El escritor Jeremías Gamboa habló con SinEmbargo sobre su más reciente novela, en donde aborda la migración y el choque cultural a través de un grupo de amigos, entre ellos un migrante latino, quienes enfrentan en su día a día una serie de dudas en las que reflexionan con una profunda vitalidad.
Ciudad de México, 10 de septiembre (SinEmbargo).– La historia era un cuento y fue cambiando a una novela, comparte el escritor peruano Jeremías Gamboa. A partir de ahí se encontró con muchas posibilidades y partió de la premisa de un chico que busca algo, “una aventura o una afirmación, un contacto con todo mundo, y me fui encontrando más bien que incluso en las propias relaciones de conquista y seducción los discursos sobre el mundo son parte de esa seducción”.
Así nace Animales luminosos (Literatura Random House), una historia de desenfreno, sueños, certezas y compañía, todo ello hilado bajo la mirada de un joven latino que emigra a Estados Unidos a una estancia académica en Colorado, bajo el anhelado sueño americano, aunque en esta historia cobijado por una versión académica, en donde el protagonista irá descubriendo cómo se desmorona la imagen que tenía de los Estados Unidos, al igual que a sus compañeros les sucederá con las ideas románticas que tienen de América Latina.
“Me encontré durante la escritura que los personajes tenían un diagnóstico de su lugar de origen, en el caso del protagonista, un país de América Latina, en el caso de los demás protagonistas un estado de los Estados Unidos, y además, tenían sueños, que tenemos todos pero a los veintitantos, ideas del futuro, lugares en donde quisieran estar, y por su puesto siendo un personaje latinoamericano que consigue un amigo norteamericano muy interesado en él, los amigos también comparten esas ideas sobre América Latina, que también son ideas preconcebidas, mientras a él se le desmorona o se complejiza la imagen que tenía de los Estados Unidos al salir a lo real, va cotejando los sueños de los otros que no calzan con lo que el sabe de su lugar de origen, y ese encuentro de sueños me parecía absolutamente contable, y terminó ayudando mucho a que el libro tuviera una dimensión más que solamente una novela de romances y sexo”, comentó en entrevista Gamboa.
En esta trama nocturna, Jeremías ahonda en la efervescencia cultural de los estudiantes universitarios: su placer frente a la música y la Literatura. “Intenté aprovechar todo lo que los personajes me podían ofrecer, eran personas que no habían olvidado las clases que tienen, pero que están liberados a sus pulsiones, mientras más toman, más fuman, y prueban otras sustancias, se van a acercar cada vez más a zonas más profundas de ellos”.
Todo ello sirve como vehículo para el tema central: el drama de la migración y la obsesión por Latinoamérica como destino romántico.
“Hay una frase que dice un personaje, que es el que más conoce América Latina, que es el que se llama Todd, que dice en un momento ‘No todo es Cuba’, como que él sabe mucho más de América Latina, pero tú te das cuenta que, y es la verdad que sabe bastante para ser un norteamericano, pero te das cuenta que la imagen no la tiene completa, es imposible”.
Aunque Jeremías Gamboa también identifica la falsa imagen que existe sobre Estados Unidos, algo que él mismo experimentó cuando llegó a este país: “(EU) proyecta o proyectaba una imagen que yo consumía de niño, que eran las series norteamericanas [...] una imagen completamente monolítica del país, con tensiones raciales, hay tensiones más de bullying y tal, pero es un país, digamos, predecible, claro, con problemas que no son los de nuestros países. No hay series donde un personaje, en esa época, donde un personaje afroamericano sale y lo interviene la policía por nada y lo mete a la cárcel y se acabó”.
“Cuando yo llego a Estados Unidos, llego con esas imágenes, llego poblado de esas imágenes y las imágenes de Nueva York de las películas de Woody Allen, pero me encuentro con una realidad mucho más compleja y con relatos de chicos mucho más complejos”.
Jeremías Gamboa señaló que en ese sentido tanto la idea de Animales luminosos como la que él tiene de la Literatura es que la condición humana es la misma, no importa de dónde provengas o a dónde vayas.
“Hay especificidades en nuestros países, sin duda, en la relación con la historia, no es igual ser peruano que ser un argentino, las dictaduras han sido diferentes, en momentos diferentes, igual con México, con circunstancias distintas, justamente por la cercanía con los Estados Unidos, pero hay otras que son transversales a cualquier raza, clase, por eso nos conmueve una novela de Henry James y una novela nigeriana, porque justamente, o una de José María Arguedas, por decirlo, hay un dolor, un desasosiego, y la literatura se encarga de eso”.