Martín Moreno-Durán
16/11/2022 - 12:03 am
Marcha: AMLO y Sheinbaum, rebasados
Porque lo ocurrido el domingo pasado no se había visto en ningún momento del sexenio obradorista: que la oposición saliera a las calles en protesta pública y popular ante la retrógrada Reforma Electoral que fue, sin duda, el detonante principal de la marcha.
+ Pierden la CdMx
+ López Obrador y su odio
Les ganaron la calle. Los arrinconaron. Los rebasaron. Los tundieron. Los apabullaron. López Obrador, la Sheinbaum, la 4T, apenas asomaron la cabecita para no ser decapitados por el rechazo ciudadano. Balbucearon incoherencias y ataques contra millones que salieron a protestar por la autoritaria y regresiva propuesta de Reforma Electoral salida de los forros de AMLO y le dieron la primera estocada. Los morenistas callaron. La reforma está herida de muerte. Debilitada, no liquidada. La batalla política será cruenta.
Y por ello, López Obrador se volverá más peligroso para nuestra democracia, bajo una razón visceral: el odio. Su odio. Ese odio que lo domina, lo desquicia, lo vuelve bestia y lo trastorna. Seguirá insultando, atacando, vociferando. Intentará cooptar, corromper, amenazar, arrebatar votos a la mala entre diputados opositores, bajo amenaza, con tal de sacar adelante su Reforma Electoral que regresaría a México a los tiempos del Gobierno-autoridad electoral, del partido único de Estado, del régimen roba votos.
Se quiera o no reconocer, la marcha del domingo 13 de noviembre - en la ciudad de México marcharon entre 200 mil y 600 mil ciudadanos-, marca un antes y un después de aquí al 2024. La sociedad impone agenda y de paso se la arrebata a AMLO, veneno puro para su egocentrismo político. Pero lo más importante: quedó al descubierto la fórmula para ganarle a Morena la Presidencia en 2024.
¿A qué nos referimos?
A que la combinación sociedad civil - partidos de oposición - de la mano y aliados el domingo sobre Paseo de la Reforma-, se ha erigido en un contendiente serio, poderoso y viable para enfrentar seguramente a Sheinbaum, Adán Augusto, o a Ebrard y al aparato de Estado, para tratar de arrebatarles la Presidencia dentro de menos de dos años. Sociedad civil-partidos opositores será la plataforma que impulse a la oposición y a su candidato o candidata, en busca de derrotar a Morena en la próxima presidencial.
Porque lo ocurrido el domingo pasado no se había visto en ningún momento del sexenio obradorista: que la oposición saliera a las calles en protesta pública y popular ante la retrógrada Reforma Electoral que fue, sin duda, el detonante principal de la marcha.
Pero también, en el fondo, en el subconsciente colectivo, estaba la protesta en contra del mal gobierno obradorista que ha condenado a la economía a crecimiento cero; a que 15 millones de mexicanos se quedaran sin servicios de salud; al cierre de un millón de empresas por falta de apoyos gubernamentales durante la pandemia; a que el país viva sus días más violentos de la historia; a que se dilapiden los recursos de todos en la construcción inútil de los armatostes presidenciales; a que la familia presidencial cada día esté más enriquecida; a los actos de corrupción de la 4T a la vista de todos; a la prevalencia de un Presidente miserable, mentiroso e ineficaz.
¡Y que nadie se asuste! ¿O acaso estos motivos no son suficientes, en país cualquiera, para salir a protestar a las calles?
Mascotas de AMLO con pluma y micrófono lloriquean porque, dicen, la marcha mutó en una protesta directa en contra de López Obrador. ¡Ilusos! ¿Pues qué esperaban? A ver: ¿Por qué era la protesta? Pues por la Reforma Electoral que será discutida. ¿Y de dónde salió esa propuesta? Pues de la cabeza de AMLO. Entonces, ¿contra quién estaba enfocada la irritación ciudadana? ¡Pues contra López Obrador, autor e impulsor de la Reforma Electoral de marras! ¿Qué esperaban entonces? ¿Qué millones no protestaran contra AMLO? Leer para creer.
Lo cierto, es que los derrotados por la marcha tienen nombres y apellidos.
Derrotado y rebasado López Obrador, porque la marcha le arrebató la calle, lo exhibió como un mandatario intolerante que en sus ataques, majaderías y vulgaridades en contra de los manifestantes, se convirtió en el principal promotor de la marcha, y en ello llevó la condena: se le ha perdido el miedo y ahora la sociedad civil y los partidos opositores ya saben cómo enfrentarlo. AMLO perdió lo que durante cuatro años tanto alimento y cuidó: su halo de invencibilidad que, hoy por hoy, ha quedado abollado, desnudado a golpe de protestas y que, en 2024, podría ser destruido a golpe de votos.
Derrotada y rebasada Claudia Sheinbaum, que reducida a simple marioneta de AMLO, exhibió su pequeñez política, solamente medio balbuceó ataques insulsos contra los manifestantes y se mostró diminuta ante el tsunami ciudadano del domingo pasado, confirmando así que el primer aviso les llegó en 2021 cuando la oposición le arrebató nueve alcaldías a Morena; el segundo aviso fue el 13 de noviembre de 2022 con la marcha anti Reforma Electoral, y el tercer aviso será la derrota de Morena, AMLO y Sheinbaum en su bastión principal: la ciudad de México, en junio de 2024.
Y derrotados y rebasados AMLO y Sheinbaum, lo demás se facilitará para la oposición.
*****
López Obrador y Sheinbaum han perdido gran parte de la ciudad de México en las calles, y eso los tiene enfurecidos. Descontrolados. No estaba en su agenda perder así la joya de la corona, y ello los coloca en una posición tan incómoda como vulnerable: su derrota en 2024.
Por lo pronto, la Reforma Electoral de AMLO agoniza.
Habrá que darle la estocada definitiva y letal.
De lo contrario, lo lamentaremos siempre.
TW @_martinmoreno
FB / Martín Moreno-Durán
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