Consumidores y especialistas aún cuestionan que se trate de una oportunidad para ahorrar
Para Francisco, la felicidad comienza este fin de semana. Tendrá cuatro días para palomear la lista de cosas que quiere comprar desde hace tiempo. Y, por si fuera poco, recibirá un bono sexenal y el adelanto de su aguinaldo. En su página de Facebook escribe: “Ya merito el Buen fin”. Francisco revela algunas de las cosas que comprará, a partir de hoy viernes.
“Quiero una televisión de plasma de 25 pulgadas, unas chamarras para el frío, uno o dos pares de zapatos y adelantar algunos regalos para Navidad”. Pero Francisco no ha visitado las tiendas, su lista no tiene precios comparados, ni tampoco ha visto cuál será el gasto total o si le alcanzará, por ejemplo, para ir al dentista, como tiene planeado desde hace siete meses.
Todo ello fue recomendado por la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) a propósito del Buen fin que comienza hoy viernes 16 y termina hasta el lunes 19 de noviembre.
Y es que por segundo año consecutivo el gobierno federal, impulsó este proyecto que, según el dicho del presidente Felipe Calderón, “busca impulsar la actividad económica, el empleo y el bienestar de las familias”, por ese motivo –dijo- se apoyará con el adelanto de los aguinaldos a servidores públicos. De ahí que Francisco se sienta feliz y pleno porque con el Buen fin adquirirá a buen precio algunas ¿necesidades o gustos?
Para Sofía Macías, periodista económica y autora del Pequeño cerdo capitalista: finanzas personales para hippies, yuppies y bohemios, piensa que es importante que los compradores evalúen si hay razón para asistir al Buen fin. “Es importante que no nos convirtamos en cazadores de ofertas”, dice.
Y aunque el año pasado, esta medida generó 106 millones de pesos en las empresas que participaron en el Buen fin, otros especialistas y organismos públicos y académicos alertan que puede generar más deudas a las finanzas personales de los mexicanos.
Es por ello que la PROFECO emitió un comunicado donde recomienda a los consumidores evitar compras compulsivas y ejercer un consumo inteligente. Además de que dicha institución supervisará a las más de 15 mil empresas que participarán en caso de que alguna tienda no respete algún descuento o el cliente no esté conforme con algún artículo, podrá enviar vía redes sociales, por teléfono o presentarse en la PROFECO y poner su queja.
BUEN FIN O MÁS DEUDA
Carina trabaja en una agencia de publicidad donde es colaboradora. Su sueldo varía, según el trabajo que tenga. “Yo no tengo prestaciones, ni mucho menos aguinaldo. El Buen fin tiene ofertas, pero con mi salario no creo comprar nada. Viene Navidad y hay otros gastos. Y lo peor es que en enero ya no alcanzo ni a pagar la renta. Ojalá el Buen fin se hiciera en otras fechas”, dice.
Sin embargo, para Alejandro Calvillo, director de la asociación civil El Poder del Consumidor, el Buen fin “está dirigido para apoyar más a las empresas y al sector del comercio en el país. Hay más gente endeudada con las tarjetas de crédito”, asevera.
Un consumidor habló para este reportaje. Habló sin tiento: “Mi Buen fin será no participar de este truco para endeudar a los tontos”, lo dice Jerónimo, quien ve en amigos y familiares cómo este año siguen pagando deudas del Buen fin de 2011, deudas que crecerán porque “muchos de mis conocidos irán de nuevo a comprar. ¿Por qué el gobierno no informa al respecto?”, se pregunta enojado.
Pero la PROFECO, en voz del director general de estudios sobre el consumo de dicha procuraduría, Alejandro Celis Albarrán comenta en entrevista: “Hay que entender el Buen fin como una opción de compra. Algo que se puede elegir o no. Las ofertas y condiciones están ahí, para los consumidores. No podemos satanizar a quienes te dan estas opciones de compra”.
Celis Alabarrán está en contra de que a los consumidores se les considere irresponsables por acudir a las tiendas este fin de semana. “Tomemos en cuenta que el dueño del dinero es quien lo trabajó y confiar en que tendrá la mejor decisión. También es importante considerar que él es responsable de su gasto”, aunque Alejandro Calvillo también considera que tan responsable es el consumidor como “quien da esas tarjetas de crédito. La crisis por créditos otorgados a personas que no pueden cubrir esas deudas”.
Sofía Macías, en cambio, cree que en México los consumidores son irracionales al momento de comprar. En su cuenta de Twitter, los consejos para cuidar las finanzas personales están a la orden del día. “Hay gente que compra cosas que no son de primera necesidad. Tenemos que ser realistas y saber cuál es nuestra verdadera situación financiera. Si estamos endeudados, debemos destinar una parte de nuestros ingresos a pagar. Por ejemplo, con el Buen fin, si de verdad hay una necesidad básica, o incluso un gustito, ver si puedo pagarlo de contado”.
Jerónimo se queja porque dice que esta medida ayuda sólo a consumir más y a que “la gente llegue a fin de año sin dinero. ¿Y qué pasa? Por ejemplo, con mis hermanos, que en enero pidan prestado y es un cuento de nunca acabar. Si de verdad el gobierno quisiera orientarnos, pues que lo haga a través de la televisión, donde millones la ven. Pero no, sólo es información para unos pocos”, enfatiza.
EL BUEN PROPÓSITO DEL BUEN FIN
El Buen fin es una medida inspirada en el Black Friday de Estados Unidos. El Viernes Negro, como se le conoce en el sector hispano de aquel país, inaugura la temporada de compras navideñas con significativos descuentos y promociones. Comenzó a implementarse a mediados de los sesenta, pero fue hasta 1975 que el Black Friday se popularizó.
En México, conocido como el Buen fin, pretende, además de reactivar el mercado, también fomentar el comercio electrónico. Tan sólo el año pasado, en su primera emisión, las ventas por Internet se incrementaron más del 50 por ciento, según uno de los portales de ventas por Internet más importantes, MeQuedoUno.com.mx.
El 25 de septiembre de este año, la PROFECO y Asociación Mexicana de Internet AC (AMIPCI) firmaron un convenio para garantizar seguridad jurídica a los consumidores del comercio electrónico, además de facilitar su acceso a medios de controversia en línea.
Alejandro Celis está consciente que las ventas por Internet en el Buen fin 2012 podrían superar las del año anterior. Por ello, aclara: “No hay mucha confianza en las compras por Internet. Por eso con la AMIPCI hicimos un decálogo para que el consumidor pueda comprar vía electrónica con total seguridad. Lo que yo le recomendaría al consumidor, sobre todo en el Buen fin, es que revise que tenga certificación la página donde compre”.
La PROFECO también dio a conocer un comunicado, a partir de una encuesta realizada por dicha dependencia. El ejercicio reveló que las principales compras fueron de ropa y calzado en un 42.8 por ciento; aparatos electrónicos, electrodomésticos y línea blanca, 14.3 por ciento; y alimentos y bebidas, 12.5 por ciento. El 60 por ciento de los encuestados, dijo beneficiarse con ofertas y promociones, y el 72.1 de estos, aseguró que recibió descuentos directos al precio. Mientras que el 60 por ciento de los consultados, manifestó que las promociones fueron iguales o mayores a las que ofrecen todo el año. Otro 76 por ciento dijo que ya planeó su compra antes de acudir a las tiendas, en tanto el 60 por ciento ya tenía previsto un gasto programado.
Sofía Macías, también autora de Libro agenda Pequeño cerdo capitalista: arregla tu relajito financiero en 365 días, aconseja distinguir una necesidad básica de un gustito. “Una necesidad básica puede ser la comida, pero de comer un caviar a una ensalada, hay mucha diferencia. También la ropa puede ser otra necesidad, pero si mi clóset tiene 15 playeras blancas y voy a comprar en este Buen fin otra más, entonces esa necesidad se vuelve un gustito”, elucida.
Y recalca: “Mucha gente que compra ropa, por ejemplo, puede esperarse hasta la cuesta de enero. En esa fecha, incluso, hay mejores rebajas, porque todo mundo anda sin dinero. Para el Buen fin hay que comprar lo que ya se tiene planeado, a precios menores, y compararlos en varios lugares”.
EL BUEN FIN NO JUSTIFICA LOS MEDIOS
Las críticas y cuestionamientos no se han hecho esperar. Por ejemplo, el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM creó un estudio, el cual sostiene que el 75 por ciento de las ofertas no corresponde a descuentos en el precio como tal, “sino a facilidades de pago a meses sin intereses”.
Alejandro Calvillo asegura que muchos negocios ofrecen descuentos con productos que tienen sobreprecios. “Ellos aumentan los precios y sobre eso hacen los descuentos. Lo que en realidad sucede es que se trabaja con la percepción de la gente”, y pone como ejemplo una investigación que realizaron en El Poder del Consumidor. Comprobaron que en Sam´s y Costco, el menudeo intermedio no daba precios más baratos como se suponía. “Es la percepción de cómo vemos las ofertas. Creo que mucho de esto pasa con el Buen fin”, remata Calvillo.
Sin embargo, Alejandro Celis explica que, para evitar lo que advierte Alejandro Calvillo, “la PROFECO implementó una agenda de autorregulación. Desde la semana pasada capacitamos a cadenas y cámaras de comercio sobre cómo se debe plantear una promoción u oferta”. Explica que hay consumidores que hablan a la PROFECO para quejarse porque algún descuento o promoción no fue respetada por alguna tienda. Celis Albarrán explica:
“Tenemos un directorio de los responsables por cadena comercial, en distintas tiendas nacionales. En cuanto se detecte una queja, pueden escribir por redes sociales, llamarnos por teléfono o acudir a la PROFECO. Generamos enlaces con las tiendas. Llegamos a acuerdo con el proveedor para que el cliente esté de acuerdo con la promoción, incluso podemos enviar una persona al establecimiento, si no se arregla el problema. En caso de no tener respuesta por parte de la tienda, nosotros comenzamos una verificación. Es importante que el consumidor sepa que está protegido, que la PROFECO puede ayudarlo, sobre todo en el Buen fin”.
Protección necesaria, que también puso en marcha la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), quien exhorta a los consumidores revisar su capacidad de compra, “privilegiar su adquisición de bienes que satisfagan sus necesidades, evitar que el cúmulo de promociones y esfuerzos mediáticos confundan al usuario respecto a lo que pudiera ser o no una verdadera oferta”.
Y es que hasta marzo de este año, la cartera de créditos considerados como morosos se incrementó a 2 mil 574.6 millones de pesos, según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Agréguese a la cifra que durante el último año y medio la cartera vencida en créditos creció 78 por ciento. Datos proporcionados a los medios por Miguel Tijerina, vocero del Buró de Crédito, quien afirma, hay 6.6 millones de clientes en la lista negra.
Alejandro Calvillo tampoco sataniza el Buen fin, en cambio considera que “los consumidores pueden hacer buenas compras, pero siempre y cuando comparen precios, revisen en la PROFECO la certificación de precios y calidad de productos. De no ser así, pueden caer en el engaño de las ofertas”, advierte.
LISTOS PARA COMPRAR
Sí, Luisa ya está con un pie dentro de la tienda. Se descompuso su computadora y ha visto por Internet algunos modelos que le interesan. “Ya comparé precios. Ahora es esperar a ver cuáles ofrecen mayores descuentos”, comenta Luisa, quien hará su compra en efectivo para no generar deudas. “Apenas abran la tienda, voy a ver mi computadora”, aclara.
Gilberto y su mamá irán a las tiendas a ver qué pescan. Aunque él tiene en la mira unas botas, un electrodoméstico y algún equipo de cómputo. Se le cuestiona si se considera un comprador irracional o inteligente, a lo que Gilberto responde: “A veces soy un consumidor irresponsable. Compro mucha música por Internet o accesorios. Pero también sé utilizar mi tarjeta. Si son más de 10 mil pesos, pago con tarjeta de crédito, si no con la de débito”, dice.
Roxana reconoce que no necesita la televisión de plasma que piensa que comprar en estos días, ni tampoco la ropa que desea. “La verdad no lo necesito, pero quiero ver qué encuentro en el Buen fin”, aunque ella lo hará en efectivo, “porque ya las tarjetas de crédito murieron”, platica.
Por su parte, Alejandro Celis no quita el dedo del renglón: “Cuando vean una oferta, no se fijen en el descuento como tal, sino en el precio final. Lo que importa es cuánto me va a costar lo que estoy comprando, no tanto cuánto me descuentan. Si ya saben qué van a comprar, lleven un registro de su compra, precios comparados, marcas, modelos y entonces verán los beneficios del Buen fin”.
Sofía Macías comparte uno de sus trucos de finanzas personales: “Si ya pensé en ahorrar y vienen las ofertas, está el truquito: quítamelo porque me lo gasto. Que alguien te quite ese dinero que piensas destinar para algún gustito y te quede para el ahorro. Si no tienes nada qué comprar de primera necesidad, oblígate a no pararte en una tienda en estos días”, finaliza.