Lecciones para Canallas, protagonizada por Joaquín Cosío, Danae Reynaud y Diana Bovio, ya está disponible en cartela para refrescar el catálogo de cintas con una historia sobre estafadores con muchos momentos que llevarán al espectador a las risas.
Ciudad de México, 5 de septiembre (SinEmbargo).– Barry «El Sucio» (Joaquín Cosío) es un hombre que pasa el tiempo con su «Marichula» (Diana Bovio), su pareja y principal cómplice cuando de estafar a todo aquel que se le ponga enfrente se trata. Él está convencido de que su vida fluye bien de esa manera, al menos hasta que Jenny (Danae Reynaud) toca su puerta.
Lecciones para Canallas, la nueva cinta dirigida por Gustavo Moheno (Hasta el viento tiene miedo, 2007; Eddie Reynolds y Los Ángeles de Acero, 2015) llega a las salas Cinépolis como una propuesta fresca de comedia mexicana inspirada en las cintas de estafas.
«Es una historia que surge de la enorme cinefilia que tengo. Es una película que está inspirada en la películas de estafadores, es decir, películas clásicas como El golpe con Paul Newman y Robert Redford o Luna de papel de Peter Bogdanovich, películas que a mí me tocó ver de niño y a las que tengo mucho cariño», expresa Gustavo Moheno en entrevista con SinEmbargo.
Para el director había un hueco en la cartelera del país sobre tramas de estafadores y vio en la propia realidad de México la inspiración que le faltaba para contar una historia más cercana a sus connacionales que las grandes cintas de Hollywood.
«La idea era hacer una historia de este género que se pudiera insertar también en la realidad mexicana y lo cual fue relativamente sencillo porque es un tema que nos atañe a todos los mexicanos, como un país por desgracia, adicto a la tranza, a la corrupción, a la estafa, todos los días hay gente intentando estafarnos ya sea por el Internet o en la calle o intentándonos vender algo que suena medio truculento, entonces la verdad es un tema al que estamos muy habituados, era hablar de esto través de una comedia que siguiera la pauta de estafadores de este género y tratado de forma ligera, pero no por ello sin cierta critica», destaca.
Barry «El Sucio» es un carismático estafador con un pasado aún más turbio que su presente, pues cuando años atrás decidió viajar a la Ciudad de México terminó por abandonar a su propia hija Jenny cuando era sólo una niña.
Ahora que la madre de Jenny ha muerto, ella sale buscar a su padre en busca de un reencuentro aunque eso implique adaptarse a su peculiar estilo de vida.
«Yo siempre he pensado que nos sentimos muy atraídos por este tipo de personajes, por los villanos, por cosas que son moralmente muy criticables y finalmente de eso se trata en cine, el drama, de ir a ver cosas que no son tan cotidianas en la realidad de uno. Quieres ir a ver ese tipo de personajes y de pronto nos atrapan los mafiosos, incluso hasta los narcos, entonces en ese sentido, Barry ‘El Sucio’ es un villano de poca monta, no es ningún matón, no es ningún narcotraficante, tampoco es realmente un mafioso, es simplemente un tipo que ha aprendido a estafar, y con eso vive al día. Es el retrato de un personaje así como tantos que hay en la ciudad».
Tanto como Moheno como Ángel Pulido, coescritor del guión, tomaron de las cintas de estafas sólo su estructura para entonces adecuarla a una historia divertida y entretenida para México.
«En estas historias siempre hay alguien inocente que se mete a este mundo y que al final del día termina siendo utilizado porque termina siendo peor que el maestro canalla que le enseña a estafar. Yo creo que la película sigue esa estructura de la películas de estafadores, pero digamos que la diferencia principal radica en que Jenny es un peonaje que no entra a este mundo por avaricia o por necesidad de dinero sino por una cuestión muy humana, está buscando el amor y el efecto de su papá, eso la diferencia con la películas de ese género que la hace más humana hasta cierto punto».
La llegada de Jenny a la de vida de Barry es un choque para ambos, pues piensan muy diferente: ella viene un hogar lleno de amor y él no cree si quiera en él.
«Ese era el corazón de la película para Pulido y para mí. Era poner a Barry, alguien que es un tipo apaleado por la vida, y que para él lo más importante en la vida se ha vuelto el dinero, sin eso no sobrevives; y Jenny, que es una chica mucho más idealista y mucho mas sabía, pues sabe que lo único que perdura en la vida es el amor».
«Para él el amor y el perdón ‘son productos’ que se venden nada más y sólo funcionan cuando tienes la cartera llena, y Jenny por otro lado sabe que no va por ahí la cosa. Sabe que son cosas que pueden ser muy abstractas pero que sí existen, quiere encontrar eso, los quiere encontrar en su padre y la película te lleva a ese camino sobre una dicción interesante», agrega Gustavo Moheno.
Lecciones para Canallas, que se presentó en encuentros como Festival Internacional de Cine de Guadalajara y el Guanajuato, ya está disponible en cartela para refrescar el catálogo.
«Es una película que te cuenta una historia de manera divertida, donde te las vas pasar bien, creo que al final te puede dejar algo, no hablo de un mensaje pero si de una discusión sobre los temas que trata la película. Una buena historia donde te la puedes pasar bien en el cine, más allá del cliché de ‘apoyemos al cine mexicano’, esta cinta te puede entretener, tiene grandes actuaciones, tiene un actorazo como Joaquín Cosío, una de las presencias más importantes en nuestros cine», culmina Moheno.